Entre los pueblos de la Costa Brava, Begur está considerado como uno de los que posee más encanto. Su amplio patrimonio monumental y su entorno privilegiado de maravillosas playas y calas unidas por caminos de ronda así lo confirman.
Si un pueblo con encanto se caracteriza por contar con un casco histórico de calles estrechas y casas típicas, así como edificaciones que atestiguan su esplendor pasado, Begur lo tiene todo. No es casualidad que esta villa del Bajo Ampurdán, en la provincia de Girona, reciba miles de visitantes cada año. Para que la conozcas mejor, vamos a mostrarte los monumentos que la convierten en un pueblo con encanto. Te servirá como complemento de nuestro artículo anterior sobre sus playas paradisíacas.
El casco histórico de Begur
Calle del castillo, en Begur
Formado por calles estrechas y enmarcadas por casas tradicionales, te recomendamos que pasees por él para conocerlo mejor. Así, podrás llegar hasta el mirador de Carmen Amaya, desde el que tienes unas maravillosas vistas de toda la localidad. También debes subir hasta los restos de su castillo, que domina la villa desde un promontorio y que ya aparece documentado en el siglo XI.
Para ascender hasta él tienes que transitar por la medieval calle del Castillo, tortuosa, escalonada y con casas adaptadas a su singular orografía. Por ella subía el señor feudal hasta sus posesiones y los vecinos, como muestra de respeto, habían de ofrecerle un vaso de agua. Se trata de uno de los lugares que hacen de esta villa gerundense un pueblo con encanto.
Al Medievo y el Renacimiento pertenecen, igualmente, las torres defensivas que todavía hay repartidas por la localidad. Su función era proteger la costa de los ataques piratas. En concreto se conservan cuatro: la torre Pella y Forgàs, la de San Ramón, la de Can Marqués y la de Hermanac de Can Pi. En peor estado se hallan las de Mas Mauri de Vall y de Mas d’En Pinc. Esta última, además, se encuentra en una masía de la que te hablaremos más adelante porque en ella vivió la citada bailarina Carmen Amaya.
Asimismo, tienes que acercarte a la plaza de la Villa, auténtico centro neurálgico de Begur. Desde el mirador que te hemos mencionado anteriormente, tan solo te llevará cinco minutos a pie. Pero, si bajas desde el castillo, te aconsejamos que te acerques a la calle Santa Reparada, donde verás una escalera pintada de vivos colores que aparece en casi todas las fotos de la localidad presentes en Instagram.
En la plaza de la Villa encontrarás bares y restaurantes con cómodas terrazas. Pero también dos monumentos importantes en el pueblo: el Ayuntamiento y la iglesia de San Pere o San Pedro, de la que te hablamos a continuación.
La iglesia de San Pere y Santa Reparada
La capilla de San Ramón
Se trata de un templo tardo-gótico del siglo XVI que también cuenta con elementos renacentistas. No obstante, se construyó sobre otro anterior del que ya hay noticia en el XIII. Asimismo, a finales del XVIII se amplió con la nave que puedes ver al norte. La fachada principal, muy austera, tiene una portada con frontón decorado con esferas de piedra y una hornacina. Por su parte, el campanario está rematado por una espadaña.
En su interior, la bóveda es de crucería con arcos apuntados y decoración de santos esculpidos en bajorrelieve. Por su parte, el presbiterio está adornado con pinturas murales. Asimismo, desde el siglo XVIII alberga reliquias de Santa Reparada, a la que también se rinde culto en el templo.
Como curiosidad, te contaremos que nada de lo que te hemos dicho es lo más fotografiado de este templo. El lugar que más buscan los turistas y que contribuye a hacer de Begur un pueblo con encanto es el llamado Es Pedrís Llarg. Se trata de un largo banco corrido de piedra que recorre la fachada lateral y que ha sido punto de encuentro de los begurenses desde tiempo inmemorial.
Por otra parte, completa el patrimonio religioso de la localidad catalana la capilla de San Ramón. Se construyó en el XVII siguiendo los cánones del barroco popular, aunque sufrió una amplia transformación después de la Guerra Civil. Destaca el gran arco de su fachada y la torre campanario finalizada en espadaña.
La encontrarás en la base del castillo junto a un mirador que te ofrece espectaculares vistas de la Costa Brava, concretamente, del cabo de Creus y de las playas de Pals y de Sa Riera, pero también de la montaña del Montgrí.
Las casas de indianos
Can Pi es una de las más bonitas casas de indianos en Begur
Todo lo que te hemos mostrado hasta ahora contribuye a hacer de Begur uno de los pueblos con más encanto de la Costa Brava. Pero a ello colabora mucho el conjunto de casas de indianos que puedes ver en sus calles. Como sabrás, se trata de construcciones realizadas por los nativos de la localidad que, emigrados a América, volvían enriquecidos. Fue un fenómeno común a muchas zonas de España. Por ejemplo, en un lugar tan alejado de Cataluña como Asturias también abundan estas edificaciones.
