El Mar Egeo está tachonado de playas muy hermosas y grandes destinos turísticos que se distribuyen en distintos países.
Una de estas playas es la de Çesme, ciudad y balneario muy popular que descansa en el extremo de una península a unos 85 kilómetros de Izmir, en Turquía. Basta ver la fotografía que corona este artículo para desear viajar.
Çesme , la hermosa
El nombre en turco significa «fuente» y tiene sentido porque por toda la ciudad hay antiguas fuentes de origen otomano y aguas termales. Ha sido durante mucho tiempo un sitio donde la gente pudiente tenía una segunda casa, pero de un tiempo a esta parte la península se ha ido convirtiendo en un balneario internacional.
Hoy tiene hoteles, casas de alquiler, una marina, restaurantes y todo lo que necesita cualquier visitante que quiere pasar aquí unos días de descanso. Toda la península es el objetivo, más allá de la coqueta ciudad, porque a su alrededor hay aldeas pintorescas, otras ciudades más pequeñas y paisajes preciosos para recorrer.
¿Cómo puedes llegar? Si llegas a Izmir puedes tomar un autobús pues hay varios servicios por día y circulan por la ruta que une ambas ciudades. También puedes llegar en autobús desde Estambul tras ocho horas de viaje o si estás por Grecia, por la isla de Chios, puedes coger el ferry. El viaje es de una hora.
Incluso hay rutas de cruceros que tocan Çesme , entre los meses de junio y octubre, y por eso cuenta con una moderna terminal de cruceros a la que se accede del Castillo de Çesme tras unos 20 minutos de andar por la costa.
Por suerte dentro de la ciudad uno puede moverse a pie. Es una ciudad compacta y fácil de recorrer. Basta un mapita, ubicar el castillo y listo, se navega super fácil. El mapa lo consigues en la oficina de turismo que está en el muelle, al lado de la Aduana y enfrente del castillo. Desde las 8:30 tiene abiertas sus puertas.
Qué ver en Çesme
Pues alrededor de la plaza principal se aprietan los cafés, casas de té y restaurantes para comer fuera, descansar y ver la vida social de la ciudad con excelentes vistas del Egeo.
El Castillo de Çesme data de comienzos del siglo VI y fue reconstruido por el sultán Beyzit para poder contar con una buena defensa contra los ataques piratas que por entonces asolaban la zona.
Es una fortaleza imponente de seis torres y fosos que lo rodean por tres de sus lados. Desde las almenas las vistas de la ciudad y el mar son estupendas y por suerte es un edificio muy bien conservado y sus dos museos de historia son muy interesantes.
En uno de ellos se exhibe una colección relacionada con la antigua ciudad de Erythrai y en el otro una que versa sobre la guerra turco -rusa. Verás en el frente una estatua de Cezayirli Gazi Hasan Pasha, famoso comandante de un evento histórico conocido como la Batalla de Çesme , y si vas en julio es un bonito marco para el festival de música que organiza la ciudad.
Çesme es historia así que conocer el castillo incluye también caminar por el casco antiguo de la ciudad que contiene más construcciones de los siglos XVIII y XIX, de estilo neoclásico griego y que están bien preservados. Además hay edificios otomanos, más peculiares, y uno puede caminar muy tranquilo por sus calles.
Las obras más recientes de la ciudad se concentran en la costa porque hace seis años se terminó la marina nueva, más grande, con un rompeolas de 90 metros y multitud de tiendas y sitios para comer y beber a la vera del mar.
Al sur de la ciudad están las mejores playas donde puedes tomar el sol, practicar windsurf o kitesurf también. Son kilómetros y kilómetros de arenas doradas por toda la península y hay mucho de donde elegir, aunque algunas son bastante inaccesibles y uno se pregunta cuando mejoraran el acceso.
Algunas playas son muy populares y debes pagar entrada para estar en ellas, es el caso de la playa del Seaside Beach Club, en la cala Piyade. Es lo must para ver y ser visto.
Una de las mejores playas es la Pirlanta Plaj, extensa y dorada, justo al sudoeste de la ciudad, y otra es Altinkum Plaj. Si te gustan las aguas mas mansas está Çark Plaj, la más buscada por las familias con niños. Lo mismo la Buyuk Plaj, con aguas tranquilas, muy limpias y cálidas gracias a la cercanía de las termas, además de decorada con arenas blancas y no doradas como el resto.
Esto hace que dicha playa sea muy concurrida, así que si vas en temporada alta prepárate para multitudes. Para hacer windsurf te conviene ir hasta la más lejana Alaçati, uno de los mejores sitios del mundo entero para practicar este deporte, sede incluso de competencias internacionales.
Qué ver más allá de Çesme
No todo es playa, sol y descanso. Si eres uno de esos turistas activos, que no puede quedarse tomando el sol mucho tiempo, puedes organizar excursiones a la redonda. Hay muchos sitios arqueológicos interesantes en esta parte de Turquía.
Cerca, está el balneario de Ilica con su suave bahía de arenas blancas y baños termales. A unos 20 kilómetros está IIdiri, un sitio declarado Patrimonio Nacional por su antigüedad, sus murallas y los pisos de mosaico de la época helena aún brillando. Y si subes al atardecer a su acrópolis, ¡qué vistas!
Dalyan es una aldea de pescadores que está en una costa de aguas profundas al nordeste de Çesme. Como puedes suponer es una de los mejores lugares para comer pescados y mariscos y por la noche las tabernas encienden sus luces y se pasa un momento super agradable.
Suma Çitflik, donde está la playa de Pirlanta Plaj y la de Altinkum, cerca de la cual puedes acampar. La aldea de Alaçcati es preciosa, con algunos de sus molinos de viento convertidos en restaurantes y también dueña de muchas playas.
Urla Iskelesi es otro destino en la península y lo mismo Gümüldür, Sigacik o Seferihisar, todos destinos con playas y ruinas antiguas.
Puedes tomar un autobús y visitar Izmir, por ejemplo, la antigua Smyrna, para pasear por sus museos de arqueología y etnografía, por las ruinas del foro romano, el castillo y todo lo que se salvó de la guerra ruso-turca allá por los años ’20.
Otra excursión que puedes hacer es ir a conocer Efeso, sin dudas una perla del Mediterráneo que tiene que ver con el pasado greco-romano de esta zona. También están las ruinas de la antigua Pergamon, al norte de Bergama, y si tienes ganas de ir más lejos, meterte más tierra adentro y llegar Hierapolis y Pamukkale con sus magníficas ruinas y la cascada de hielo, cascadas que en realidad son de caliza y que parecen derrapar de la ladera de la montaña. Un espectáculo.