Capilla Sixtina

Frescos de la Capilla Sixtina

Considerada una de las mejores obras de Miguel Ángel y uno de los mayores tesoros del Vaticano, la Capilla Sixtina es uno de esos lugares que todo el mundo debería conocer al menos una vez en la vida. No sólo por su importancia artística sino también por su profundo significado espiritual.

Si estás planeando un viaje a Roma y has marcado en tu ruta una visita a la hermosa Capilla Sixtina, en el siguiente post te contamos todo sobre este lugar tan especial del Vaticano. ¡No te lo pierdas!

Historia de la Capilla Sixtina

La Capilla Sixtina es la estancia más conocida del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, la residencia oficial del papa romano.

En sus orígenes era la capilla de la fortaleza vaticana y recibía el nombre de Cappella Magna. No es hasta el siglo XV cuando toma la denominación actual del papa Sixto IV, quien entre 1473 y 1481 ordenó su restauración. El arquitecto encargado de los trabajos fue Giovanni de Dolci mientras que artistas como Botticelli, Perugino, Luca o Miguel Ángel se ocuparon de su ornamentación aunque su fama se debe especialmente a su decoración al fresco, obra de éste último.

Desde entonces la Capilla Sixtina ha servido para celebrar diversos actos y ceremonias papales. Actualmente es el espacio donde los cardenales electores del Colegio Cardenalicio escogen a un nuevo pontífice.

¿Cómo es la Capilla Sixtina?

Con motivo de la conclusión de los trabajos de restauración del Juicio Universal en 1994, el papa Juan Pablo II señaló en la homilía de la misa que allí celebró:

Los frescos que aquí contemplamos nos introducen en el mundo de los contenidos de la Revelación. Las verdades de nuestra fe nos hablan desde cada lugar. De ellas, el genio humano ha sacado la inspiración empeñándose en revestirlas de formas de una belleza inigualable.

Con estas palabras el papa quiso recalcar el carácter sagrado de la Capilla Sixtina, cuyas imágenes al igual que las de un libro, sirven para hacer más comprensibles las Sagradas Escrituras.

En un principio, la decoración de la capilla en el siglo XV incluía las falsas cortinas, las historias de Jesús (paredes norte – entrada), Moisés (paredes sur – entrada) y los retratos de los pontífices hasta la fecha (paredes norte – sur – entrada).

Fue realizada por un equipo variado de artistas como Pietro Perugino, Sandro Botticelli o Domenico Ghirlandaio, Cosimo Rosselli, entre otros. Sobre la bóveda, Pier Matteo d’Amelia pintó un cielo estrellado. La ejecución de los frescos tuvo lugar entre 1481 y 1482. A esta época se remontan también las obras en mármol como el tranqueo, el el escudo pontificio encima de la puerta de entrada o el coro.

Tiempo después el papa Sixto IV consagró la nueva capilla a la Asunción de la Virgen y su sobrino Julio II, también pontífice entre 1503 y 1513, decidió modificar la decoración de ésta realizando el encargo a Miguel Ángel en 1508, quien pintó sobre la bóveda estrellada y los lunetos, en la parte alta de las paredes, con escenas del Génesis como la creación y caída del ser humano o el diluvio universal. En 1512, cuando los trabajos habían terminado, el papa inauguró la nueva Capilla Sixtina con una misa solemne.

Imagen| Pixabay

La obra de Miguel Ángel

El techo de la Capilla Sixtina

Miguel Ángel tardó cuatro años en pintar todos los frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina y lo hizo desde 1508 hasta 1512. Las imágenes del techo cuentan nueve historias del Génesis que ocupan la parte central.

La Creación de Adán

Sin lugar a dudas, La Creación de Adán es la estampa más popular de la Capilla Sixtina. Se localiza en la parte central de la bóveda y representa la historia del Génesis en la que Dios crea a Adán.

El Juicio Final

Sobre el altar mayor se sitúa la otra obra maestra de Miguel Ángel, El Juicio Final, que representa el Apocalipsis de San Juan. Al artista le llevó un lustro decorar el ábside y fue un encargo de Clemente VII para cubrir los murales que existían hasta ese momento.

Imagen| Pixabay

Visita la Capilla Sixtina

Para visitar la Capilla Sixtina se debe acceder por los Museos Vaticanos, la atracción turística europea con mayores colas de entrada que pueden durar incluso cuatro horas. La mejor hora para ir es sobre las 13:00 horas entre semana pero si no quieres pasar mucho tiempo en la cola es mejor evitar los últimos domingos de cada mes (porque es gratis entre las 9:00 y las 12:30) y la Semana Santa, así como la temporada alta.

Las entradas del Museo del Vaticano también incluyen la entrada a la Capilla Sixtina. Cabe destacar que es posible conseguir las entradas online pero también pueden comprarse en taquilla con un precio de 17,00 € la general y un precio de 8 € la reducida.


Sé el primero en comentar

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*