5 atracciones en Roma poco conocidas pero inolvidables

Roma es una ciudad hermosa en la que los días pasan rápidamente mientras visitamos sus atracciones y cada una de ellas nos lleva a una época, un momento de la larga y entretenida historia de la civilización occidental.

En una ciudad así es fácil caer en los sitios más turísticos, los de cualquier lista que podamos encontrar, pero eso se justifica solo si nos quedamos pocos días. Si vamos a estar algunos más de los estrictamente necesarios, tres o cuatro, o simplemente queremos conocer más de lo que siempre se recomienda nuestra propuesta hoy es que visites estas cinco atracciones en Roma poco turísticas pero inolvidables.

Cementerio Protestante de Roma

A este camposanto también se lo conoce como el cementerio de los ingleses o el cementerio no católico y es un sitio público que se ubica en el barrio de Testaccio, nada lejos de la Pirámide de Cestius.

Esta pirámide es conocida y es un sitio popular en Testaccio porque la ves cuando sales de la estación. Se trata de una pirámide que se construyó en el año 30 a.C como una tumba y que los romanos incorporaron a la Muralla de Aurelio después. Sí, así de antigua es. Es el corazón de una zona verde que precisamente compone el cementerio que, obviamente, no está circunscrito a ingleses o protestantes.

Si te gustan los cementerios viejos este deberías visitarlo ya que aquí están enterrados dos poetas muy populares de la lengua inglesa: John Keats y Percy Shelley. Keats murió en Roma muy joven, a los 25 años, de una enfermedad poco romántica como la tuberculosis y Shelley se ahogó en 1822 mientras navegaba en aguas italianas. Lord Byron y otros amigos lo cremarom en un pueblo italiano y sus cenizas viajaron al consulado en Roma. Finalmente, terminaron aquí.

La leyenda dice que el corazón sobrevivió a las llamas y un amigo se lo entregó a su esposa, quien no es otra que la escritora de Frankestein, Mary Shelley. Sus dos hijos también descansan aquí y en una de las tumbas está el corazón en una caja de plata. Pero a este sitio le sobran nombres famosos: Christian Andersen, el escritor de Guliver, el fundador de la marca Bulgari, Antonio Gramsci, Alexander Ivanov y Tatiana Tolstaya, hija de Leo Tosltoy, por ejemplo.

La dirección es Vía Caio Cestio, 6.

Ostia Antica

Tal vez hayas oído nombrar este sitio pues si te gustan las ruinas se cuentan entre las mejores del país. Pero hay que moverse un poco para visitarlas. ¡Por suerte no tanto como para ver Pompeya!

Ostia Antica está a las afueras de Roma, a no mas de media hora de tren. Las ruinas son fabulosas y están en un increíble estado de conservación. Supo ser una ciudad muy comercial y todavía es bien visible la avenida principal que atraviesa la ciudad hasta el enorme teatro de piedra con pisos de mosaicos de geniales diseños que sigue usándose para conciertos de verano.

Muchas de las casas incluso están casi intactas, ¡hay un bar donde ha quedado grabado el menú del día! Es fantástico. Si vas en verano puedes visitar antes el sitio web osticateatro.it.

San Pablo Extramuros

Si la única iglesia de San Pablo que conoces es la de Londres pues aquí en Roma tienes otra para visitar. Si bien es un nombre simple y conocido, y debe haber cientos de iglesias con él en todo el mundo, estando en Roma esta no puede estar ausente de tu lista de atracciones poco conocidas y inolvidables.

La iglesia está como escondida pero una vez que ingresas es un espectáculo. Su interior es amplio, grande y dorado. Nunca hay mucha gente y si la hay es la mar de silenciosa así que es un sueño. Puedes caminar tranquilo, recorrerla y sentirte casi solo. No tiene nada dentro tampoco pero puedes tomar mil fotografías que todas serán hermosas y como hay poca gente tal vez hasta ni aparezca en las fotos.

