Cap Ferret

Cap Ferret

Una de las maravillas naturales de la costa occidental de Francia es Cap Ferret. Se trata de un imponente cabo ubicado al sur de la península de Lège que sale al Océano Atlántico en la zona llamada Costa de la Plata y que separa este mar de la no menos bonita bahía de Arcachon.

Hasta el siglo XIX fue, sobre todo, zona de paso de barcos pesqueros, que se refugiaban en la bahía de los fuertes vientos. Estos comenzaron ya entonces a instalarse creando pequeños pueblos. Sin embargo, el impulso que recibió gracias al cultivo de la ostra hizo que aumentase su población. Y, sobre todo, Cap Ferret se hizo famoso con la llegada del turismo, ya a mediados del siglo XX.

Dónde está Cap Ferret

Playa del Mirador

Playa del Mirador en Cap Ferret

Ya te hemos anticipado dónde se halla esta prominencia terrestre. Sin embargo, queremos precisártelo más. Pertenece al departamento de Gironda, cuya capital es Burdeos y que, a su vez, está en la región histórica de las Landas de Gascuña. Asimismo, dentro de este, pertenece a la zona cultural denominada Pays de Buch, caracterizada por la utilización de la lengua gascona.

Pero la referencia más exacta sobre la ubicación de Cap Ferret es que se encuentra cerrando por el norte la bahía de Arcachon. Esta te ofrece otras maravillas naturales, además del cabo que nos ocupa. Más adelante te hablaremos de ellas, pero ahora vamos a hacerlo, en concreto, de los pueblos que se ubican en él.

Pueblos de Cap Ferret

Le Canon

Le Canon, una de las aldeas típicas de la zona

Uno de los principales monumentos del cabo es su faro, que domina toda la bahía con sus cincuenta y tres metros de altura. Puedes subir a su terraza, pero tendrás que superar más de doscientos cincuenta escalones. A cambio, obtendrás maravillosas vistas de la Costa de la Plata, con la Isla de los Pájaros, los criaderos de ostras o la Conche du Mimbeau. Esta última es una lengua de arena que recorre toda la zona oriental de la península.

Pero, como te decíamos anteriormente, la zona ha sido poblada desde el siglo XIX, primero por pescadores y, más tarde por cultivadores de ostras y turistas. Con todo esto, fueron apareciendo pueblos como Le Canon, L’Herbe, Grand-Piquey o Piraillan, que son a cuál más bonito.

Son pequeñas aldeas de calles estrechas enmarcadas por cabañas de madera que están pintadas con alegres colores y adornadas con macetas de plantas. En muchas de estas viviendas, incluso, te recibirán alegremente y te invitarán a probar las ostras de la zona. En definitiva, se trata de lugares que desbordan autenticidad.

Arcachon

Arcachon

Castillo Deganne, actual casino de Arcachon

Pero el pueblo más importante es Arcachón, con unos doce mil habitantes. Sin embargo, a pesar de su pequeño tamaño, cuenta con numerosos monumentos que te aconsejamos visitar. Entre los religiosos, destaca la Basílica de Notre Dame, construida a mediados del siglo XIX sobre los restos de una capilla anterior. Es de estilo neogótico y destaca por su esbelta torre campanario.

Junto a ella, debes visitar en la localidad las iglesias de Saint Louis des Abatilles, de San Ferdinand de Arcachon y de Notre-Dame-des-Passes. Completan el patrimonio religioso las capillas de los Marineros y de Santa Juana de Arco, así como la iglesia protestante y la sinagoga. Pero, quizá, son más importantes aún sus monumentos civiles.

Muchos de ellos responden a las necesidades de la primera oleada turística que llegó a la zona. Es el caso de varios hoteles construidos con un gusto y un lujo espectaculares. Destacan entre estos el Villa Teresa y el Gran Hotel, ambos de la segunda mitad del siglo XIX. La primera se encuentra en la llamada Villa de Invierno, una superficie de diez hectáreas que conforma el barrio más exclusivo de la localidad. Son palacetes y chalets construidos, justamente, a mediados del XIX que compiten en belleza.

Pero quienes veraneaban en la localidad, también tenían que divertirse, así que se construyeron espectaculares casinos como el Morisco, hoy desaparecido, y el espectacular castillo Deganne, que alberga el actual centro de juego. Por otra parte, el Monumento a los Muertos fue realizado por el escultor Andrea Maspoli tras la Primera Guerra Mundial. Y el observatorio de Santa Cecilia es un mirador de veinticinco metros de altura obra de Paul Régnauld, pero en cuya construcción participó Gustave Eiffel.

Finalmente, cuenta Arcachón con bonitos espacios naturales. Por ejemplo, el Parque Mauresque, donde se encontraba el casino desaparecido. Es un magnífico pulmón de cuatro hectáreas que alberga un impresionante conjunto botánico. Para que te hagas una idea, cuenta con unos seiscientos rosales. Pero esto nos lleva a hablarte de la naturaleza de Cap Ferret.

Una exuberante naturaleza

Duna de Pilat

Vista aérea de la impresionante duna de Pilat

No obstante, si todo lo que te hemos mostrado es hermoso, más aún lo es la naturaleza de Cap Ferret. Esto se debe a lugares como la citada Isla de los Pájaros, una joya de tres kilómetros cuadrados en la bahía de Arcachon. En ella, puedes ver las famosas cabañas zancudas, que reciben este nombre porque se elevan del agua sobre columnas y también como alusión a los típicos zancos usados por los pastores de la zona.

Pero todavía más espectacular es la duna de Pilat, un gigantesco arenal que se eleva sobre la costa. Las cifras que vamos a darte harán que comprendas su colosal tamaño. La conforman sesenta millones de metros cúbicos de arena y mide más de cien metros de altura, así como dos kilómetros y medio de longitud. De hecho, es la más alta de Europa. Por si todo ello fuera poco, desde su cima tienes unas impresionantes vistas de la costa.

Aunque posee otras, terminamos nuestro recorrido por las maravillas naturales de Cap Ferret con el banco de Arguin. En este caso, también se trata de un arenal, pero en medio del mar. Está catalogado como reserva natural por ser refugio de aves marinas y por su enorme valor ecológico. Su tamaño no desmerece del que tiene Pilat. Esta isla posee cuatro kilómetros de largo por dos de ancho. Sin embargo, cambia constantemente por efecto de las corrientes marinas y del viento. En cualquier caso, si te acercas a ella, te sentirás en pleno contacto con la naturaleza. Puedes hacerlo libremente, solo una pequeña parte está reservada, pero no podrás acampar.

En conclusión, te hemos mostrado algunas de las maravillas que te ofrece Cap Ferret. Este lugar mágico de la Costa de la Plata es uno de los más singulares de toda Francia por su maravillosa naturaleza y sus atractivos turísticos. Anímate a conocerlo.


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