Hace poco vi una película noruega sobre un explorador que quería conocer el Polo Norte y termina, primero, viajando a la Antártida. ¡Qué sitios desconocidos, extraños y lejanos fueron durante tanto tiempo los polos!
Hoy ya no son desconocidos ni imposibles de conocer y no hay que ser explorador. Te contamos cómo viajar a la Antártida.
Visitar la Antártida
Cerca del 98% de quienes visitan la Antártida lo hacen desde la península antártica, vía el extremo de América del Sur, principalmente desde la ciudad de Ushuaia, en Argentina. Desde aquí implica dos días de crucero, hermosísimo. También puedes volar hasta Punta Arenas, en Chile, y coger allí un barco a vela.
Así, como supondrás, hay que partir desde cualquiera de estos dos países. Entonces, puedes entrar por Buenos Aires, llegas en avión y coges el crucero, o llegas a Santiago. Otras opciones más reducidas son navegar desde Nueva Zelanda hacia el Mar de Ross o volar desde Sudáfrica.
Mi madre ha ido en dos oportunidades a la Antártida desde Buenos Aires y la ha pasado estupendo. El crucero parte del puerto de Buenos Aires, toca algunas ciudades a lo largo de la costa patagónica y después enfila hacia la península antártica en un viaje de dos días cruzando el Pasaje Drake entre ambos continentes.
El Pasaje Drake es el mejor momento del viaje y vas a rezar porque el mar esté calmo. A veces puede estar muy agitado, hay corrientes fuertes y vientos y todo se junta en este pasaje angosto. Escucharás mucho sobre el paso por aquí y puedes tener cualquiera de las dos experiencias: la calma o la experiencia inolvidablemente agitada.
Hay muchas opciones de barcos. Puedes coger un crucero con capacidad menor a cien pasajeros o de más de 500, multitud de tipos de cabinas, simples hasta con balcón y suites de lujo y entretenimientos variados a bordo.
Y el viaje no termina ahí. El mismo crucero puede combinar otros paseos, por ejemplo visitar las Islas Georgias del Sur, con sus montañas y colonias de pingüinos y miles de aves, o visitar las Islas Malvinas, el destino elegido por los argentinos que te vas a encontrar a bordo pues tienen la oportunidad de visitar la tierra usurpada por los británicos en el siglo XIX y que perdieron después, en la guerra de 1982.
Otros cruceros te llevan más al este de la península, hacia el mar de Welles, con sus enormes y tubulares icebergs, o incluso puedes ir más lejos todavía, más al sur, y llegar justo debajo del Círculo Polar Ártico. Y como dijimos al comienzo, también hay cruceros, muchos menos, que llegan a la Antártida cada año desde Queensland, en Nueva Zelanda, para explorar en Mar de Ross y seguir el rastro de exploradores como Amundsen, Scott o Schakleton.
¿Qué podemos decir sobre ir en barco a vela a la Antártida? Que es una experiencia hermosa también. Estos barcos parten desde Punta Arena, en Chile, e incluyen un vuelo chárter de dos horas hacia la isla Rey Georgia, al sur de las Islas Shetland y en el extremo norte de la península antártica. Tras llegar se te traslada derecho a la nave y sí, es la manera más rápida de llegar.
Esta opción es la mejor si no tienes mucho tiempo o eres un navegante ansioso o quieres evitar el cruce por el Pasaje Drake. Pero debes tener en cuenta que estos viajes son más susceptibles de ser afectados por las condiciones del clima polar así que aquí hay que ser flexibles con el tiempo. Y también hay que tener más dinero pues son viajes más caros.
También hay un puñado de vuelos que solo los viajeros más afortunados disfrutan: aquellos que les permiten experimentar la Antártida como pocos. Se trata de llegar al Campamento Union Glacier, al borde de las Montañas Ellsworth, por aire desde Punta Arenas, Chile, en un avión especialmente equipado para aterrizar en una pista de hielo. Alternativamente, también puedes volar directo al Polo Sur tanto desde esta ciudad chilena como desde Cape Town, en Sudáfrica.
Pensando en que los lectores de Actualidad Viajes son en su mayoría de Europa, te cuento que el recorrido es desde Europa a Buenos Aires o a Santiago, en Chile. Desde Buenos Aires haces conexión vía aérea a Ushuaia y desde Santiago hacia Punta Arenas. O en el caso de Buenso Aires, coges allí el crucero y ya estás de vacaciones.
Visitar la Antártida no requiere visa, pero sí pasaporte y visa dependiendo de tu país de origen ya que pasas por Argentina o Chile. Los cruceros desde Buenos Aires, por ejemplo, tocan Montevideo y Punta del Este, en Uruguay, Puerto Madryn sobre la costa patagónica argentina, Puerto Argentino en las Islas Malvinas, Puerto Arenas, Ushuahia y Antártida. Son unos 15 días y hay recorridos más simples.
La temporada de cruceros a la Antártida es de octubre a marzo, el espléndido verano austral. Entre octbre y noviembre los pingüinos y otras aves marinas hacen sus nidos y cuidan los huevos. El hielo empieza a derretirse. Ente diciembre y enero las crías comienzan a nacer y es un gran paisaje, con muchas horas de sol. En febrero y marzo es temporada de avistamiento de ballenas y focas.
Los itinerarios varían desde un mínimo de 10 días a un máximo de dos semanas, ya sea en cruceros grandes, embarcaciones de lujo o en barcos de expedición a vela.
Ushuaia, en Argentina, es el puerto más activo en lo que se refiere a los cruceros a la Antártida, entre los cinco puertos de entrada que hay en el mundo. Es una hermosa ciudad que está a solo mil kilómetros del continente blanco, y hay que decir que Argentina tiene presencia allí desde 1904 cuando instaló un observatorio metereológico y una estafeta postal, en las Orcadas del Sur. El país es, además, miembro consultivo del Tratado Antártico de 1959.
El turismo antártico está regulado por el Tratado Antártico firmado ese año y la idea es que no produzca ningún daño, por eso solo se habilita el desembarco de pequeños grupos en ciertos puntos. Haz este gran viaje, no te pierdas el viaje al contienente blanco.