En la villa gerundense hay varias de estas casas que rivalizan en belleza y originalidad arquitectónica, ya que muchas de ellas se inscriben en el modernismo y el eclecticismo de finales del siglo XIX y principios del XX. Vamos a hablarte de las más destacadas entre estas construcciones.
El antiguo casino y el Ayuntamiento
El antiguo Casino de Begur
Agrupamos estas dos construcciones por no tratarse de viviendas, sino de lugares con destino al público encargadas por indianos. El casino se edificó en 1870 y destaca por sus grandes ventanales, su exterior de piedra sin labrar y sus puertas con molduras.
En cuanto al edificio del Ayuntamiento, se construyó en 1902 y, aunque nunca fue casa de indianos, posee muchos rasgos arquitectónicos de la estética de estas casas. Para la fachada se recuperaron elementos del clasicismo, pero en su interior hay decoración con esgrafiados florales, techos de madera, casetones pintados y figuras de yeso.
Can Sora, Can Pi y Mas Térmens
Can Sora con sus pinturas bajo los arcos
A su vez, agrupamos estas tres residencias porque todas se debieron a emigrantes retornados desde Cuba. Asimismo, todas responden a los rasgos típicos de las edificaciones indianas, bien es cierto que cada una de ellas con sus rasgos peculiares. De hecho, este tipo de arquitectura es una síntesis de muchos estilos, que incluso se combinan en una misma construcción. No obstante, todos ellos se enmarcan en los cánones del modernismo y el eclecticismo que antes te mencionábamos.
Can Sora es una de las casas de indianos más bonitas de Begur. Su construcción data de 1870 y se debió a la familia Cama Martí. Consta de dos plantas y dos fachadas, pero la más bonita es la que cuenta con soportales de arcos en la planta baja. Asimismo, en las paredes interiores de estos hay pinturas que evocan paisajes americanos.
Por su parte, edificó Can Pi la familia Pi y Carreras y conserva uno de los rasgos distintivos de este tipo de construcciones cuando están en calles y no en fincas particulares: el huerto en su parte sur. Y, en cuanto a Mas Térmens, se debió a un encargo de Santiago Mauri Carreras. Destaca por sus pilastras acanaladas y sus balcones con primorosas barandillas. En su caso, dispone de planta baja y piso.
Mas Carreras y Casa de Pere Roger
La Casa de Vicente Ferrer
También las incluimos en un mismo epígrafe porque, a nuestro juicio, son las dos casas de indianos más bonitas de la villa y que mejor contribuyen a hacer de esta un pueblo con encanto. La primera se construyó por orden de Josep Carreras y Frigola, quien aprovecho para ella una torre defensiva del siglo XVI. Sin embargo, esta sería derruida a finales del XIX. También destacan sus balcones corridos con rejería y su balaustrada de aire clásico en su parte superior.
Quizá más bonita aún sea la casa de Pere Roger. En ella, destaca sobre todo su fachada posterior, con doble galería de arcos mirando al jardín. Asimismo, dentro de los arcos de la planta superior hay pinturas al fresco que recrean paisajes marinos y que han sido restauradas hace pocos años.
En fin, podríamos mencionarte otras muchas casas de indianos en Begur. A modo de ejemplo, citaremos la de Ramón Silvestre, la de Vicente Ferrer, la del Señor Puig o la de Paco Font, que se considera la última de su género que se edificó en la villa.
Pero tal fue la importancia de estos begurenses retornados de América que en la localidad se ha abierto el Centro de Interpretación de los Indianos de Cataluña. Es un museo inmersivo en el que se recupera la peripecia de estos personajes y su importancia en la economía catalana al retornar a su tierra. Asimismo, el pueblo celebra cada año la Feria de Indianos. Tiene lugar la primera semana de septiembre e incluye numerosas actividades de época.
La masía de Carmen Amaya
Masía de Carmen Amaya con la estatua a la bailarina en primer término
Terminamos nuestro recorrido por los monumentos y lugares que hacen de Begur uno de los pueblos con más encanto de la Costa Brava hablándote de la masía de Mas d’En Pinc, que perteneció a la bailarina Carmen Amaya, quien pasó allí sus últimos años. Posteriormente, fue adquirida por el Ayuntamiento para instalar en ella el fondo documental de la Reserva Marina de Ses Negres.
Esta entidad ha creado en la masía un espacio interactivo que se encarga de difundir el valor de este espacio natural, pero también la historia de la zona. De hecho, como ya te hemos dicho antes, la masía incluye una de las torres defensivas del siglo XVI con que cuenta la villa gerundense y que también puedes ver.
En conclusión, te hemos mostrado los principales monumentos que, junto a las playas, hacen de Begur uno de los pueblos con más encanto de la Costa Brava. No en balde, esta parte de Girona es una de las más bonitas de toda Cataluña. Anímate a descubrirla.