5 lugares misteriosos en París

Todas las ciudades europeas que acumulan siglos de historia tienen sitios misteriosos para conocer. Basta investigar cuales son y animarse a salir en su búsqueda. Este verano puede ser una buena oportunidad para caminar por las calles de la capital francesa y además de tomar fotos, comer crepes y exquisitos sándwiches con mantequilla a la orilla del Sena tener a mano una lista de sitios poco frecuentes, raros y misteriosos.

Un Museo de Vampiros, un patio asfaltado con lápidas medievales, la vieja casa de un alquimista, el Cementerio Père Lachaise y por supuesto, famosas pero no por eso no recomendables, las Catacumbas de París. Un rosario a mano, la cámara de fotos y a andar.

Museo de Vampiros

Jacques Sirgent es un canadiense de padres franceses que un buen día se apasionó con todo lo relacionado al vampirismo. Mientras su padre dictaba clases de literatura francesa él comenzaba a fascinarse por la literatura fantástica y la historieta, las leyendas y el folclore. Arsene Lupin, Dumas, Balzac, estaban por entonces en su biblioteca tanto en Canadá como en Ginebra a donde fue a estudiar y se diplomó en lingüística.

Se convirtió en especialista en literatura inglesa gótica, por ejemplo, así que no es solo un fanático de los colmillos y las películas malas. Siguió sus estudios en la Sorbona, en París, y en 2005 se abocó a la fundación de un museo y a dar conferencias. El museo está dedicado a los vampiros y a los monstruos de la imaginación y además de sus vitrinas repletas de cosas interesantes, tiene una importante biblioteca con más de 1500 libros y una videoteca con más de 1300 filmes.

Es un museo realmente único y excéntrico centrado en el vampirismo, el folclore occidental y el esoterismo.  Mucha información sobre demonios, ritos funerarios, el temor a la noche, las terapias de regresión, la brujería, la inmortalidad, textos raros, reliquias misteriosas guardadas en gabinetes aquí y allá, sofás de terciopelo, todo ayuda a crear una atmósfera realmente gótica que te va a encantar.

El lugar abre todo el año desde las 10 am hasta la medianoche pero debes reserva antes por teléfono. La visita dura unas dos horas y la información está en francés y en inglés. El metro, Línea 11, te deja cerca descendiendo en la estación des Lilas. Exactamente la dirección es rue Jules David, 14. Cuesta 8 euros por adulto.

El Patio de las Lápidas

Este sitio es pequeño y puede pasar fácilmente desapercibido pero está en un sitio muy turístico así que sin duda vas a andar cerca como para perdértelo. Está en la Île de la Cité, del lado derecho de la Catedral de Notre Dame, y se trata de una callecita antigua. Se llama Chanoisse y resulta que a través del tiempo distintos segmentos se han visto afectados y transformados por el crecimiento urbano de París.

Parte de la calle Chanoisse, entonces, conserva de alguna manera su aire medieval. Ha logrado hacerlo porque hasta el siglo XVIII esta parte de París estaba bajo el control o la influencia del monje Chanoine, una especie de ermitaño aislado del mundo que se dedicaba a meditar.

Así, parte del encanto de la callecita es esta historia relacionada con el monje pero la parte visible de su encanto misterioso es que un segmento algo apartado de la mirada tiene lápidas…

En el número 26 de la calle hay un viejo edificio con puerta roja y detrás hay un muy pequeño patio asfaltado no con piedras comunes sino con lápidas. Así es, si observas con atención no todas son lápidas pero algunas de las piedras que están ubicadas cerca de las paredes tienen inscripciones en latín y cuando examinas más de cerca aún te das cuenta que son lápidas que alguna vez estuvieron en las iglesias parisinas, allá por el siglo XIX.

Parece que los arquitectos del edificio decidieron utilizarlas para tapar la tierra y hacer el piso y allí están desde entonces.

