Costumbres de Argentina

Argentina es básicamente un país de inmigrantes, aunque su geografía es tan extensa que según a dónde vayas podrás entrar en contacto con costumbres que no devienen de la inmigración europea sino de los pueblos originarios y vecinos latinoamericanos.

Así, las costumbres argentinas son variadas y seguro encontrarás la que más te guste en términos de gastronomía, de sociabilidad o de comportamiento. ¿Vas a Argentina? Es un buen momento si eres europeo porque la devaluación del peso ha sido grande con este último gobierno y el cambio te favorecerá super bien.

Costumbres argentinas gastronómicas

Primero la comida. Hay algunas comidas que son típicas de Argentina y que pueden ser consideradas su marca registrada, aún cuando en otros países de la región se consuman. Hablo del asado, del dulce de leche y de las empanadas.

Argentina ha sido siempre un país agro-exportador, y la falta de industrialización seria se ha convertido en su problema principal para el desarrollo, así que vacas, trigo y ahora soja es lo que puebla su rica pampa húmeda. La carne es deliciosa, de muy buena calidad, precisamente por las pasturas, así que no hay argentino que no prepare asado al menos una vez por semana. Lo clásico es los fines de semana con familiares o amigos.

La carne de vaca tiene aquí distintos cortes y según el lugar del país distintos nombres. Lomo, tira de asado, nalga, cuadril, matambre. Pan con chorizo, choripan, pan con morcilla, morcipán. Las achuras tampoco pueden faltar en una parrilla argentina: chorizos, molleja, riñón, morcilla, chinchulines (los intestinos). Un buen maestro del asado se profesionaliza con el tiempo, asado tras asado, desafío tras desafío, así que si tienes la suerte de conocer uno vas a comer el mejor asado de tu vida.

¿Con qué se acompaña tanta carne? Pues con ensaladas o patatas fritas, pan del día, un par de sabrosas salsas (chimichurri y salsa criolla), y a tomar un hepatoprotector para después irse a dormir la siesta y hacer la digestión. ¡Una fiesta para el paladar!

Otra de las costumbres gastronómicas es el dulce de leche, un dulce elaborado a base de leche y azúcar que es marrón oscuro y muy dulce. A los argentinos les encanta y no hay golosina o pastelería que no tenga dulce de leche.

Las facturas, por ejemplo, las masas dulces típicas que elaboran las panaderías y se venden por unidad o docena, tienen muchas variedades con dulce de leche y lo mismo los helados y las golosinas (alfajores, caramelos, chocolates).

Créeme que si lo pruebas te va a encantar y querrás llevarte a casa alguna de estas golosinas que se venden en todos los kioskos y supermercados. Finalmente, las empanadas. Las empanadas se preparan en muchas partes de América Latina y aquí son especialmente populares las variedades del norte argentino. Ese norte que está mucho más cerca de Bolivia y de Perú y por eso sus platos o incluso su lengua tienen mucho de esos lares.

Hay una variedad de empanada por provincia pero básicamente son de carne o humita (choclo, maíz), al horno o fritas. Los amantes de las empanadas las prefieren caseras, hacer la masa y el relleno en casa, pero en las grandes ciudades esa tradición se ha perdido y hoy las puedes comprar en cualquier tienda que vende empanadas y pizzas por igual.

Incluso, Buenos Aires se caracteriza por vender una tremenda variedad de empanadas que no se ve en el interior: de jamón y queso, de verdura, con panceta y ciruelas, con whisky, de pollo y un extenso etcétera.

Por último, en materia de bebida no se puede obviar el mate. Se trata de una infusión a base de hojas de una planta llamada yerba mate (las hojas se cortan y se muelen), se empaquetan y se venden. Después cada argentino tiene en casa un mate (un recipiente más pequeño o más grande, de madera, de vidrio, de cerámica o de calabaza seca, por ejemplo), y una bombilla para sorber la infusión.

Se coloca la yerba dentro, se agrega agua caliente sin hervir y se bebe, preferentemente en sana compañía pues el espíritu del mate es social, se comparte.

Costumbres sociales argentinas

Los argentinos son personas muy abiertas, simpáticas y sociables. Si les caes bien no tienen problema en charlar, invitarte a su casa y salir contigo. Buenos Aires es una ciudad muy grande con un ritmo más de capital del mundo, así que la gente sale a partir del miércoles. La ciudad tiene mucha vida nocturna, muchos bares y restaurantes, pero a los argentinos también les gusta mucho el cine y el teatro y caminar por la calle aunque sea de noche.

En los barrios es común ver grupos de amigos conversando en la madrugada, sentados en una esquina o en una plaza. Las ciudades del interior del país tienen incluso más vida social que Buenos Aires porque en muchas de ellas, en especial en las del norte, la siesta es sagrada así que el horario laboral tiene un corte después del mediodía.

Entonces, como además las ciudades son pequeñas y nadie vive muy lejos, se puede salir todos los días que al día siguiente siempre hay tiempo para descansar un poco.

Mientras en otras partes del mundo es raro que la gente caiga sin avisar en la casa de un amigo aquí es frecuente visitar a un amigo sin avisar. Tocan el timbre y listo. Nadie se ofende, nadie tiene que revisar la agenda. Incluso, encontrarse en las casas es lo usual, tal vez para comer y después salir, tal vez para un asado. Los amigos son siempre la extensión de la familia. Una familia que, por otra parte, siempre está muy cerca del argentino.

Los domingos, por ejemplo, es común que la familia se junte a almorzar. La costumbre es propia de un pueblo inmigrante y aunque el asado es la comida típica también lo son las pastas. Argentina recibió una importante inmigración de Italia así que hay muchísimos descendientes de italianos que aman las pastas. Si bien la generación de nonas ya casi está extinta la costumbre de juntarse alrededor de una fuente de ravioles o fideos con salsa es muy común. Otra costumbre bastante respetada es comer los días 29 del mes, gnoquis o ñoquis.

¿Cuáles son entonces las costumbres argentinas? Asado, empanadas, dulce de leche (no dejes de probar el helado de este gusto), mate (con hierbas, dulce o amargo, aunque el tradicional es siempre amargo), charlas con amigos, salidas a beber cerveza o las eternas charlas de café donde un argentino puede resolver el mundo divagando entre ideas políticas donde, obvio, el peronismo siempre está en el aire le guste a quien le guste.


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