Razones para viajar solo

Haciendo un ejercicio de sinceridad por mi parte hacia vosotros, nuestros lectores, diré que no sé muy bien si escribo este artículo para convenceros a vosotros primero, convencerme a mí misma o ambas cosas. Y es que son tan dudas, tantos miedos a la hora de emprender un viaje en solitario que da cierto reparo y respeto. Reparo y respeto que casi siempre, al menos por lo que a mí respecta, acaba en negativa y en «no viaje».

¿Y vosotros? ¿Soléis viajar solos a menudo? Agradecería cualquier tipo de comentario sobre esta cuestión y si es de ánimo para empujarme más si cabe a la realización de viajes en solitario, mucho mejor…

Dicho esto, he aglomerado una serie de razones para viajar solo o sola; para mí, para ti, y para todo aquel o aquella que lo necesite tanto o más que yo. Una vez leídas he de decir que son bastantes y muy buenas. ¡Os dejo con ellas!

Razones para viajar solo/a al menos una vez en la vida

• Tendrás una sensación de libertad absoluta, nunca antes sentida.

¿Por qué? Porque no debes rendirle cuentas a nadie, ni de horarios, ni de visitas, ni de nada en absoluto. Tú eres el que decides tus tiempos, tus rutas, si levantarte un día más temprano o más tarde, etc. Harás todo lo que quieras en el momento que más te plazca.

• Vencerás tus miedos e inseguridades.

Ya lo decíamos en el primer párrafo de este artículo. Muchas veces son nuestros propios miedos e inseguridades los que nos frenan no sólo a la hora de viajar solos/as sino también de hacer aquello que llevamos tiempo deseando y no nos atrevemos por el motivo que sea. El viajar solo te rompe esas limitaciones… Ya que es un «ejercicio» que te hace depender únicamente de ti mismo, de tu desenvoltura, de tu capacidad de adaptación… ¿Qué mejor manera de romper los miedos propios que viajando?

Creo que leído este punto, no necesito de más razones… Pero, ¡seguimos!

• Tu auto-conocimiento y auto-confianza se verán incrementados.

Estando solos tendremos mucho tiempo para pensar: pensar en la vida que hemos llevado hasta ahora, en los obstáculos que hemos ido superando y en aquellos otros que nos hicieron tropezar, en las pruebas que vamos encontrando en el camino que nos pueden hacer perder no sólo la fuerza para seguir intentándolo sino también la confianza en uno mismo.

Este punto está estrechamente ligado con el anterior. Cuando vemos que somos capaces de iniciar y terminar un viaje solos, sin ningún tipo de ayuda, de compañía conocida, en el que encima hemos disfrutado, descubierto nuevos lugares y hemos desconectado, ese auto-conocimiento de nuestra propia persona y esa auto-confianza se ven incrementadas por mil.

• Disfrutaremos de la verdadera y sana «soledad».

A muchas personas les aterra la soledad, el quedarse solos,… Algunos es porque no saben qué hacer cuando se aburren, otros por «problemas» en el pasado, etc. Sea por la razón que sea, el viajar solo, es un buen momento para «redescubrir» a la temida soledad y darnos cuenta de que no es tan mala como la pintan.

Es en plena soledad cuando dispondremos de todo el tiempo del mundo para hacer todo aquello que queramos, ya que no tendremos que ajustarnos a las exigencias o «comodidades» de otro compañero viajero.

• Vivirás experiencias inolvidables.

Dicen que dos cabezas piensan más que una, y el hecho de que vayas solo te llevará a vivir situaciones totalmente surrealistas e inesperadas, ya que no tendrás esa otra cabeza pensante al lado tuya que te pueda ofrecer cierta «ayuda» en ciertos momentos. Algunas pueden no ser del todo agradables (como perderse en un momento dado, no encontrar el edificio o monumento que querías visitar, etc), pero otras sin embargo se convertirán en aquellas anécdotas que una vez regreses del viaje las recordarás con una hermosa sonrisa en tu cara.

• Sólo tendrás que dejarte guiar por tus gustos y preferencias.

Cuando vamos a viajar en grupo, siempre tenemos que adaptarnos a los gustos y preferencias de todos. Te pongo un ejemplo: tu amigo Juan prefiere hospedarse en un hotel, mientras que tu amiga Laura quiere un pequeño bungalow entre plena naturaleza… Pero, ¿y tú, qué es lo que quieres? Si viajas solo/a únicamente tendrás que preocuparte por lo que tú quieres en absolutamente todos los sentidos: tipo de gastronomía, tipo de alojamiento, tipo de ruta a visitar (literaria, monumentos, naturaleza, etc.).

• ¡Deja todo atrás!

Desconecta de todo y todos: apaga tu móvil, escucha el silencio y simplemente déjate llevar por lo que te pida el cuerpo en cada momento. Es la mejor forma de relajarse y desconectar de la rutina que agobia y oprime. Lleva una cámara ligera, un cuaderno de notas con bolígrafo para apuntar y poco más… Que el momento que vivas en ese viaje te impregne tanto que te obligue a reinventarte con más energía y positivismo.

Son 7 razones en total… No son muchas, ni pocas, pero creo que son justamente las necesarias para abordar ese temido viaje en solitario. ¿Y tú? ¿Te he convencido? ¿Cuál será tu próximo destino?