Casa de Nicolas Flamel

La alquimia es considerada  una práctica protocientífica, es decir anterior a la ciencia. Si bien la identificamos inmediatamente con la Edad Media es realidad se practicó en Egipto, Mesopotamia, la Aantigua Roma, Grecia e incluso el Imperio Islámico combinando siempre conocimientos de metalurgia, física, química, astrología y medicina. Es decir, tiene muchos siglos de historia.

La Industria Cultural occidental nos ha machacado siempre con la idea de que la alquimia buscaba convertir plomo y otros metales en oro, pero en realidad es un poco más profundo y su búsqueda se concentraba en la búsqueda de la llamada Piedra Filosofal y la vida eterna. Ayuno, oración, transmutación del alma, un poco de todo. Eso hacía Nicolás Flamel, un burgués de París que vivió allí en el siglo XIV y que según cuenta la historia era un hábil alquimista.

Viajó a España y de regreso a París en 1407 mandó a construir su casa sobre la rue de Montmorency, 51, que es la que vemos en las fotos y todavía está en pie. Se trata de la casa de piedra más vieja de la ciudad y según se dice aquí dentro Flamel llevaba adelante sus experimentos ya que el mismísimo re le pidió que transmutara oro para sus arcas reales.

En el siglo XV Flamel murió pero ya había diseñado su tumba, bien simbólica, en la Iglesia de Saint-Jacques de la Boucherie, hoy ya no en pie, aunque la puedes ver en el Museo de Cluny.

¿Y se puede entrar a la casa? Sí, el edificio funciona hoy como un restaurante y por suerte los dueños aprovechan la fama del alquimista, el sitio se llama Auberge Nicolas Flamel, y es encantador por dentro.

Catacumbas de París

He dejado los últimos dos sitios misteriosos para lo último porque son los más conocidos de París. Los túneles subterráneos bajo París existen desde tiempos de los romanos y parece que hay cientos de kilómetros de laberintos, algunos conocidos y otros todavía no. Por eso es que solo algunos están abiertos al público, una pequeña parte en verdad que se conoce con el nombre de Osario Denfert-Rochereau.

Aquí hay entre seis y siete millones de restos óseos de gente que alguna vez vivió o murió en parís. Fueron a parar aquí cuando a partir del siglo XVIII los cementerios de las iglesias parisinas empezaron  a no dar a basto y las pestes infestaban las calles con cuerpos a medio cubrir, lluvias que barrían las tumbas y demás.

Puedes apuntarte a la visita turística, por supuesto. Hoy en día está más controlado todo ya que en 2004 la policía encontró una enorme caverna donde se había instalado un cine y un bar. Los responsables jamás aparecieron pero desde entonces hay más controles. Puedes comprar los tickets con anticipación pero espera aguardar al menos una hora para hacer el recorrido. ¡Es un sitio muy turístico!

Cementerio Père Lachaise

Sin dudas es uno de los cementerios más famosos del mundo. Lo fundó Napoleón y durante mucho tiempo pasó desapercibido pero cuando se dio a conocer que aquí estaba enterrado Moliere de golpe la gente quiso dormir el sueño eterno entre «famosos».

Por eso es que hoy alberga tumbas de personajes reconocidos como Oscar Wilde, Jim Morrison, Allan Kardek (el padre del espiritismo), Ètienne-Gaspard Robert, el inventor de fantasmagoría o los pioneros de los vuelos en globo, Thèodore Silvel y Joseph Croce-Spinelli que murieron en 1875 tratando de batir un récord.

¿Cómo llegas hasta el cementerio? Hay una estación que se llama como el cementerio pero no te confundas porque te deja a medio kilómetro de la entrada. La Línea 2 te deja más cerca bajando en la estación Philippe Auguste. En la entrada te entregan un mapa gratuito para moverte entre las rumbas aunque también puedes hacer el tuyo antes investigando un poco en Internet.


Sé el primero en comentar

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*