La pequeña localidad aragonesa de Biel se encuentra a pies de la sierra de Santo Domingo, englobada dentro de la Comarca de las Cinco Villas, que también incluye Ejea de los Caballeros, Tauste, Uncastillo, Sádaba y Sos del Rey Católico.
Vivió su época de máximo esplendor en la Edad Media, cuando albergó una importante población sefardí e incluso fue escenario de la infancia del rey Alfonso I el Batallador. Testimonio de todo ello son sus sinuosas calles de origen medieval, estrechas y empedradas, y muchas de sus construcciones. A continuación, vamos a mostrarte lo que puedes ver y hacer en Biel.
El castillo fortaleza
Castillo fortaleza de Biel
Es el gran símbolo de esta localidad de Aragón. La primera noticia de él data de tiempos de Sancho III el Mayor de Navarra (992-1035), pero se convertiría en palacio del rey cuando Sancho Ramírez lo entregó como dote a su esposa Felicia de Roucy en 1071. Responde, por tanto, al estilo románico y ha sido declarado Monumento Histórico. En concreto, se inscribe en el canon llamado torreón o «donjón» típico del norte de Francia.
La parte principal y mejor conservada es una gran torre de unos veinte por diez metros que se trunca en su cara oeste para adaptarse al terreno. Justamente, en esa parte hay un pasaje que llevaba a la puerta principal. Esta, como corresponde al tipo de edificaciones defensivas, se hallaba en alto. Su factura es de sillería y presenta muchos vanos y algunas ventanas que podrían ser fruto de una reforma del siglo XVI.
En cuanto al interior, se organizaba en cuatro grandes salones superpuestos. Las plantas se dividían mediante suelos de madera sustentados por arcos de medio punto y la noble se hallaba en la parte superior. Cada una sumaba unos cien metros cuadrados y, en total, alcanzaban una altura aproximada de veinticinco. Asimismo, la inferior, dedicada a almacén, se apoyaba en un zócalo macizo de tres metros. En cuanto al tejado, es a cuatro aguas y posee un gran alero.
Finalmente, en torno a la torre existe un recinto ovalado de bastante amplitud. No obstante, como se asienta sobre una superficie rocosa, es difícil comprender el tamaño de ese recinto y sus dependencias.
Puedes visitar esta construcción, pero debes pedir las llaves en el Ayuntamiento. Te aconsejamos que lo hagas porque, si bien ya no existen los pisos, la sensación de grandiosidad que notarás al entrar es impresionante. Al parecer, la Mancomunidad de las Altas Cinco Villas tiene previsto restaurar el monumento para convertirlo en un centro de interpretación de la vida en castillos durante la época medieval.
La iglesia de San Martín de Biel
La iglesia de San Martín de Biel con el castillo detrás
La verás al lado del castillo y no es casualidad. Las fortalezas defensivas en aquel tiempo eran centros militares, pero también religiosos. Por tanto, no debe extrañarte la cercanía entre ambos edificios. No obstante, se trataba de un templo de origen románico sobre el que se edificó, ya en el siglo XVI, el que puedes visitar hoy.
Sigue contando con algunos elementos de ese estilo, pero es mayoritariamente una combinación de rasgos góticos, renacentistas y mudéjares. Su exterior destaca por las formas austeras, los contrafuertes, la torre de dos pisos adornada con ribetes de azulejos y la galería de pequeñas ventanas que se halla sobre la portada, decorada con un arco escarzano (como sabrás, se llama así al que es menor que una semicircunferencia).
En cuanto al interior, cuenta con una sola nave dividida en tres tramos y coronada por un cabecero poligonal. La preciosa cubierta es de bóveda de crucería estrellada. Asimismo, en los laterales hay varias capillas de poco fondo que se abren mediante arcos a la nave. Destaca entre ellas la de la Virgen del Rosario. También es interesante el coro del templo, que se apoya, igualmente, sobre un arco escarzano.
La iglesia ha sido restaurada hace unos pocos años. Y, durante el proceso, se descubrió una antigua cripta situada bajo el presbiterio. Asimismo, puedes visitarla y apreciar los restos de sus pinturas, que representaban distintos pasajes de la vida de Jesucristo.
Otros monumentos religiosos
Vista de la localidad de Fuencalderas
El templo de San Martín de Biel es el principal monumento religioso que encontrarás en la villa zaragozana, pero no el único de la zona. En su término municipal, concretamente en la localidad de Fuencalderas, tienes otros dos. Se trata de las ermitas de la Virgen de la Sierra y de San Miguel de Liso.
Esta última fue reconstruida en el siglo XVII respetando los rasgos románicos de otra anterior de la cual se conserva separado el ábside. Se ajusta, por tanto, a las características de este estilo en su modalidad jaquesa. Asimismo, se incorporaron al templo piezas del original como capiteles, estelas funerarias e incluso un crismón aragonés. También puedes ver anexa a ella la casa del ermitaño, para cuya edificación, igualmente, se usaron sillares de la antigua iglesia, y los restos de un torreón defensivo.
La judería de Biel
Una antigua sinagoga
Como te hemos dicho, esta localidad aragonesa tuvo una importante población hebrea durante la Edad Media. De hecho, fue la más abundante dentro de las Cinco Villas después de la de Ejea de los Caballeros y tanto una como otra se hallaban entre las ocho más importantes de todo Aragón. Se estima que, a principios del siglo XV, más de la mitad de los habitantes de Biel profesaban esta religión y se dedicaban, sobre todo, a la agricultura y a las labores artesanas.
Todavía hoy puedes visitar los lugares donde se encontraba esta amplia judería. En concreto, ocupaba lo que actualmente se conoce como el Barrio Verde. En la calle así llamada se encontraba su sinagoga, mientras que hacían la vida social en lo que hoy es la plaza de la Caudevilla.
Tanta fue su importancia que ha sido incluida dentro del proyecto Aragón Espacio Sefarad, que impulsa la Diputación Provincial de Zaragoza con el objetivo de recuperar esas zonas históricas de sus pueblos.
Rutas de senderismo
El río Arba, que conforma un entorno natural privilegiado
Para terminar nuestra visita a Biel, te recomendamos que hagas alguna de las rutas de senderismo y bicicleta de montaña que te ofrece su maravilloso entorno natural. Como te hemos dicho, domina la zona la sierra de Santo Domingo, con alturas como las peñas del mismo nombre o los picos Fallar y Tres Obispos.
Es Zona de Especial Protección de Aves y, en tu recorrido, puedes ver especies como el águila real, el buitre leonado o el quebrantahuesos. Por si ello fuera poco, lo baña el río Arba, catalogado en muchas de sus zonas como Lugar de Interés Comunitario. Precisamente, una de las rutas que puedes hacer es la interpretativa del Arba. Pero también tienes otras como la que va desde Biel hasta Pozo Pígalo. En cuanto a las de bicicleta, destaca el recorrido que transita desde la propia Biel hasta San Miguel de Liso pasando por Fuencalderas.
En conclusión, te hemos mostrado lo mejor que puedes ver y hacer en Biel, la preciosa localidad aragonesa. Tan solo nos queda aconsejarte que también conozcas otros pueblos de la provincia de Zaragoza como, por ejemplo, la propia Ejea de los Caballeros o la impresionante Belchite. Anímate a disfrutar de esta maravillosa zona.