Aokigahara es un bosque espeso y oscuro ubicado en la base del Monte Fuji que posee una fama terrible. En Japón es conocido como «el lugar perfecto para morir» gracias al best seller de Wataru Tsurumui: «Manual Completo del Suicidio». Sin duda uno de los lugares más escalofriantes del país y que atrae a no pocos visitantes curiosos.
Alimentando el mito de las cifras de suicidios en Japón, entre los árboles del bosque Aokigahara cada año aparecen un buen número de cadáveres. Y allá va lo más impactante: algunas de las víctimas fueron allí a quitarse la vida con el libro de Tsurumui en sus manos. Ninguno hace caso de los carteles (reales) de «por favor recapacite» o «por favor consulte a la policía antes de decidirse a morir».
Los vecinos de este bosque afirman que no pueden saber quienes de entre los visitantes de la zona acuden aquí para relajarse en la naturaleza o lo hacen para no volver más. Tampoco está claro por qué eligen este lugar, que ya registraba numerosos suicidios antes de la publicación del libro.
Una posible explicación es que desean morir al pie del monte sagrado de los japoneses, el Fuji Yama, aunque también tienen cierto peso las míticas historias de fantasmas errantes llamados Yurei y de árboles que hacen prisioneros a los que entran en la espesura impidiendo que logren salir de allí. Los aullidos del viento entre las ramas del bosque no tienen nada de especial, pero a muchos les suenan como lamentos de espíritus que llegan desde el Más Allá.
Lo realmente espeluznante es la tarea de los trabajadores forestales que regularmente limpian el bosque y que se topan con macabros hallazgos: cadáveres en diverso estado de descomposición, por lo general colgando de los árboles o parcialmente devorados por animales salvajes. Un trabajo duro.
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Imágenes: seekjapan