Valencia romántica: más cerca que nunca

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Últimamente se escucha a muchas personas decir que están cansadas de los regalos materiales, que ya lo tienen todo. Al final, llega una fecha señalada y siempre acabamos regalando lo mismo, una y otra vez. Y es que hay quien ya apuesta por las experiencias.

Por esas vivencias que no caducan en nuestra memoria, que no se rompen, que no se desgastan. Dicen que viajar alarga la vida, y qué mejor regalo que ese. Desde que existen tantas facilidades para viajar de Madrid a Valencia en tren, los planes románticos en la ciudad de la luz se han disparado. Sorprender a la persona que quieres con una escapada es querer formar parte de sus recuerdos para siempre. Así que si eres un romántico de los que ya no quedan, quédate leyendo un poquito más que lo que te vamos a contar te interesa y mucho. Allá vamos. 

El casco antiguo que te robará el corazón para siempre 

Bien es cierto que casi todas las ciudades cuentan con un centro histórico que es digno de visitar, pero es que lo de Valencia es otro mundo. Sus estrechas calles empedradas, su historia y su cultura te envolverán de tal manera que, como te descuides, te quedarás a la Luna de Valencia. Sí, este es un dicho muy popular que se remonta a la Valencia amurallada. Las puertas de la ciudad se cerraban a las diez de la noche. Si llegabas más tarde, corrías el riesgo de pasar la noche al raso, a la Luna de Valencia.

La Catedral de Valencia, la Lonja, la Plaza de la Virgen, la del Ayuntamiento o los callejones laberínticos del barrio del Carmen son solo algunos de los lugares donde podrás hacer un plan de día perfecto con tu persona favorita. 

El tardeo tiene nombre y apellidos: Playa de la Malvarrosa

Playa de la Malvarrosa

Valencia te puede conquistar por muchas cosas, y una de ellas es por sus inolvidables puestas de sol. La playa de la Malvarrosa es un clásico, pero no se quedan atrás la playa de las Arenas o La Patacona. Ojo, y si dispones de vehículo, no te costará nada llegar a la playa de El Saler. A cada cual más impresionante.

Ver un atardecer, probablemente es el plan más romántico que existe y también el más económico. Solo tienes que extender una toalla en la arena, sentarte y disfrutar del paisaje. Si esto lo haces en verano, la puesta de sol sabe mucho mejor con un buen helado en la mano. Las cosas como son.

Si has ido bien preparado, podrás hacer un picnic con una merienda-cena quedando de maravilla. Pero si no eres muy cocinillas o no has tenido oportunidad de hacer una cenita digna, no te preocupes porque junto a la playa tienes restaurantes de estos que quitan el hipo. Tratándose de Valencia, hay que tener claro que se puede conquistar perfectamente a alguien por el estómago. Si eliges bien, podrás comerte una paella valenciana de estas que son difíciles de olvidar. Y con las mejores vistas al mar. ¿Qué más se puede pedir?

paella valenciana

Y si la cosa va de atardeceres, no puedes dejar de visitar L’Albufera. ¿Y si te decimos que vas a poder disfrutar de un increíble paseo en barca entre los arrozales? Dicen que no hay atardecer igual que el que se ve aquí. Y no lo dicen solo los valencianos, lo confirman turistas de todo el mundo. En l’Albufera también podrás comerte un buen arrocito mientras despides el día. 

En definitiva, en un artículo como este es imposible describir todos y cada uno de los encantos que tiene la ciudad que inspiró a Sorolla. Valencia es luz, magia, cultura, diversión, calma. Es alegre y generosa. Ese ese lugar al que siempre querrás volver. Y lo tienes fácil. 


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