La tétrica iglesia de las 40.000 calaveras

Normalmente a las personas nos gusta viajar a sitios insólitos o al menos conocerlos por si algún día queremos ir a visitarlos. En España y alrededor del mundo no faltan lugares extraños, de esos que cuando te hablan de ellos se te pone la piel de gallina, e incluso puedes tener pesadillas sólo de escuchar algunas historias. Algunos, los más aventureros, no sólo se bastan con las historias de estos lugares, sino que buscan la forma de visitarlos y comprobar por ellos mismos, si todas las historias que cuentan son reales o no.

Hoy quiero hablarte uno de estos lugares que se pueden encontrar alrededor del mundo pero que no cualquiera se atreve a buscar el vuelo más barato para acudir a conocerlo. Hoy quiero hablarte de la Iglesia de las 40.000 calaveras, o de los 40.000 cadáveres. Y sí, es tan tétrico y siniestro como suena.  

En República Checa

Si algún día quisieras ir a visitar esta espeluznante Iglesia, sólo tendrás que pasar 90 kilómetros de Praga, en la República Checa. Tendrás que llegar hasta Sedlec que es un suburbio de la ciudad de Kutna Hora.

Aunque no es el mejor lugar del mundo para hacer turismo, es el lugar al que tendrías que llegar si lo que quieres es visitar esta iglesia única en todo el mundo –y la más siniestra de todas-.

40.000 calaveras

Esta iglesia tiene nada menos que 40.000 calaveras que muestran a sus visitantes la cercanía de la muerte. No te pienses que son calaveras falsas, porque son calaveras de 40.000 cadáveres, es decir, que son huesos humanos de verdad. Todos esos huesos y calaveras fueron algún día personas que vivían en nuestro mundo y tenían sus propias vidas.

Estos restos humanos pertenecían a personas de diferentes nacionalidades, como polacos, alemanes, checos, belgas y holandeses. Claro está, a día de hoy no sabrás a quién pertenece cada calavera y muy probablemente sus descendientes tampoco lo sepan, aunque vayan a visitar esta tétrica iglesia.

La leyenda de la decoración

Aunque hablan de leyenda, nadie sabe si es o no la historia real, aunque claro… alguna explicación debe tener tan extraña ornamentación para una iglesia tan siniestra y única en todo el mundo.

La historia se remonta al año 1.142 cuando un noble a mitad de un viaje que estaba haciendo desde Praga a Moravia, se detuvo a descansar en las inmediaciones de un bosque debido a que se encontraba exhausto y no podía continuar su viaje si no descansaba en algún lugar.

Su cansancio era tan grande que se quedó enseguida dormido, entrando en lo más profundos del sueño. En su sueño se le apareció un pájaro que se le metió en la boca y le dio la idea de fundar un monasterio en ese lugar donde estaba descansando. Al despertar, el noble hizo caso a su sueño y se puso en contacto con los monjes de la orden cisterciense de Waldassen, en Bavaria para que su sueño se hiciera realidad –literalmente-.

Fue en 1278, el abad del monasterio, Jindrich, fue enviado a Tierra Santa de donde se trajo tierra de Gólgota para dispersar por el cementerio. A raíz de esto, se consideró que ese lugar era santo y quien descansase después de muerto alcanzaría el cielo.

Pero más tarde, la peste negra de principio del siglo XIV provocó la muerte de más de 30.000 personas y en el siglo XV unos 500 monjes murieron en el interior del monasterio debido a las guerras husitas. De este modo, aumentaron de forma considerable los entierros en este lugar, y llegó un momento en el que este campo santo ya no se podía enterrar a nadie más porque habían demasiados cadáveres y no se daba abasto.

Fue entonces cuando se empezaron a usar los huesos de las personas enterradas para que permanecieran en el lugar, es decir, en la Iglesia, pero en este caso su uso era para decorar el lugar. Aunque es un poco macabra la decoración, fue una forma de que todas esas personas que estaban enterradas en el cementerio de la Iglesia, pudiesen continuar, aunque no enterradas, en el mismo lugar donde les dieron sepulcro en su momento.

La iglesia de las 40.000 calaveras

Hoy en día, la iglesia cuenta con 2 capillas, la inferior que es conocida como ‘tumba y cuidado’ y la superior que es conocida y llamada como ‘clara y aireada’, que representa el poder de la luz eterna. La iglesia de las 40.000 calaveras está abierta al público y también celebran misas salvo el día de Todos los Santos, que por respeto a todos los difuntos allí presentes, no la realizan.

Si alguna vez tienes la intención de visitar esta iglesia tan tétrica pero a la que ya puedes darle sentido por su decoración tan extraña –nada tiene que ver con asesinos o con iglesias que mataban a las personas para decorar sus paredes-, puedes fijarte en un detalle algo tétrico, y son las lámparas óseas que hay.

Las personas que murieron en su día, nunca podrían imaginarse que sus huesos acabarían siendo la clave para la decoración de una iglesia, ya sean en una capilla o en el techo en forma de lámpara. Incluso se realizan figuras con los huesos, con una creatividad siniestra.

Si eres una persona que cree en las historias paranormales igual te imagines que hay 40.000 fantasmas rondando entre las paredes de la Iglesia para acompañar a sus huesos, pero, ¿qué alma se querría quedar al lado de tantos miles de huesos? Seguramente en la Iglesia, además de las personas que la visitan o que celebran las misas en su interior, lo único que puedas encontrar es silencio, paz y sobre todo… huesos humanos. Eso sí, no creo que sea un buen lugar para celebrar una boda o algún evento religioso, porque aunque sea una iglesia con realiza sus celebraciones diariamente, ¿quién querría celebrar algún evento en sus vidas en lugar como éste? Quizá para filmar una película de miedo no estaría mal, pero para nada más. ¿Qué piensas de este lugar atípico?

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