La Iglesia de San Pablo Extramuros es una belleza de entrada gratuita y casi sin turistas. A veces son las dos cosas que uno más busca.

Iglesia de San Clemente

Otra iglesia aparece en la lista. Y eso que Roma tiene muchas por todas partes. Sobre la Vía Labicana está esta bonita iglesia, una basílica en realidad. Cuando la visitas conoces dos mil años de historia. Es del siglo IV pero sus orígenes son más remotos pues se ha construido sobre un templo pagano del siglo I.

La basílica está a menos de 300 metros del Coliseo y se llama así por el Papa San Clemente, el tercer sucesor de San Pedro, muerto en el año 100 d.C. Las excavaciones arqueológicas debajo de la iglesia comenzaron a mediados del siglo XIX y ellas permitieron sacar a la luz el edificio del siglo IV. Otras excavaciones a comienzos del siglo XX fueron más allá y sacaron a la luz otra capa de construcción que pertenecía a viejos edificios destruidos por el incendio de Roma en el año 64 d.C.

Pasajes, un patio, muros de ladrillos y hasta un santuario de la religión de Mitra(Mitraísmo), han salido a la luz. La basílica cristiana funcionó hasta el siglo XI cuando por considerarse insegura, tras los ataques normandos, fue abandonada. Después la volvieron a ocupar los benedictinos, los agustinos y finalmente los dominicanos.

Hoy puedes visitarla y asistir a misa de lunes a domingo a las 8 am y a las 6:30 pm. El rito dominicano de la misa es los sábados a las 9:30 am. Hay confesiones y también se reza el rosario de lunes a viernes a las 6 pm. No se celebran bodas, eso sí. La Basílica de San Clemente está sobre la Vía Labicana, 95. La entrada es gratuita pero si quieres conocer sus dos niveles inferiores hay que pagar. ¡Pero no te los pierdas!

La Vía Apia

No podemos decir que esta calle romana sea desconocida o poco turística pero es cierto que no son muchos los turistas que se toman el trabajo de caminarla. OK, sabes de qué hablo, conoces el nombre pero… ¿conoces a alguien que haya visitado Roma y se jacte de haber caminado sobre ella?

A la vera de la Vía Apia Antica hay mucho para ver, desde espacios verdes hasta monumentos antiguos así que recorrerla es un viaje por la historia. Se trata de uno de los caminos más antiguos de Europa y tal vez el más antiguo de Italia. Fue construida en el año 312 a.C, cuando Roma era una república, para que el ejército pudiera movilizarse fácilmente.

Es una calle de piedra, con bloques de piedra y cualquiera que por entonces la recorriera por completo terminaría (aún hoy día), en el sur italiano, en la actual ciudad de Brindisi, un puerto enorme. La avenida o ruta se llama así en honor de Appius Claudius Caecus, el líder quien se dio cuenta de las ventajas de una ruta así de asfaltada.

No debes confundirla con la Nueva Vía Apia que fue construida a fines del siglo XVIII. Para pasear por ella te aconsejamos alquilar una bici, es el mejor paseo. Compras agua y comida y te lanzas a la aventura. También puedes caminar y así no arrastrar la bici en tus incursiones laterales para ver el Circus de Maxentius, el segundo circo romano más grande hoy en día, tumbas, iglesias, algunas villas y baños romanos, estatuas, monumentos y catacumbas también. 

Te toparás con las Catacumbas de Callixtus, por ejemplo, apenas seis siglos más jóvenes que la propia ruta. Hoy albergaran 16 papas anteriores a la caída definitiva del Imperio Romano.

En fin, la Vía Apia es un sitio tranquilo, abierto, silencioso, verde, que te hace pensar en la historia. Puedes llegar desde la estación Pirámide del metro en el autobús 118. Bajas en las Catacumbas de Calixxtus y listo. ¡A andar!


Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*