La ciudad del amor, París, es un lugar que todo el mundo sueña con visitar al menos una vez en la vida. Un lugar lleno de historia, y que cuenta con museos, monumentos, parques y lugares que no hay que perderse bajo ningún concepto. Como en cualquier otro viaje, debemos organizarnos y hacer una lista detallada de todo lo imprescindible que hay que ver.
En este post os hablaremos de esas cosas que nadie debe perderse si va a París, y es que es una ciudad que tiene mucho por ofrecer, por lo que un fin de semana probablemente solo nos llegará para ver los lugares más significativos. Si este es tu próximo destino, toma nota de lo más importante.
Preparando el viaje
Una de las cosas que debemos tener en cuenta antes de ir a cualquier lugar es cómo vamos a desplazarnos. Desde los aeropuertos se pueden coger autobuses o taxis. Para moverse por la ciudad lo más rápido sin duda es el metro, y lo que debemos sacar es la tarjeta Paris Visite, que es la mejor para estancias cortas en las que se use mucho el transporte público. La Passe Navigo es la que utilizan los parisinos, por lo que esta se recomienda solo para largas estancias.
Torre Eiffel
Aunque tras su construcción para la exposición mundial se pensó en derribarla, la Torre Eiffel es hoy en día el símbolo de París. Se usó como antena durante la guerra y en la actualidad recibe más de siete millones de visitantes. Una de las visitas obligadas es a este monumento, al que habrá que subir para disfrutar de las vistas de la ciudad. Lo más normal es subir en ascensor, aunque se puede hacer por escalera. No obstante son más de mil seiscientos escalones, por lo que deberíamos estar en buena forma. Para acceder a la última parte de la torre el uso del ascensor es obligado. Un buen consejo es el de sacarse los tickets de manera anticipada para evitar hacer largas colas.
Notre Dame
Una de las catedrales góticas más antiguas del mundo, construida entre los siglos XII y XIII y una visita que sin duda hay que hacer al llegar a París. Lo que debemos saber es que hay visitas guiadas en español todos los sábados a las 14:30, así que podemos intentar coincidir para disfrutar de la experiencia y así conocer un poco más de esta catedral gótica. También se puede subir a las torres para tener otra increíble perspectiva de la ciudad.
El Arco del Triunfo
Este es otro de los monumentos más representativos de París junto con los anteriores. Al llegar veremos que es como una gran rotonda en la que se cruzan cientos de coches. Con cincuenta metros de alto, su construcción fue ordenada por Napoleón tras acabar la batalla de Austerlitz. En la base está la Tumba del Soldado Desconocido, con una llama que arde por todos esos soldados franceses que murieron en la guerra y nunca fueron reconocidos. Se puede acceder a su interior para disfrutar de las vistas desde arriba, y para llegar a él lo mejor es utilizar los pasos subterráneos, ya que la rotonda es muy peligrosa para los transeúntes.
Museo del Louvre
Esta es otra de las visitas más que imprescindibles en París, sobre todo si sois aficionados al arte. Fue inaugurado en el siglo XVIII y desde entonces no ha parado de recibir visitas, siendo uno de los más famosos del mundo. En 1989 fue cuando se construyó la enorme pirámide de cristal que hoy en día es su imagen más característica, y que le aporta un aspecto más moderno, siendo en la actualidad la entrada al museo. Algunas de sus obras más importantes son el cuadro de la Gioconda de Leonardo da Vinci o el de La Libertad guiando al pueblo de Delacroix, y en esculturas tienen la Venus de Milo de la Antigua Grecia o el Escriba Sentado del Antiguo Egipto.
Otras visitas interesantes
Las visitas anteriores son sin duda obligadas, pero hay muchos otros lugares que pueden ser muy interesantes si tenemos tiempo. Como por ejemplo el Panteón de París, del siglo XVIII, que se inspira en la arquitectura griega y cuyo interior resulta impresionante, con su gran cúpula o la cripta con la tumba de personajes famosos como Voltaire o Víctor Hugo.
La Basílica del Sagrado Corazón se encuentra en lo alto de Montmartre, y tanto por las vistas como por lo bonito que resulta el edificio vale la pena ir hasta él. Se puede subir también a su parte más alta para ver París, y para llegar a la basílica lo mejor es coger el funicular que hay, pues de lo contrario tendremos que subir muchísimos escalones para llegar.
Tampoco podemos dejar atrás el Palacio de Versalles, la residencia real, con una increíble arquitectura, lujosos interiores y unos preciosos jardines. No está en el centro de París pero su visita vale la pena, por lo que hay que hacerla con tiempo.