Campos de lavanda de Brihuega

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Durante largo tiempo, los campos de lavanda de la Provenza han sido un destino turístico muy importante para los amantes del turismo rural, la naturaleza y la fotografía. Cada año atraen miles de visitantes en busca de los mejores atardeceres morados así como de las mejores experiencias en los encantadores pueblos de la región.

Pero desde hace años no es necesario viajar a Francia para disfrutar de los campos de lavanda. En España hemos imitado a nuestros vecinos con el cultivo de esta maravillosa planta aromática de propiedades calmantes. A poco más de 45 minutos de Madrid se ubica Brihuega, un linda villa alcarreña que durante el mes de julio bien podría parecer un pueblo más de la Provenza francesa.

Durante el verano se produce el momento de máxima floración de las casi mil hectáreas de plantación de lavanda que rodean el pueblo y su comarca, lo que ofrece una paisaje único de tonos violáceos y azulados en pleno Guadalajara. Brihuega no es la Provenza pero se ha convertido en un símbolo que incluso ha dado lugar a un festival cultural. ¡Una maravilla!

¿Cómo llegar a Brihuega?

Brihuega se localiza en la parte occidental de la provincia de Guadalajara, emplazada en la ladera baja desde la llanura alcarreña hasta el valle del río Tajuña. Está situada a 33 kilómetros de Guadalajara, a 90 de Madrid y 12 kilómetros de la Carretera N-II. Al sudoeste de la provincia de Guadalajara y en la margen izquierda del río Henares, se sitúa la comarca de la Alcarria siendo para muchos su capital Brihuega.

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Origen de los campos de lavanda de Brihuega

Brihuega siempre ha sido un pueblo de agricultores y ganaderos que también poseía algo de industria al ser sede de la Real Fábrica de Paños, la cual estuvo activa hasta después de la Guerra Civil española. Con el transcurso de los año, la situación económica empezó a tambalearse y muchos alcarreños emigraron en busca de mejores oportunidades laborales.

Fue entonces cuando un agricultor de la zona llamado Andrés Corral realizó una escapada a la Provenza francesa y descubrió los campos de lavanda y sus posibilidades. A causa de las características de la planta comprendió que era ideal para cultivarse en Brihuega y se lanzó a la aventura de su cultivo junto a sus parientes y un perfumista. Además construyeron una planta destiladora de la esencia de la lavanda que produce el 10% de la producción mundial y que está considerada como la mejor equipada de Europa.

Este proyecto creó muchos puestos de trabajo en la comarca y se produjo la revitalización de una región que estaba comenzando a entrar en recesión.

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Festival de la Lavanda de Brihuega

Lo que empezó como un evento entre amigos se ha convertido en un evento para disfrutar de una experiencia gastronómica y musical única en un marco incomparable. Se celebra al principio de la cosecha de la lavanda y dura dos días. El Ayuntamiento de Brihuega organiza visitas guiadas que incluyen el transporte en autobús desde el parque de María Cristina de la ciudad, todos los fines de semana de julio.

Una vez finalizado el Festival de la Lavanda, millones de flores se recolectan para luego pasar por los alambiques, extraer su esencia y formar parte de los perfumes y esencias más exclusivos del mercado.

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¿Qué ver en Brihuega?

Brihuega se enclava en el valle de rio Tajuña donde el verdor de la vega, le ha valido el sobrenombre de Jardín de la Alcarria gracias a sus ricas huertas y bellos jardines. La villa amurallada de Brihuega fue declarada Conjunto Histórico Artístico a causa de su patrimonio cultural.

Su muralla data del siglo XII y hace siglos sus muros defendían la ciudad por completo. Su actual recinto es enorme, de una longitud de casi dos kilómetros. Sus puertas, la del Juego de Pelota, La de la Cadena o el Arco de Cozagón, se abren a sus secretos y a la historia de la villa.

El Castillo de la Piedra Bermeja se ubica en al sur de la localidad. Sobre el fortín musulmán original, se añadieron en el siglo XII estancias de estilo románico y más tarde se construyó la capilla de estilo gótico de transición.

Sus monumentos religiosos nos adentran en los detalles del románico tardío y las distinciones del gótico a través de su periplo: Santa María de la Peña, San Miguel o San Felipe lo ilustran. Los restos de San Simón son una joya del mudéjar que yacían ocultos tras múltiples edificaciones.

Entre los edificios civiles destacan el ayuntamiento y la prisión, casas renacentistas como las de los Gómez y otras en los barrios nuevos y San Juan. Pero sin duda el monumento civil por antonomasia es la Real Fabrica de Paños, eje de la actividad industrial de Brihuega y cuyos jardines de 1810 hacen honor al sobrenombre de esta villa.


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