Destino: Emiratos Árabes Unidos

De un tiempo a esta parte en Oriente Medio ha surgido una potencia cuya gran riqueza deviene de nuestro oro líquido, lo que hace, de momento, girar el mundo: el petróleo. Hablo de Emiratos Árabes Unidos.

Son siete emiratos los que componen este país soberano y hoy vamos a recordar un poco su historia, del desierto a la riqueza, y las posibilidades turísticas que hoy nos ofrecen. Un viaje a la península arábiga, antaño tierra de dunas y tribus, hoy tierra de rascacielos y dinero.

Emiratos Árabes Unidos

Son siete los emiratos que componen este país: Dubai, Sarja, Umm al-Qaywayn, Fuyaira, Ajmán, Abu Dabi  y Ras al-Jaima. Como sucede con África, las potencias europeas tienen mucho que ver en la formación geopolítica de la región. Aquí llegaron los exploradores portugueses en el siglo XVI, buscando y abriendo rutas hacia Asia. Más tarde, en los siglos XVIII y XIX, fueron los británicos quienes hicieron del Golfo Pérsico un núcleo importante en sus rutas comerciales.

De un lado los europeos, ansiosos por abrir el comercio, del otro los clanes árabes lidiando con varios frentes pues además de los europeos estaban en la zona el Imperio Otomano y el Imperio Persa y porqué no, piratas. Ya sabemos que a los británicos les fue bastante bien en eso de dominar el mundo, así que en el siglo XIX establecieron un protectorado en el territorio actual de los emiratos.

Mediante la firma de tratados con los jefes locales se firmó el Tratado General Marítimo en 1820 que establecía que los árabes se harían cargo de los piratas. Treinta años más tarde la Tregua Marítima Perpetua que permitió a los barcos británicos andar por las costas. Luego, los británicos fueron de la muñeca al codo y lograron en 1892 el Acuerdo Exclusivo mediante el cual los árabes no podían tener relaciones con otras potencias y el Reino Unido les daba a cambio defensa territorial y preferencias comerciales.

Hablamos de clanes árabes que por entonces ni habían oído hablar de la mina de oro sobre la que se movían. Entonces solo pastaban, pescaban y recogían perlas. Fue recién tras la Segunda Guerra Mundial que se descubrieron los primeros yacimientos de petróleo y gas. El boom recién comenzaba. La guerra terminó y se llevó puesta al Imperio Británico así que los países empezaron a negociar su independencia.

El Reino Unido se retiró en 1968 y los emiratos se reunieron a ver cómo proseguían. Dubai y Abu Dabi se reunieron e invitaron a los protectorados de Bahrein y Catar. Posteriores desacuerdos en torno a qué familia árabe estaría a cargo hicieron que se separaran, pero en 1971 nacía Emiratos Árabes Unidos, una nueva federación de seis miembros. Ras al Jaima no estaba en este momento porque mantenía cierta rivalidad territorial con el emirato de Sarja, pero se unió un año más tarde.

Fue el jeque de Abu Dabi, Zayed bin Sultán al Nahayan, quien ocupó la presidencia desde 1971 hasta que murió en 2004. A él y su iniciativa se le debe la conformación moderna del estado y el balance de poder entre las siete familiares reales, que no es fácil. De la mano de los petrodólares, Emiratos Árabes Unidos entró en un proceso de modernización rapidísimo en los años ’90 y así, los pastores, piratas y pescadores de perlas se convirtieron en ricos e influyentes actores geopolíticos.

Emiratos Árabes Unidos, hoy

Como sucede con la Unión Europea no todos los emiratos son iguales. Hay diferencias económicas pues los yacimientos de petróleo no están equitativamente distribuidos. Por ejemplo, Abu Dabi concentra casi el 90% y Dubai el 5 % de los mismos. También, estos dos estados tienen líneas aéreas propias así que tienen rutas comerciales importantes. Ellos dos representan el 83% del PBI, así que los cinco emiratos más pequeños dependen de ellos a través de impuestos federales.

¿Pero fue fácil reunir a siete emiratos bajo un mismo estado? No tanto. Se firmó una constitución en 1971 y se mantuvo hasta 1996, aunque esa no era originalmente la intención. Aquí se estipuló que la capital es Abu Dabi y por extensión es su emir el que encabeza el estado. Después, la constitución habla de la unificación de varios sistemas importantes en un estado: el tributario, el fiscal, el educativo, el sanitario… Amén de un sistema judicial común y de las fuerzas armadas.

