Isla Anglesey, la isla de los Druidas

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¿Te gusta la idea de explorar en lugar de viajar simplemente? Entonces tienes que animarte a destinos poco frecuentados, tal vez alejados de las rutas más turísticas. Por ejemplo, si hay un destino hermoso en Gran Bretaña ese es Gales y dentro de Gales, el norte del reino está compuesto en su mayoría por islas.

Entre las islas del norte de Gales está la Isla Anglesey, un territorio que en tiempos de la invasión romana fue el último reducto de la cultura celta. Hasta aquí viajamos hoy, ¿nos acompañas para descubrir que tiene de encantador este lejano destino?

La Isla Anglesey

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También se la conoce con el nombre de Ynys Môn, en galés, y está en el extremo noroeste de la costa. Tiene 715 kilómetros cuadrados de superficie y en el Mar de Irlanda es la más grande de todas y la más habitada tras la popular Isla de Man. Tiene dos puentes que la conectan con tierra firme, uno de ellos que data de 1826 y todavía funciona.

Los vikingos pisaron estas islas en sus salvajes travesías, allá por el siglo X, y también llegaron los conquistadores normandos. En su paisaje hay ruinas megalíticas, antiguos menhires y muchos cromlechs o círculos de piedras enormes, también llamados dólmenes, tumbas de piedra prehistóricas.

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Tal vez estas antiguos estructuras, enormes y misteriosas, han hecho que a la isla galesa se la conozca también como la isla de los druidas. La cultura celta se refugió aquí con la invasión romana. Los druidas controlaban el comercio del oro que pasaba por Gales desde las Colinas Wicklows en Irlanda hacia el este, más allá del Mar del Norte, hacia Europa. Por eso mismo pronto estuvieron en la mira de los romanos, quienes a su vez los veían como unos salvajes rebeldes.

Así, los invadieron y eso llevó al fin de la cultura celta y su poderío en la región. Mientras caía en Francia y posteriormente en Gran Bretaña, esta cultura era arrinconada en Escocia, Gales e Irlanda. Parece que los romanos detestaban a los druidas así que los hicieron retroceder hasta la isla de Anglesey. Así, cuando llegaron a la isla atacaron y destruyeron todo, a los druidas, sus templos y sus robles sagrados. Aún así, recién lograron asimilarla por completo a la colonia en el año 78.

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Los romanos explotaron las minas de cobre y trazaron caminos que todavía hoy se utilizan. De su ocupación han quedado vestigios y ruinas, todo excavado en el siglo XIX. Pero una vez que los romanos se fueron en el siglo V la isla quedó a merced de los piratas irlandeses y entonces tuvieron lugar peleas con los escoceses  y galeses que terminaron expulsándolos. También pasaron los daneses, los noruegos y por supuesto, los ingleses.

Qué hacer hoy en Anglesey

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El tamaño de la isla a veces impide considerarla eso, una isla. Pero lo es. No tiene grandes montañas, es bastante plana, y está decorada por algunos lagos. Si llegas interesado en su pasado druida entonces un sitio que no puedes perderte es el lago de Llyn Cerrig Bach. En 1942 este espejo de agua situado en la boca del río Allaw fue drenado y salieron a la luz 150 objetos que habían sido arrojados en rituales sagrados. Se trató de objetos muy valiosos y se cree que fueron arrojados al agua en un período de dos siglos y medio, hasta el final del siglo I d.C, justo en el período druida.

Las Tumbas de Bryn Celli Ddu son impresionantes. Datan del neolítico y han sido parcialmente restauradas. También está el Monumento Funerario de Barclodiad y Gawres, una tumba con forma de cruz bastante inusual que solo se ha encontrado igual en Irlanda. Lamentablemente muchas de sus rocas se usaron para otras construcciones pero en los años ’50 del siglo XX pudo hacerse una completa reconstrucción arqueológica y se reveló el hermoso arte en la roca que escondía. Con 2500 años de historia es una perla arqueológica en Gran Bretaña abierta al público.

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Siguiendo con la onda celta se puede visitar el asentamiento de Din lligwy, en Moelfre. Está escondido en un bosque y se trata de casas de piedra muy bien conservadas que datan del período romano-bretón. Se tiene una bonita vista de la bahía de Lligwy y las excavaciones han revelado que estas casas estaban ocupadas por bretones que se habían adaptado al estilo de vida traído por los romanos.

Llys Rhosyr es Patrimonio Nacional ya que se trata de la única Corte Real del príncipe de Gwynedd y ha llegado a nuestro tiempo casi intacto. Hablamos de una fortaleza galesa del siglo XIII. Avanzado más en la historia están las ruinas del priorato de Penmon, del siglo XIII, parte de la orden Agustiniana, o la Casa Medieval de Hafoty, que si bien solo puede apreciarse por fuera es una encantadora construcción en pura roca.

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El Castillo Beaumaris fue mandado a construir por Edaurdo I, alias Longshanks, en el siglo XIII. Es imponente y para ese entonces era una maravilla de la arquitectura militar, siguiendo un diseño de murallas dentro de murallas. Se obligó a la población entera de Llanfaes a mudarse y construirlo, divina tarea… Es Patrimonio Mundial desde 1986, con otros castillos de Eduardito. Está abierto al público y la entrada cuesta 6 libras por adulto.

Lo ideal es visitar la isla con buen clima para poder moverse por todas partes y disfrutar no solo de sus ruinas históricas sino de los paisajes. Para esto conviene seguir el Sendero Costero de Anglesey, ya sea a pie o en bici o a caballo. El 95 % de la costa ha sido declarada Área de Belleza Natural así que vale la pena con sus playas, acantilados, dunas, zonas de agricultura y bosques: recorre 200 kilómetros y comienza en la Iglesia de San Cybi, el Holyhead.

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Pasa por 20 pueblos y aldeas y se puede recorrer de principio a fin usando el transporte público también. Conocerás el Faro de South Strack, los arcos de piedra en la costa de Bwa Gwyn, la Isla Llanddwyn, el Puente Colgante de Menai, el Puente Britannia, el Menai, algunas iglesias, reservas naturales y mucho más.

¿Cómo llegas a este encanto de isla galesa? Pues lo único que hay que hacer es cruzar el Puente Colgante Menai ya sea en coche o en tren o autobús directo desde Londres. También puedes llegar en avión, la isla tiene aeropuerto, o en crucero ya que también hay puerto de cruceros aquí.


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