Comida típica de Sevilla

La gastronomía española es muy sabrosa y variada, así que no importa por donde andes vas a comer fenomenal. Si, por ejemplo, andas de paseo por la provincia de Sevilla vas a saborear platos con carnes, pescados y verduras pero también buenos vinos y postres.

Hoy en Actualidad Viajes, la mejor comida típica de Sevilla.

Gastronomía de Sevilla

Primero hay que decir que la gastronomía de esta parte de España está muy influenciada por los árabes, que anduvieron por aquí durante la Edad Media y se quedaron el tiempo suficiente como para influir en el idioma y en la cocina.

Sus ingredientes más comunes son la carne de cerdo, los embutidos en general, la carne de cordero, los platos con huevos, las tortillas, el pato, varios tipos de ensaladas que se han convertido en clásicos y por supuesto las olivas y su aceite. Para regar la cocina sevillana nada mejor que un aguardiente.

Gazpacho andaluz

Puede ser una sopa fría o un refresco y es bien sevillano. Se elabora con cinco hortalizas: pepino, tomate rojos y maduro, cebolla, ajo, pimiento rojo y verde. Aunque claro, siempre hay variantes. Se le agrega después sal, vinagre y aceite de oliva extra virgen y listo, ¡a disfrutarlo!

El tomate es el rey absoluto de este plato y se lo considera muy vitamínico. Hay gente que le agrega zanahorias, pan, especias varias, otras hortalizas o comino.

Bacalao con tomate

La elaboración de este plato no es complicada. El bacalao debe quedar en remojo un día entero y, después, en trozos, se lo saltea con aceite de oliva y se lo sirve acompañado por una salsa con tomates, cebolla y pimientos verdes.

Pescado frito

Siguiendo con los pescados este otro plato se hace con pescados mucho más pequeños y con poca espina. Por ejemplo, salmonetes, caballa o boquerón, solo por nombrar algunos. A veces se le agregan calamares u otros moluscos trozados.

Los pescados se pasan por harina y se fríen en aceite de oliva abundante y super caliente para que no absorban mucho. Y listo, sal y a comer. Incluso se sirve en cucuruchos de papel y es super común en las populares freidurias de Sevilla.

Cocido andaluz

Es un simple guiso de carne, varios tipos, que se cocinan con legumbres y hortalizas. Lleva garbanzos y habichuelas y el plato se llena de caldo. Es un sabroso guiso para los días más fríos de la provincia, que no son muchos. A veces se usa solo el caldo, como consomé, y se le agrega apenas unas gotas de jerez.

Rabo de toro

Simple: rabo de toro cocido con vino, ajo, cebolla y tiempo. El resultado es muy sabroso y si lo acompañas con buen pan, inolvidable.

Cazón en Adobo

Es un plato clásico de los restaurantes sevillanos. Es a base de pescado blanco que, después de horas de adobo en especias varias, se pasa por harina y se fríe en aceite bien caliente. Un poco de vino o un vaso de cerveza helada son sus mejores amigos.

Chiripones a la plancha

La sencillez hecha plato. Se trata de cocinar a la plancha chiripones, pero teniendo buen ojo para no dejarlos ni crudos ni pasados de cocción.

Soldaditos de Pavía

De nuevo el bacalao entra en acción. Se corta en tiras el pescado, se las deja en remojo, se pasan por harina y se fríen en aceite de oliva. A veces la harina está mezclada con azafrán, levadura y agua saldada. La marinada clásica es con limón, aguardiente y aceite de oliva. Es más bien un primer plato o un aperitivo y se los sirve usualmente con pimientos.

Huevos a la flamenca

Cada cocinero tiene su versión, pero si te gustan los huevos ve por todas ellas. La receta clásica es huevos con verdura. Se hace en una cazuela de barro, se rompen los huevos allí dentro y se agregan guisantes y espárragos y se hornea todo hasta que los huevos finalmente cuajen.

Antes de servir se le agregan rodajas de jamón o chorizo o alcachofas y va derecho a la mesa, bien caliente.

Torrijas y dulces de convento

Los dulces de convento son bien tradicionales, especialmente en la Cuaresma y la Semana Santa. dentro del grupo están los pestiños, los roscos de vino, los cortadillos de sidra, las tortas de aceite, las tortas de polvorón o las famosas yemas de San Leandro.

Por su parte las torrijas se hacen con miel, canela y vino.

Pincho moruno

Sencilla de comer pues es una brocheta con trozos de carne de pollo o cerdo a los que se le suman gambas, sepia, choricitos y demás ingredientes. Los pinches son de metal, no miden mas de 25 centímetros, y se cocinan o sobre una plancha o a la parrilla.

Caracoles

¿Te gustan los caracoles? Pues en Sevilla también puedes comerlos. Las recetas sevillanas los hacen con ajo, hinojo, muchas especies, poleo y la variedad se caracoles preferida son los caracoles guindilla.

Los caracoles se levan varias veces, tres al menos, después se cuecen y cuando ya están tiernos se le añaden los demás ingredientes para que hierva todo unos 30 minutos más.

Serranito

Típico bocadillo de bar se hace con jamón serrano o ibérico o lomo de cerdo, pimiento frito y rodajas de tomate. Son los mejores compañeros de las patatas fritas y la mayonesa.

Huevas Aliñás

Las huevas de merluza son las más comunes a la hora de elaborar este plato de Sevilla. Se cocinan enteras en agua con sol y mientras están allí en la olla se hace rápido un picadillo de cebolla, tomate y pimiento.

Se dejan enfriar las huevas, se las corta en trozos y se mezclan con el picadillo, un chorro de aceite, un poco de sal y algo de vinagre y listo.

Pringá

Su origen es el cocido andalúz y se trata de uno de esos platos que se hacen con lo que sobra de otro. En este caso lo que sobra de ese puchero o cocido, a carne y el embutido, se desmenuza, se mezcla y después se unta en pan.

La pringá es una tapa clásica de aquí y se sirve en montaditos calientes. Hablando de montaditos, hay muchas variedades en Sevilla, peor los más populares son el lomo con jamón, el Piripi, el Serranito que nombramos más arriba y claro, la pringá. Y se comen con cerveza.

Espinacas con garbanzos

Es un plato de origen sefardí y es una tapa bien clásica y popular. La verás mucho si visitas Sevilla en Semana Santa. Las espinacas y los garbanzos se cocinan por separado. Después se mezcla todo en la sartén y se fríe a fuego lento. Pan frito es su mejor acompañante.


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