Hoy, solo Ras al Jaima y Dubai tienen sus propios tribunales y se han establecido fuerzas armadas estatales que se cuentan entre las más poderosas de la zona. Todo está controlado por el Consejo Supremo Federal que se reúne cuatro veces al año. Viajan todos los emires a este consejo y se nombran ministros o se ratifican los que están, se reparten cargos, discuten leyes y presupuestos. El presidente nombra su propio ejecutivo, pero siempre considerando a todos los emiratos.

¿Hay elecciones en Emiratos Árabes Unidos? Pocas. El gobierno cuenta con el asesoramiento legal del Consejo Nacional Federal que está compuesto por 40 miembros, provenientes de los siete emiratos, que son elegidos parcialmente en elecciones. Solo poco más de 300 mil personas pueden votar y están seleccionados por el Comité Electoral Nacional que considera sexo, edad, formación y lugar de residencia.

Así, por ejemplo, en las elecciones de 2006, las primeras, participaron solo 6 mil mujeres y hombres. Hoy el número es más amplio y en 2011 han sido 130 mil y 300 mil en 2019.  ¿Y las mujeres? Pues votan muy pocas y  en las elecciones del año pasado se presentaron unas 180 para ser elegidas en algún cargo, aunque solo lo lograron siete. Es decir, hay siete mujeres en el Consejo Nacional Federal.

Lo cierto es que la sharia, la ley islámica, es lo que controla y condiciona la vida social y política del país. Si bien cada emirato tiene su grado de autonomía nada puede ir contra el gobierno federal, dominado por el Islam. Hay libertad religiosa, pero la única que puede manifestarse de manera pública es el Islam.

Cualquiera que haya visto un documental sobre Emiratos Árabes Unidos o sobre alguno de sus estados sabe que hay dos realidades: la de los ricos y la de los pobres. Estos últimos son más que nada trabajadores extranjeros dedicados al rubro de la construcción. Indios, paquistaníes, gente de Bangladesh que ve a corta distancia la riqueza ajena. Esto sucede en especial en Abu Dani, en Sarja o en Dubai, los principales centros urbanos, con mayor cantidad de habitantes.

Los emiratíes representan el 11% de la población local, un millón de personas. Se calcula que el 34% de ellos tienen menos de 25 años y gozan de grandes ayudas del estado. Después están los otros trabajadores extranjeros, con trabajos cualificados, que ganan buen dinero. En su mayoría dentro del sector energético.

Finalmente, ¿cual es la relación de Emiratos con el resto del mundo? Hay que decir que es el tercer país árabe en tener relaciones diplomáticas con Israel, y no es poco. A partir de esto tiene otra posición en torno al conflicto palestino y se opone a Irán. De hecho, con Irán mantiene una disputa en torno a unas islas que EAU reclama para sí en el Estrecho de Omuz y además lo acusa de promover oposición interna agitando a la minoría chií.

Son Dubai y Abu Dabi quienes capitanean la política externa del estado, una alianza económica, financiera y política. No olvidemos que es un aliado histórico de Estados Unidos, desde su independencia, y que aquí hay soldados norteamericanos desplegados. Sus problemas con Irán también han acercado a EAU a Arabia Saudita, un país que quiere ir tras los pasos del éxito económico de su vecino.

Emiratos Árabes Unidos y el turismo

Los últimos años el país ha cargado las tintas sobre el turismo, tratando de aprovechar su clima cálido, sus islas artificiales y la magnificencia de sus ciudades surgidas del desierto. Sin dudas la gente acude en primer lugar a Dubai, sitio en donde parece que los ingresos del turismo superan ya a los del petroleo.

Aquí los turistas puedes experimentar un poco de la vida en el desierto, con excursiones en jeeps 4×4, noches árabes entre dunas y paseos en camello, o salir de compras o salir de bares en la agitada vida nocturna.

Hoy, son los emiratos de Ras al Jaima y Umm al Quwain los que quieren desarrollar sus economías de la mano del turismo. Mientras tanto, Fuyaira busca que su puerto sea centro del comercio marítimo, Sarja es la capital de la cultura y la educación y Ajman un centro naviero e industrial.

Lo que queda por ver es si una vez que el petroleo se acabe, como alguna vez ocurrirá, estos países sobrevivirán.


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