5 museos divertidos para visitar con niños y consejos para hacerlo

El pasado 18 de mayo se conmemoró el Día Internacional de los Museos, una fecha perfecta para recordar que el arte y el conocimiento no tienen edad. Nunca es demasiado pronto para asistir a una exhibición pues siempre se puede aprender algo nuevo.

Cuando hablamos de niños, antes de visitar cualquier museo es importante tener en cuenta la etapa en la que se encuentran, especialmente si están comenzando a vivir este tipo de experiencias.

A continuación, queremos compartir algunos consejos para realizar una visita al museo junto a niños sin que se convierta en una pesadilla y 5 museos divertidos para visitar con niños.

5 museos divertidos para ir con niños

Dinópolis y MUJA

Viaje en el tiempo Dinopolis

Dinópolis es un parque temático único en Europa dedicado a la paleontología y a los dinosaurios, de los que se han hallado importantes restos en Teruel. Las visitas al Museo normalmente son guiadas y en cada sala os explicarán con todo detalle los secretos que esconde Dinópolis. Lo mejor es que cuenta con diferentes atracciones y actividades que harán las delicias de los niños como un T-Rex animado hiperrealista o un viaje a los orígenes del ser humano. El precio de las entradas es de 24 euros los niños y 30,50 euros los adultos.

No obstante, la ciudad aragonesa no es el único lugar en España donde pueden contemplarse los restos de estas criaturas jurásicas. En la costa oriental de Asturias también hay fósiles y huellas de la presencia de dinosaurios en el norte del país.  La ruta de los dinosarios de Asturias abarca el litoral entre las localidades de Gijón y Ribadesella.
Para conocer más a fondo a los dinosaurios y su presencia en Asturias merece la pena visitar el MUJA, es decir el Museo del Jurásico de Asturias que cuenta con actividades, talleres y juegos para que a los niños la visita les sea más amena. La entrada general es de 7,24 euros y la de menores de 11 años es de 4,70 euros.

Museo de la Piratería

Las Islas Canarias han sufrido durante su historia el acoso de los piratas por ser destino de numerosos barcos cargados de oro procedentes de América. Para proteger a los navíos españoles y a la población de Lanzarote a mediados del siglo SXV se crea la Fortaleza de Santa Bárbara. Actualmente hoy es sede del Museo de la Piratería donde se puede conocer el pasado de la isla, cómo eran los ataques de los piratas y una sala de armas antiguas entre otras muchas cosas.

Pero conviene tener cuidado durante la visita al Museo de la Piratería de Lanzarote ya que por los pasillos de la fortaleza podrás encontrarte con piratas temibles de la talla de John Hawkins, Francis Drake o Robert Blake.

Museo del Ratoncito Pérez

Cuenta la leyenda del Ratoncito Pérez que este entrañable roedor se ocupa de recoger los pequeños dientes de leche de los niños cuando se les caen para dejarles una moneda a cambio bajo la almohada.

El Ratoncito Pérez tiene su origen en la imaginación del religioso Luis Coloma quien inventó un cuento con el ratón como protagonista para calmar al rey Alfonso XIII de niño tras perder uno de sus dientes de leche. Según la leyenda, el ratón vivía en un edificio de la calle Arenal de Madrid, junto a la Puerta del Sol y muy cerca del Palacio de Oriente.

Hoy, en la primera planta del número 8 de dicha calle, se encuentra la Casa-Museo del Ratoncito Pérez la cual se puede visitar todos los días excepto el domingo. La entrada a la Casa-Museo es de 2’50 euros.

El Oceanográfic de Valencia

El Oceanogràfic de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia es el mayor acuario de Europa, y en él se representan los principales ecosistemas marinos del planeta. Por sus dimensiones y diseño,  así como por su importante colección biológica, nos encontramos ante un acuario único en el mundo donde conviven, entre otros animales, delfines, tiburones, focas, leones marinos o especies tan curiosas como las belugas y las morsas, los únicos ejemplares que se pueden contemplar en un acuario español.

Cada edificio del Oceanogràfic se identifica con los siguientes ambientes acuáticos: Mediterráneo, Humedales, Mares Templados y Tropicales, Océanos, Antártico, Ártico, Islas y Mar Rojo, además del Delfinario.

La idea bajo la que nace este singular espacio es que los visitantes del Oceanográfic aprendan las principales características de la flora y fauna marina desde un mensaje de respeto hacia la conservación medioambiental. La entrada infantil cuesta 21’50 euros y la de adulto 28’50 euros.

Consejos para visitar un museo con niños

Menores de 6 años

Durante los primeros años, los niños son muy inquietos y probablemente no conseguirán mantener la atención en un museo durante mucho tiempo. Nuestra recomendación es que no abuses de su paciencia y hagas visitas cortas a los museos, si es posible en días gratuitos. Así no dolerá tanto el tener que abandonar pronto la visita y no amortizar lo suficiente la entrada.

A estas edades, lo más aconsejable es elegir museos pensados para niños. Los hay con elementos para llamar su atención, con actividades interactivas que les permiten tocar objetos, apretar botones o hacer pruebas diversas. Este tipo de museos cuentan con audioguías con explicaciones para su edad que les ayudarán a entender mejor lo que están viendo.

No obstante, los padres pueden reforzar esas explicaciones relacionando la obra que están contemplando con la realidad cotidiana de los pequeños, dejándoles expresar sus opiniones y fortaleciendo su imaginación.

Entre 7 y 11 años

A esta edad son más independientes respecto a los padres y les gusta investigar lo que están viendo y experimentar por sí solos más que aprender nombres de artistas o de obras concretas. No obstante, siempre recurrirán a los padres para resolver las dudas que les puedan surgir. Por eso, conviene ser cuidadosos al dar nuestras opiniones sobre las obras con el fin de que experimente y descubra por sí solo los tesoros del museo.

La mayoría de los museos ofrecen divertidos talleres y actividades enfocados a los más pequeños. Si el niño está de acuerdo, apuntadle a alguna actividad que pueda hacer junto a niños de su edad. Aprenderán mientas se divierten y la experiencia les resultará más fructífera.

Mayores de 12 años

A estas alturas los chavales ya saben qué tipo de museos les gustan más y menos. Lo mejor es que los padres acuerden con él que tipo de visita desean hacer y negociar para organizar una que le pueda gustar a él y otra a vosotros.

Además, los preadolescentes aún disfrutan de la compañía de sus padres así que aprovechadlo y disfrutad juntos de la visita. Es también una buena oportunidad para charlas y averiguar sus temáticas preferidas.Las de música o ciencia suelen estar entre sus favoritas.

Una visita guiada os permitirá aprender juntos en caso de que no dominéis el tema y así sacar el máximo partido al plan.


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