La historia me gusta mucho y aunque me fascina Egipto más intriga me generan las civilizaciones del antiguo Medio Oriente, los asirios entre ellos.
La civilización asiria nació y se desarrolló entre medio de la Edad de Bronce y fines de la Edad de Hierro, en el valle del río Tigris, la conocida Media Luna Fértil. Poco ha quedado de su arquitectura, pero hasta nuestros días han sobrevivido hermosos relieves que nos permiten conocer a este pueblo legendario.
Los Asirios
Haciendo una lectura histórica de la Biblia se especula que los asirios descienden de uno de los nietos de Noé, Assur. Ahora bien, cuando uno sabe que la historia de Noé es miles de años más antigua y que hay otro relato igual protagonizado por un tal Utnapishtin… las cosas cambian y esos episodios tan lejanos en el tiempo se nublan misteriosamente.
También se dice que la capital de Asiria durante casi toda la existencia de este pueblo, la ciudad de Assur, fue bautizada así en honor a una deidad alrededor del tercer milenio antes de Cristo. Assur, Asiria, por lo cual la versión bíblica es posterior y tiene que ver más con el crecimiento del cristianismo en la zona.
Lo cierto es que los asirios eran semíticos que originalmente hablaban acadiano hasta la adopción posterior de la lengua aramea, más sencilla. Los historiadores hablan de tres grandes períodos de Asiria: el Reino Viejo, el Imperio y el Imperio Tardío, aunque hay diferencias con respecto a estas distinciones.
En lo que sí están todos de acuerdo es que el Imperio Asirio fue uno de los más grandes imperios de la Mesopotamia por el grado de desarrollo que evidenció en términos de Estado y expansión militar. ¿Y el arte asirio?
El Arte asirio
Cuando un pueblo se desarrolla el arte es una de las expresiones de ese desarrollo. En el caso del arte asirio lo conocemos por lo que ha salido a la luz de las ruinas de distintas ciudades antiguas en la Mesopotamia.
Los arqueólogos han metido mano en restos de templos, palacios y ciudades y así se ha sabido que el arte asirio expresa un desarrollo pleno de su antepasado, el arte sumerio. El problema con las construcciones de esta parte del mundo es que utilizaban mucho adobe ya que la piedra y la madera eran materiales escasos, entonces, la sobrevida en el tiempo es muy pobre.
La suerte es que algunos relieves asirios han sido elaborados en piedra así que esos sí llegaron a manos modernas. Para la arquitectura en general utilizaban adobe y cimentos de piedra pero los muros internos o externos solían decorarse con placas de piedra con tallas y dibujos que hablaban sobre el imperio y sus victorias.
La piedra de la zona es buena para estas placas pero mala para hacer esculturas así que hay pocos ejemplos de este otro arte, pero los asirios aprendieron a cortar la piedra en lajas delgadas y por eso los bajorrelieves en caliza o alabastro, una piedra blanca que es abundante en el Tigris), son los que más vemos.
Los relieves asirios
Los que más abundan son los bajorrelieves y los externos tienen temáticas profanas, es decir no tienen que ver con la religión asiria. Representan victorias militares, escenas salvajes, animales, la vida militar, etcétera.
Si vas a Londres podrás ver uno de los mejores relieves asirios. El Museo Británico tiene una rica colección de relieves asirios y entre ellos se destaca el de la pareja de leones, macho y hembra, moribundos. Fue encontrado en las ruinas del Palacio de Nínive y formaba parte de una escena mayor. Se cree que fue realizado alrededor del año 668 a.C bajo el reinado de Assurbanipal.
De hecho, las ruinas de Nínive han sido una maravillosa cantera de arte asirio y en el mismo museo hay otro relieve llamado Espíritu Protector que proviene del Palacio de Assurbanipal II, del Imperio Tardío, y que se cree decoraba los apartamentos privados del soberano: el hombre alado se cree que es un apkallu, en criatura sobrenatural descrita en los textos cuneiformes, con casco, traje largo, bigotes, barba y pelo largo.
Mientras los relieves externos son de arte profano los relieves que decoran los muros interiores de los palacios representaban en su mayoría la vida puertas adentro, más placentera. En otro palacio, el de Khorsabad, por ejemplo, se han encontrado más de dos mil metros de bajorrelieves con hombres, caballos y peces realizados de manera más tosca, sin tanta elegancia.
Hay que decir que la idea de perspectiva no está en el arte asirio todavía muy desarrollada y el tamaño de las figuras puede variar allí a donde al artista le interesa poner el acento. El Museo Británico es dueño de muchos de los mejores bajorrelieves asirios, así el Sitio y Captura de Lachish es otro que deberías ver.
El panel fue encontrado en el palacio de Sennacherib, Nínive, al norte de lo que hoy es Iraq, y pertenece al período del Imperio Tardío. Es una exquisita pieza de alabastro de 182. 880 x 193. 040 cm.
Forma parte de la decoración interna del palacio del rey Sennacherib que reinó entre el 704 y el 681 a.C y representa cómo los soldados asirios atacan Lachish llevando un trono, carrozas y demás objetos del rey dentro de la ciudad.
Este período de la historia asiria es muy agitado ya que fue durante los siglos VII y VIII que los reyes asirios conquistaron el Golfo Pérsico y las fronteras de Egipto. Construyeron por entonces los edificios más ambiciosos, como el palacio de este rey, en Nínive, y de las ruinas de esta ciudad es que proviene la mayoría del tesoro inglés.
Hay que tener presente que estos relieves asirios originalmente estaban pintados con colores, poquísimos han sobrevivido y permiten adivinar otros, pero además el diseño solía ser como el de los cómics modernos: inicio, nudo y desenlace por todo el muro.
Eran tallados por artesanos con herramientas de hiero y cobre. Los arqueólogos suponen que los relieves externos eran protegidos con pintura o algún barniz porque la piedra es fácilmente erosionada por la lluvia y el viento. Además, no estaban solos y como decoración se complementaban con murales y ladrillos vidriados.
Se cree que los relieves asirios alcanzaron su apogeo durante el reinado de Assurbanipal II, siglo VIII a.C, pero la tradición se mantuvo en todos los edificios reales en las ciudades que nacieron posteriormente.
Hoy podemos apreciar su legado en los museos del mundo, el Museo Británico muy especialmente, pero ojala algún día podamos viajar con tranquilidad a Medio Oriente para aunque sea caminar por la misma tierra que los asirios, sumerios y demás importantes pueblos antiguos. Sería maravilloso.