Bath, un destino bien british

Si te gustan las novelas de Jane Austen o cualquier película inglesa que transcurra en el siglo XIX, entonces seguro oíste hablar de Bath. Sí, el balneario de la clase alta inglesa de aquella época, casi alma mater del turismo que vendría después como una industria sin chimeneas.

¿Sabías además que Bath es Patrimonio Mundial de la Humanidad? Sí, es que tiene una historia milenaria, amén de ocupar un gran capítulo para la industria inglesa en el siglo XVIII. Así que, como ves, la ciudad tiene más de un encanto y eso hace que estando en el país uno deba sí o sí darse una vuelta y visitarla.

Bath en tiempos romanos

Bath fue fundada en el siglo I d.C por el Imperio Romano que para ese entonces había alcanzado a cruzar el Canal de la Mancha. Los manantiales calientes, naturales, de la zona, hicieron que se convirtiera en un spa antiguo, aunque en realidad ya en tiempos de la Edad de Bronce las tierras estuvieron ocupadas.

De hecho, la colina que mira a la actual ciudad, Solsbury Hill, fue en ese tiempo un fuerte y también se sabe de otras construcciones gracias a las excavaciones arqueológicas. Parece que los romanos aprovecharon algunos santuarios y los aggiornaron a su propio culto. Así, un santuario dedicado a la diosa Sulis pasó a dedicarse a Minerva. Después, en los siglos siguientes, cobrarían forma las instalaciones del complejo termal.

Ya en el siglo II d.C aparecieron las estructuras típicas de una terma romana: el caldarium, el tepidarium y el frigidarium. A su vez, el antiguo pueblo romano fue rodeado por unas murallas defensivas, pero eventualmente, con la caída del imperio hacia el siglo V todo cayó en desuso. Hacia el siglo IX el patrón urbano del pueblo romano se había desvanecido y las tierras eran propiedad real.

Con el tiempo el pueblo fue creciendo bajo el amparo de una abadía. Se construyeron nuevas termas alrededor de los manantiales y después la ciudad vivió todos los vaivenes de la historia política del reino. Muchas de las zonas de la ciudad se construyeron en la época de los Estuardo y otro tanto en el período Georgiano, que fue cuando se disparó el número de visitantes. Este período es precisamente el que reflejan las novelas de Jane Austen.

Visitar Bath

Bath está en el Valle de Avalon, rodeada de colinas. El río que supo ser irregular y repleto de arroyos y zonas inundadas y estanques, fue encausado en un único canal y los problemas de inundación se terminaron en los años ’70 del siglo XX.

Las aguas calientes, los manantiales, emergen de las Colinas Mendip. En realidad se originan en la lluvia que penetra en la tierra y va derecho a los acuíferos subterráneos a más de 2500 metros de profundidad. Ahí, gracias a la energía geotermal la temperatura del agua se eleva hasta una temperatura entre 60 y 96 ºC. Bajo presión el agua sube a la superficie colándose entre las fisuras de la piedra caliza y el turismo la aprovecha.

Bath tiene un clima más templado que el resto del país aunque llueve mucho. Calcula que en verano la temperatura ronda los 21ºC. En parte gracias al cinturón verde que la rodea y que fue trazado en los años ’50. Todo eso contribuye a que el turismo sigue siendo el motor principal de la ciudad.

¿Qué podemos hacer en Bath? Bueno, sin dudas conocer primero las ruinas arqueológicas que hay en el centro. Las viejas termas romanas están más abajo del actual nivel del suelo, y hay pilares y cimientos muy antiguos. Después está la Abadía de Bath que, aunque es más antigua, tiene un edificio que data del siglo XVI y que es muy hermoso.

Muchos de los edificios datan de los siglos XVIII y XIX y predomina el estilo georgiano, con fachadas claras, construidas en la piedra local. Hoy muchas de estas casas son hoteles así que vale la pena quedarse a dormir para experimentar de verdad la vida de Bath. O su pasado.

The Circus es el destino en Bath. Se trata de terrazas curvas diseñadas por John Wood que le dan forma a un espacio circular abierto que servía para actividades o juegos. Con cierto aire al Coliseo de Roma tiene tres fachadas con un estilo arquitectónico distinto cada una, en las columnas: jónico, dórico y corintio. De estas terrazas la más llamativa es Royal Crescent que data de la segunda mitad del siglo XVIII, pero otras muy bonitas son Somerset Pace o Lansdown Crescent.

Sobre el río Avon hay un puente neoclásico, el Puente Pulteney. Tiene arcadas comerciales, por eso se parece al famoso Puente Vecchio de Florencia, y casi no ha cambiado desde su construcción. Pump Room, las calles georgianas, el edificio de los gremios, el bulevar, los teatros de la ciudad que son cinco y son todos de renombre, sus museos

Como ves un día solo en Bath no alcanza: hay paseos en bote, paseos en autobús, caminatas guiadas y day trips desde Bath. Todo vale la pena. Lo cierto es que Bath está rodeada de canales y se pueden explorar en bote, hay paseos de una hora, con una canasta de pic-nic, o se puede llegar hasta Bathampton. Si viajas con amigos puedes alquilar un bote mas grande y explorar por tu cuenta o comer en el único restaurante flotante de la ciudad, John Rennie.

También hay paseos en autobús en el clásico hop on hop off. Visitas los sitios emblemáticos de Bath sin tener que caminar mucho y de paso, a bordo, aprendes sobre la historia británica de la manera más relajada posible. Incluso hay tours que llegan hasta Stonehenge, Glastonbury, Cotswolds...

Y obviamente, Bath son termas así que hay termas y spa para aprovechar. Los baños modernos son los de Thermae Bath Spa, con una piscina en la terraza y servicios que relajan la mente y el cuerpo. Las vistas desde la terraza son espectaculares pero además puedes elegir entre 40 tratamientos distintos. No es necesario hacerse socio ni nada por el estilo, puedes pagar solo por dos horas de spa, por ejemplo., por un precio de 40 libras. La oferta es numerosa, pues este no es el único hotel que ofrece spas y tratamientos.

Y finalmente, Bath es sinónimo de termas romanas y de termas modernas también es sinónimo de Jane Austen. La escritora vivió aquí entre 1801 y 1806 y puedes seguir sus pasos a través de sus novelas. Está el Centro Jane Austen y también hay un Festival Jane Austen y un Tour Jane Austen que incluye ropa de época. ¡Me muero! Así que, ya lo sabe, si vas a Inglaterra, ¡date una vuelta por Bath!


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