Curiosidades de China

China es hoy uno de los países más interesantes del mundo. No es que antes no lo fuera, pero durante mucho tiempo poco supimos de este enorme país que intentaba desarrollarse. Hoy, la situación es distinta y el mundo pelea por comerciar con China mientras sus ciudadanos inundan todos los destinos turísticos de la Vieja Europa y América.

China es un mundo en sí misma, pero ¿cuánto sabemos de este gigantesco y populoso país de Asia? Hoy, curiosidades de China.

China

Para muchos China es el país más interesante del mundo. Es el tercer país más grande del planeta y el que tiene la mayor cantidad de habitantes. Además, más allá de los vaivenes en su historia política es una de las civilizaciones aún activas con más larga data de todas las que ha tenido nuestro mundo.

De ser un país atrasado y agrario, atado a estamentos feudales, ha pasado a ser una de las economías de más rápido crecimiento y desarrollo de las últimas décadas. No ha sido gratis y miles de años de emperadores, mandarines y monjes han quedado sepultados tras una de las más difíciles guerras civiles que un pueblo pueda sufrir.

Hoy, su nombre es República Popular China y tiene el honor de formar parte de un grupo selecto: es una de las Cuatro Antiguas Civilizaciones del mundo junto con los babilonios, mayas y egipcios. La historia nos cuenta que el territorio chino fue unificado por el primer emperador, Qin, cuya tumba fue encontrada y hace décadas está siendo excavada. Después vendrían otras dinastías conocidas como la Han, Tang, Yuan, Ming y finalmente, la última, la Dinastía Qing.

Tras esta larga época de emperadores hubo, a comienzos del siglo XX, una gran guerra civil, hasta que en 1949 se funda la República Popular China de corte comunista y de la mano de Mao Zedong. Después, las reformas comenzadas tras su muerte por Denx Xiaoping sentaron las bases de esta China medio comunista, medio capitalista que todos conocemos.

Curiosidades de China

China tiene 9.6 millones de kilómetros cuadrados y es enorme. Así, sus paisajes son variados pues hay montañas, planicies, desiertos, praderas y colinas. China alberga el punto más alto del planeta: el Monte Everest con 8.848 metros de altura, pero al mismo tiempo tiene la tercera depresión más baja del mundo, la Depresión Turpan con menos 154 metros.

En materia de fronteras China es el país con más fronteras internacionales del mundo: las tiene con 14 naciones, Mongolia, Tajikstan, Rusia, Kazakhstan, Kyrgyzstan, Afganistán, Pakistán, Nepal, India, Myanmar, Bután, Vietnam, Tailandia y Corea del Norte. Obviamente, cada contacto ha tenido sus influencias.

Con semejante tamaño además de paisajes también tiene variedad de climas. Mientras en el norte reina más el frío que en el sur, el oeste es más seco que el este. En el norte las temperaturas pueden ser de -40ºC  pero en el sur , en verano, también el termómetro puede subir hasta los 40ºC de infierno. Lo mismo con la lluvia, en el sudeste llueve muchísimo, tal vez hasta 3 metros, mientras en los desiertos apenas algunos milímetros en todo un año.

Cuando yo era niña China era un país cerrado, de miles de personas andando en bici con ropas azuladas. Poco a poco, en los últimos 30 años, la postal ha cambiado. Hoy es una de las economías mundiales de mayor crecimiento, con un crecimiento de alrededor de un 10% por año. Se la conoce como la «fabrica del mundo» y es el principal productor de ropa, juguetes, fertilizantes, concreto y acero del mundo entero.

Obviamente, este desarrollo vino de la mano de mucha contaminación ambiental, y en parte ha sido posible por la ausencia de sindicatos laborales. Bajos sueldos y pocos derechos laborales, parece la ecuación ideal para el desarrollo. Aunque a un coste que pocos países desarrollados hoy aceptarían.

Este desarrollo económico ha traído grandes transformaciones sociales. En principio, una creciente urbanización ya que se calcula que 300 millones de personas se han movido del campo a la ciudad en las últimas tres décadas. Así, hay megaciudades y como la tendencia sigue es probable que el gobierno se enfrente a otros problemas (educativos, sanitarios, de urbanización, laborales).

