¿Por qué muchos opinan que no hay ciudad en el mundo como Sevilla? Para conocer la respuesta no hay mejor manera que ir, recorrerla y confirmar lo que tantos afirman.
3 días en Sevilla sin perderse nada, esa es la idea. Nos vamos a quedar cortos, por supuesto, pero si lo único que tienes es 72 horas… ¡a disfrutarlos!
Día 1 en Sevilla
Yo creo que lo mejor, cuando se tiene poco tiempo en una ciudad con tanto para ver y hacer, es llegar el día anterior, dormir y ya que el primer día comience realmente en la ciudad en cuestión, en este caso Sevilla.
La mañana de nuestro primer día puede comenzar visitando la hermosa Plaza de España, dónde fuera la exposición de 1929. Es dónde están las oficinas de gobierno, pero también ese curioso y gigante edificio semicircular mezcla de estilo neo morisco y neo renacentista.
También vemos una serie de llamativos 48 nichos decorados con azulejos preciosos, cerámicas muy populares en España y Portugal. Cada uno representa una de las provincias del país con un fresco y su correspondiente mapa. Además, hay dos torres, muy altas ambas, desde cuyas cimas se puede contemplar la ciudad en todo su esplendor.
Y no podemos olvidarnos de que en el medio de la Plaza de España, conocida como la Venecia de Sevilla, hay un canal my bonito en el que puedes alquilar un bote y dar una vueltita, cruzando cuatro puentecitos que representan, cada uno, el antiguo reino de España.
Si sales de la Plaza de España y caminas unos 15 minutos cruzando el Parque María Luisa llegarás a este barrio que en el siglo XIII era el barrio judío de Sevilla: el Barrio de Santa Cruz. Muchos de ellos fueron expulsados por no convertirse al cristianismo un siglo más tarde.
Hoy ese encanto histórico está lleno de placitas ocultas, viejos palacios y muchos restaurantes. Aquí se trata de caminar y caminar y detenerse a comer algo o degustar alguna de las tapas tradicionales de Sevilla.
Y si tienes un poco más de tiempo dentro del barrio puedes detenerte a conocer la Casa de Pilatos, un palacio hermoso del siglo XVI, de bellas formas, mezclando estilos como el gótico, el mudéjar o el renacentista. Tiene 150 azulejos distintos y es impresionante pues cuenta con un Palacio de Verano, en la planta baja, y un Palacio de Invierno, en la planta alta.
La planta baja de puede visitar con una audioguía, pero para recorrer el piso alto, parcialmente habitado por los Duques de Medinaceli, debes aplicar a un tour y pagar una entrada. Además, tiene un bellísimo jardín con 24 esculturas de dioses griegos y emperadores romanos, así que hay que dedicarle un par de horas a la visita.
El Metropol Parasol está a menos de 10 minutos a pie desde la Casa de Pilatos, y es una estructura moderna construida en 2011 por el arquitecto Jürgen. Se lo conoce también como las setas de Sevilla o las Setas de la Encarnación: tiene una altura de 26 metros y es la estructura de madera más grande del mundo.
Desde arriba de todo, punto al que se llega en elevador, tienes una vista fantástica de Sevilla, pero la propia estructura guarda un museo arqueológico, restaurantes, cafeterías y tiendas. Y si quieres terminar el día en un restaurante puedes reservar una mesa en El Rinconcillo, el bar más antiguo de Sevilla. Data de 1670 y es tremendamente popular.
Día 2 en Sevilla
Llegó el día de la historia. Después de un temprano desayuno debes acercarte al Real Alcázar de Sevilla, el palacio más antiguo y aún en uso en Europa. Tiene más de mil años de vida.
Corría el siglo X cuando los gobernadores cordobeses de Sevilla lo utilizaron como fuerte, ampliado y reconstruido en el siglo XI bajo el dominio musulmán. Con el tiempo otras estructuras palaciegas se le fueron sumando, así que hoy es un tremendo palacio de distintos estilos.
Al día de hoy los pisos superiores están dedicados a ser residencia oficial de la familia real española. El Palacio de las Doncellas y su enorme estanque en el centro es un tesoro, lo mismo los jardines. Lo cierto es que el paseo por el Alcázar te va a llevar una buena cantidad de horas, yo diría que toda la mañana, así que para cuando termines será hora de almorzar. Por suerte restauranes y bares de tapas no faltan cerca.
Después es el turno de la Catedral de Sevilla, a solo cinco minutos de andar desde el Alcázar. Originalmente el templo fue construído en el siglo XII como mezquita, pero cuando los cristianos reconquistaron la ciudad en el siglo XIII se lo conviritió en catedral.
Un terremoto la destruyó en 1356 y la reonstrucción del templo que vemos hoy tardó 73 años. Aquí descansa Cristóbal Colón, nada más y anda menos. Si no tienes mucha idea de la historia de la ciudad siempre es una buena idea contratar un guía especializado.
El campanario de la catedral es la famosa Giralda, símbolo de Sevilla desde la Edad Media. Era e antiguo minarete de la vieja mezquita , y se mantuvo aún después del terremoto y la reconstrucción. Tiene 104 metros de alto y fue por ocho siglos la estructura más alta de la ciudad. Puedes trepar hasta la cima subiendo 35 rampas, las mismas que siglos antes subieran guardias, burros y caballos. La verdad que las vistas desde arriba valen la pena.
El segundo día en Sevilla puede terminar disfrutando de un show de flamenco. Hay muchos tablaos así que solo tienes que elegir uno. La Casa de la Memoria es genial, y lo mismo el tablao El Arenal.
Día 3 en Sevilla
Llegamos al último día de nuestras horas en la ciudad y hemos visto mucho de lo más importante, pero no todo todavía. Nos queda, por ejemplo, la Torre del Oro, una torre de 36 metros de alto construída en el siglo XII por los musulmanes.
La Torre del Oro fue alguna vez parte de la muralla mora que se extendía desde el Alcázar al resto de la ciudad. Está justo al lado del río Gualdalquivir y fue construida para proteger el acceso y control a la ciudad desde el río. Y sí, se puede subir y disfrutar de las vistas.
El Museo Naval es un buen sitio con mapas, modelos a escala, banderas y equipos navales varios. La entrada cuesta 3 euros nada más y se ingresa los lunes de manera gratuita. Ya que estamos en la zona del río puedes ir caminando hasta el Mercado de Triana, en el barrio del mismo nombre. Desde la Torre del Oro llegas en 15 minutos nada más.
El mercado tiene una vibra especial, es genial, colorido, con venta de frutas frescas, pescados, bebidas y vegetales varios. Y por suerte también hay bares de tapas ahí así que se puede almorzar.
Finalmente, los museos. Lo mejor es averiguar antes qué museos hay en Sevilla y cuáles te gustaría conocer. Están: el Museo de Bellas Artes, el Museo del Baile Flamenco, con show incluido, el Museo de Artes y Costumbres Populares, el Museo Arqueológico, Museo de Carruajes, Museo Histórico Militar o el Museo Taurino.
Hasta aquí lo que podemos ver en 3 días en Sevilla. Creo que tres días son un tiempo suficiente, pero obviamente lo mejor es quedarse mucho más tiempo. Más si queremos hacer un day trip, por ejemplo ir a Ronda y los famosos pueblos blancos de Sevilla.