Cinco destinos para viajar solo

Viajar con familia o amigos resulta muy divertido. Pero hacerlo en solitario también lo es. Además de conocer lugares maravillosos y gentes extraordinarias, ayuda a conocerse mejor a uno mismo y, en determinados viajes, incluso a ahondar en la propia espiritualidad. Por todo ello, vamos a proponerte cinco destinos repartidos por todo el mundo que puedes disfrutar en solitario.

Nueva York

La ciudad norteamericana merece ser visitada, al menos, una vez en la vida. Constituye un verdadero crisol de razas y nacionalidades que la convierten en intercultural y muy divertida. Además, tiene mucho que ver. Puedes pasear por Central Park, subir al Empire State, visitar la Estatua de la Libertad o caminar por el West Village o por Times Square. Y no olvides comer en la calle uno de sus famosos perritos calientes.

No obstante, hay alternativas menos populares que las citadas. Por ejemplo, desde el Top of the Rock, en la cima del Rockefeller Center tienes una vista tan extraordinaria de la ciudad como desde el Empire State. También puedes relajarte en Bryant Park, en Manhattan, zona donde puedes comprar casi lo que quieras en mercados como el de Chelsea o el de Gotham West.

Bangkok

Si prefieres otro continente, la capital de Tailandia es un destino perfecto para viajar solo. Conocerás una cultura completamente distinta a la nuestra y verás costumbres que quizá ni imaginabas. No olvides visitar sus numerosas construcciones religiosas. Por ejemplo, junto al Gran Palacio, digno de ver por sí solo, tienes el famoso templo del Buda Esmeralda y un poco más lejos el Wat Arun o templo del Amanecer.

Pero también tienes que ver los mercados de la ciudad, atiborrados de gente y de productos. Destacan el de Chatuchak, con más de ocho mil puestos; el de Damnoen Park, que es flotante y el de Mae Klong, que te sorprenderá aún más porque se halla encima de una vía de ferrocarril en funcionamiento. Cuando llega un tren, se desmonta y, al pasar este, se vuelve a montar. Finalmente, recorre en barco el río Chao Phraya y los canales que salen de él.

Aunque es una ciudad relativamente barata para el occidental, si quieres gastar aún menos dinero, te aconsejamos que pernoctes en la zona de Khao San Road. Es un lugar lleno de hostales económicos, un sinfín de bares y donde encontrarás numerosos viajeros solitarios como tú.

Dublín

La capital de la República de Irlanda es el escenario por donde se movía los protagonistas del ‘Ulises’ de Joyce y posee un carisma especial. En Dame Street se encuentra el castillo de Dublín, que puede visitarse. Y, junto a este, no dejes de ver la catedral de San Patricio. Y también museos como el Nacional de Arqueología o el de Arte Moderno.

Si además te gusta el misterio, Puedes hacer un recorrido guiado y gratuito por las leyendas de la ciudad, lugares como el propio castillo, el Callejón de los Cuarenta Escalones o el antiguo poblado vikingo de Wood Quay. No falta, así mismo, en esta ruta una visita al pub más antiguo de Dublín.

Y, si buscas actividad nocturna, muévete por el barrio de Temple Bar, donde se hallan la mayoría de pubs típicos irlandeses y que está lleno de turistas.

Reikiavik

Aunque la capital de Islandia es un destino turístico relativamente nuevo, sin duda se trata de un viaje que merece la pena. Esta pequeña ciudad de unos ciento treinta mil habitantes tiene mucho que ofrecerte. En su distrito de Miöborg encontrarás el edificio del Parlamento y la sede del Gobierno. Y muy cerca la Biblioteca, el Teatro Nacional y la catedral antigua. Esta se denomina así para diferenciarla de la iglesia de Hallgrímskirkja o catedral moderna, una edificación que también es digna de ver por su magnificencia y audacia constructiva.

Por otra parte, en las afueras, hacia el este, hallarás el Museo Folclórico de Arbaer, donde podrás conocer los hábitos y costumbres tradicionales del pueblo islandés. Justamente en los suburbios de la ciudad existen varias zonas para contemplar la aurora boreal, un espectáculo único en el mundo. No obstante, tendrás que intentarlo cuando la noche esté despejada.

Finalmente, si quieres un poco de animación, son muchos los bares de la ciudad que ofrecen espectáculos. En algunos hay conciertos de jazz y en otras representaciones de comedias o eventos de danza. Por otra parte, respecto a la gastronomía típica, casi mejor que no la pruebes. Es muy austera y poco adecuada al gusto mediterráneo. Si te hablamos de tiburón fermentado o de cabeza de bacalao cocida en caldo de pollo, puedes hacerte una idea de lo que queremos decir. Es mejor que tomes un perrito caliente de los que sirven en Baejarins bestu, ubicado cerca del puerto.

Ámsterdam

También la capital de los Países Bajos es un magnífico destino para que viajes solo. Te aseguramos que no vas a aburrirte porque tiene mucho que ver y más aún donde divertirse.

Para empezar, su casco histórico, construido en el siglo XVII, es uno de los más grandes de toda Europa. Y, en derredor suyo, hay muchos canales navegables, de ahí que se conozca la ciudad como «la Venecia del norte». A diario existen embarcaciones que te brindan un recorrido por ellos. Te recomendamos que aproveches uno de los cruceros nocturnos.

Pero una de las visitas ineludibles en Ámsterdam es la del Museo Van Gogh. Y, como complemento, la del Rijksmuseum, donde hay numerosas obras de Rembrandt, Vermeer o Hals. También debes ver el Palacio Real, el impresionante mercado de las flores, el Barrio Rojo donde está la Iglesia Vieja y el Vondelpark.

En cuanto al ocio, no olvides tomarte un café en uno de los famosos coffeeshops de la ciudad. Y, para comer o tomar un aperitivo, vete a la plaza Leidseplein, una de las más concurridas de Ámsterdam. Por otra parte, si quieres comprar libros de segunda mano, pasa por la plaza Spui, donde hay todo un mercado de ellos.

En conclusión, estos son cinco magníficos destinos para viajar solo. Hay muchos más, pero puedes estar seguro de que los que te hemos citado no te decepcionarán.