Las familias se separan, los padres viajan a las ciudades por trabajo y no pueden llevar a sus hijos, que quedan al cuidado de los abuelos. O los llevan pero entonces no pueden registrarlos en los nuevos domicilios y pasan a carecer de sistema médico… ese tipo de cosas. Todo esto implica grandes desafíos para el gobierno chino, no hay dudas.

Además, el pueblo chino si bien a ojos extranjeros puede parecer muy homogéneo no lo es tanto. China tiene 56 grupos étnicos, y cada uno tiene sus propias tradiciones culturales, a veces su lengua y a veces su propio sistema de escritura. Es cierto que el grupo mayoritario es el Han, poco más del 91% de la población total, pero los Manchu, los Hui o los Miao también tienen poblaciones grandes.

Estos grupos étnicos viven en ciertas zonas del país así que hay que desarrollar políticas específicas que los contemplen. Por ejemplo, en Uygur hay grupos musulmanes y en los últimos años ha sido una zona muy conflictiva para el gobierno central.

¿De qué manera se unifica un país tan grande y diverso? En parte a través del sistema educativo, como siempre. Si bien China tiene muchas lenguas, de hecho es el origen del único sistema de escritura pictografica que queda en el mundo, el idioma oficial es el mandarín. El mandarín se enseña en todas las escuelas y poco a poco ha ido desplazando a otras lenguas populares, como por ejemplo el cantonés.

El cantonés se habla en Hong Kong, Macao, Guangxi o Guandong, por ejemplo, pero en zonas de Shaghai o Zhejiang se habla el dialecto Wu que es muy distinto al mandarín… Como sea, el chino puede ser el idioma más hablado del mundo en cantidad de habitantes pero sin dudas es uno de los más difíciles para aprender de buenas a primeras.

Con tantos pueblos y tantas lenguas y tantas culturas, aún cuando pensemos que los chinos profesan una religión única no es así. De hecho, la religión es un tema que bajo el comunismo ha sido bastante perseguido. Pero ni entonces ni hoy hay una sola religión y los chinos profesan desde el ateísmo hasta cierto sintoísmo, pasando por el Confucionismo, el budismo, el taoísmo, el Islam o incluso el cristianismo.

De un tiempo a esta parte China ha invertido mucho dinero en el desarrollo de su sistema interno de transporte. Un país que aspira a ser potencia debe estar bien conectado. Entonces, siguiendo los pasos de Japón, los trenes chinos surcan todo el territorio. Y este transporte es lo que permite hoy que también los turistas lleguen a conocer sus maravillas. Y es que sí, China tiene grandes tesoros turísticos.

Hablo de la Gran Muralla, los Guerreros de Terracota, la bella Ciudad Prohibida, Guilin, el río Yangtzé y las Montañas Amarillas, los pandas de Sichuan, las playas de Sanya, los rascacielos apretados de Hong Kong, la belleza de Shangai... ¡Y la gastronomía!

Pero comenzamos este artículo hablando de curiosidades de China así que no nos vamos a ir sin dejar estos datos: los barriletes se inventaron en China, hace mas de tres mil años de hecho, con seda y bambú; también inventaron el fútbol hace dos mil años en tiempos de la Dinastía Han para entretener a la corte imperial.

La pólvora nació en China, lo mismo que los fuegos artificiales, China produce cerca del 85% de los fuegos artificiales del mundo. Algunos mercados de Beijing venden comidas muy extrañas, por ejemplo escorpiones que se clavan en palillos, vivos, y se fríen en aceite, entre otros insectos.

Además, el mortero utilizado en la Gran Muralla estaba hecho de arroz pegajoso, si juntas todos los recorridos ferroviarios de China puedes dar la vuelta al mundo dos veces, los palillos chinos fueron inventados hace 5 mil años y no se usaban para comer sino para cocinar, si bien el país es enorme tiene una sola hora oficial (Estados Unidos tiene cuatro), la mitad de todos los cerdos del mundo viven en China (y se los comen)…

Y así podríamos seguir nuestra lista de bellezas y curiosidades de China pero creo que es mejor ir y conocer todo en persona.


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