Qué hacer 3 días en La Habana

La Habana es la capital de Cuba y la puerta de entrada a la isla y sus atractivos turísticos.  Un viaje a éste, uno de los pocos países comunistas que quedan en el mundo, no está completo sin disfrutar de la belleza centenaria de esta ciudad.

Unos días en La Habana y después, sí, uno puede tomar un avión y pasear por playas de ensueño y paisajes de postal bien caribeñas. Yo creo que lo distintivo que ofrece Cuba dentro del turismo en la zona es precisamente esa combinación de paisajes naturales, historia y cultura. Y sí, antes de que las cosas cambien para siempre conviene darse una vuelta…

Alojamiento en la Habana

La ciudad tiene muchos tipos de alojamiento: hoteles, pensiones, casas de alquiler turístico y hoteles boutique entre los que se destacan hoteles muy antiguos. Opciones hay muchas y deberás considerarlas acorde a tu bolsillo pero si puedes permitírtelo no hay nada más hermoso que alojarse en un hotel boutique en La Habana.

Muchos de ellos están dentro del casco histórico así que suman buena ubicación para moverse a pie e ir y venir a museos y restaurantes.  Desde mi punto de vista estos son los más recomendables: Los Frailes, Hotel Palacio del Marques de San Felipe y Santiago de Bejucal, Hotel Saratoga, el Hotel Palacio O’Farrill...

Los Frailes está en La Habana Vieja, muy cerca del Convento de San Francisco de Asís y de la Plaza Vieja. Es un edificio colonial que recuerda a un viejo monasterio y que fue propiedad de un Capitán de Navío de la Armada Francesa.  Por su parte el Hotel Saratoga es un palacio de estilo neoclásico en el Paseo del Prado, también en La Habana Vieja, que data de fines del siglo XIX. No tiene el encanto antiguo de Los Frailes pero sí tiene piscina y si vas en días de mucho calor se agradece su frescura.

Finalmente, el Hotel Palacio del Marques de San Felipe y Santiago de Bejucal también es un edificio colonial que se ubica sobre la turística y antigua Calle Oficios. Tiene solo 27 habitaciones y su fachada barroca es un encanto mientras que su interior es una ventana a la opulencia de la aristocracia cubana del siglo XVIII. Desde sus habitaciones frontales tienes una vista genial del Convento de San Francisco de Asís y la plaza del mismo nombre. Es un lujo.

Qué ver en La Habana

Si decides alojarte en La Habana Vieja tu ruta dependerá del momento del día en el que llegues, pero suponiendo que puedes empezar a recorrer desde la mañana entonces el primer día te concentrarás en ese distrito. Primer día en La Habana Vieja.

Con más o menos simpatías Cuba no deja de ser una dictadura y como tal el congreso no sesiona desde hace tiempo. El edificio del Capitolio se ha convertido en un museo y yo creo que deberías visitarlo. Es casi una copia del Capitolio estadounidense y te recomiendo leer algo de su historia antes de ir. Es precioso y marca el kilómetro 0 del país en un diamante incrustado en el piso. Por supuesto, es un sitio super lujoso.

El Capitolio está a la izquierda del Parque Central, la plaza enorme que separa La Habana Vieja de La Habana Central. En el centro está la estatua del luchador por la independencia, José Martí y justo enfrente está el Hotel Inglaterra, otro recomendable hotel de los viejos. Verás además el Gran Teatro de La Habana y el famoso Cine Payot, uno de los más antiguos del mundo.

Si haces lo que Martí indica con su dedo te adentras en la Calle Obispo y la Avenida de Bélgia. El bar El Floridita, famoso por Hemingway, está sobre la primera. No es barato pero todos van y se toman una foto con la estatua del escritor apoyado en la barra.

La calle en sí es muy popular, sus tiendas, sus restaurantes y dos edificios más que merecen ser visitados: el Hotel Ambos Mundos que guarda la habitación de Hemingway abierta al público y la hermosa y elegante Farmacia Taquechel.

Si te detienes a almorzar puedes comer en alguno de estos sitios y después seguir viaje para visitar el Palacio de los Capitanes Generales, la antigua residencia de los gobernadores españoles en la colonia. Está justo frente a la Plaza de Armas. Cuando sales puedes seguir paseando y la caminata puede llevarte con tranquilidad por el casco antiguo descubriendo la Plaza de San Francisco de Asís, la Plaza Vieja o la Plaza de la Catedral. Con sus iglesias, obvio.

No muy lejos de la Plaza San Francisco, frente a la Terminal Sierra Maestra de cruceros, está el Museo del Ron. ¿Te gusta el Havana Club? Pues puedes apuntarte a una visita guiada. Una buena parada de tu primer día en La Habana puede ser con un mojito del cercano bar Dos Hermanos en la mano. O en el famoso Bodeguita del Medio, sobre la calle Empedrado.

Después regresas al hotel, te bañas y sales a disfrutar de la noche.  Puedes disfrutar de un show en alguna discoteca, en el Cabaret Tropicana, por ejemplo, o unas clases de salsa en la Casa de la Música, o salir a cenar a alguno de los «paladares» (restaurantes), que tiene la ciudad.

El segundo día por la mañana puedes ir detrás del Capitolio y pasear primero por la Fábrica de Tabacos Partagas y después por el Barrio Chino.La fábrica está sobre la calle Industria y puedes ver como hacen cigarros, fumar uno y comprar.  Por otra parte está el Barrio Chino: la puerta está en el cruce de las calles Dragones y Amistad.

Aunque ha perdido la gloria y tamaño de antaño sigue siendo un paseo colorido en el que puedes aprovechar y almorzar algún plato oriental. De regreso al Parque Central puedes encarar el Paseo del Prado, un paseo precioso que te dejará en un sitio icono: el Malecón.

El atardecer es un buen momento para andar por aquí así que si quieres hacer tiempo puedes visitar algún museo como el Museo de la Revolución, el de Bellas Artes o el Memorial Granma que recuerda los días en el que Fidel Castro y los suyos empezaron a recuperar la isla de manos del dictador Batista. Por la noche puedes desde tomar un helado en la Heladería Copelia, la más famosa de la ciudad, hasta ir de bares o recaer en un cabaret o discoteca.

Pero si quieres algo más tranquilo, una cena agradable en un paladar privado es posible. Uno muy conocido es La Guarida, de buena calidad y precios algo altos porque es conocido y concurrido. Cerca está el San Cristóbal, en una vieja mansión, que es donde cenó Obama en su visita oficial. Otro, en la Plaza de la Catedral, es el Paladar Doña Eutimia, con una carta de recetas caseras muy sabrosa.

El tercer día en La Habana puedes acercarte a la costa y visitar las construcciones defensivas de la época de la colonia. Hablo del Castillo del Morro, popular y muy visible, el Castillo de la Real Fuerza (ambos Patrimonio Mundial), y la Fortaleza San Carlos de la Cabaña situada sobre la colina del lado este del puerto en el interior del hoy Parque Histórico Militar Morro-Cabaña.

Así, una vez que has visitado museos, tiendas, calles, restaurantes y fortalezas ya tienes tiempo de coger un avión e ir a por las playas.


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