Creando una frontera natural entre Estados Unidos y Canadá, las cataratas del Niágara son un espectáculo natural compuesto de tres cascadas en las que el agua cae entre 50 y 60 metros para deleite de los visitantes que cada año acuden a este lugar para rendirse ante la belleza de la naturaleza.
No es la catarata más ancha del mundo, ni la más alta o caudalosa pero en el año 1953, la película Niágara protagonizada por Marilyn Monroe popularizó entre el gran público este lugar, lo que contribuyó a convertirlas en un importante destino turístico a nivel mundial.
¿Dónde se ubican?
Las cataratas del Niágara se sitúan en el noreste del continente americano entre Estados Unidos y Canadá. Las ciudades más cercanas son St. Catharines (Canadá) y Buffalo (Estados Unidos) pero también es posible llegar desde dos metrópolis próximas como son Nueva York (a 650 kilómetros) Toronto (a tan sólo 130 kilómetros).
¿Cómo son las Cataratas del Niágara?
Las cataratas del Niágara se dividen en tres cascadas: Horseshoe Fall (la mayor de todas y en territorio canadiense), American Fall (de tamaño mediano y en Estados Unidos) y Bridal Vail Fall (más pequeña y en tierras estadounidenses).
Las mejores vistas que siempre ves en todas las fotos se consiguen desde el lado canadiense aunque si puedes, el mejor consejo es que las disfrutes desde ambos países. A ambos lados de la frontera surgieron pueblos repletos de hoteles, restaurantes y casinos con el nombre de Niagara Falls.
El lado canadiense
El pueblo canadiense, en la región de Ontario, recibe el sobrenombre de «Las Vegas» debido a sus múltiples centros de ocio y casinos pero también tiene otros espacios destacados como el parque ornitológico Bird Kingdom, uno de los más grandes del mundo con 350 especies de pájaros distintas, y el parque Queen Victoria el cual es famoso por las composiciones florales realizadas con narcisos y rosas que decoran la hierba.
El lado estadounidense
El Niagara Falls americano es más pequeño que su vecino al norte pero también cuenta con diversos parques donde su puede descubrir la flora típica del lugar. Además, durante los fines de semana de invierno y casi todas las tardes de verano a las 22 horas se celebra un espectáculo pirotécnico en las cataratas. ¡Un espectáculo fascinante! El mejor lugar para observarlos son el puente Rainbow y Prospect Point.
¿Qué hacer en las cataratas del Niágara?
Ver las cataratas en barco
Aunque contemplar las cataratas desde alguno de los numerosos miradores en la zona es una experiencia de por sí inolvidable, verlas en un barco desde abajo todavía más. Tanto en el lado canadiense como en el estadounidense hay pequeños cruceros que conducen a los visitantes a bordo de una embarcación directos a las cataratas para disfrutar los más cerca posible de un auténtico espectáculo natural.
El teleférico Whirlpool Aero Car
Este histórico teleférico ha cruzando los rápidos del río Niágara desde 1916. El Whirlpool Aero Car fue diseñado por el ingeniero español Leonardo Torres Quevedo y ofrece unas vistas asimbrosas de las cataratas del Niágara mientras viajas en una cabina metálica suspendida de cables. Como curiosidad, aunque la actividad comienza y acaba en suelo canadiense, el teleférico atraviesa la frontera entre ambos países cuatro veces en cada paseo.
Skylon Tower
Otra forma de disfrutar de las cataratas del Niágara desde las alturas es Skylon Tower, una inmensa torre de 160 metros que fue inaugurada en 1965 y que ofrece vistas de 360 grados. Desde ella no sólo se ven las cataratas sino también la silueta de las ciudades de Toronto y Buffalo a lo lejos. En lo más alto de la torre hay un mirador y dos restaurantes giratorios.
Luces de colores
Como dijimos anteriormente hay noches del año en que las cataratas del Niágara se iluminan con diferentes colores al anochecer para aumentar su espectacularidad.
Niagara on the Lake
Si las luces de los casinos del pueblo Niagara Falls no te resultan lo suficientemente atractivas, te recomendamos que des un paseo por un lugar mucho más auténtico y pintoresco: Niagara on the Lake. Se trata de una población en la orilla del lago Ontario a 25 kilómetros en coche de las cataratas del Niágara que destaca por sus propias bodegas de vino, el ambiente tranquilo de sus calles, buenos restaurantes y sus coquetas casas.