El hermoso Palacio de la Aljafería

El Palacio de Zaragoza es inmenso

Imagen – Wikimedia/David Caponera

España tiene muchos castillos, fortalezas y palacios antiguos y algunos de ellos se remontan a la época de la dominación musulmana sobre parte del país. Es el caso de este hermoso palacio que ves en la imagen: el Palacio de la Aljafería.

Está en Zaragoza, ciudad antigua sí las hay, y supo ser residencia de los reyes taifas en tiempos del mayor esplendor y apogeo de su período de gobierno. Conozcamos hoy el Palacio de la Alegría, como solía llamarse.

Palacio de la Aljafería

Su construcción fue ordenada por el segundo rey de la dinastía de los Banu Hud, Al-Muqtadir, en la segunda mitad del siglo XI. Él lo bautizó Palacio de la Alegría y se convirtió en un palacio de recreo, aún fortificado como está y como todavía se conserva para maravilla de nuestros ojos.

El palacio ha atravesado el paso del tiempo con mucha honra y así, desde su nacimiento como alcázar islámico hudí, pasó a ser palacio medieval mudéjar, palacio católico, una cárcel para la temible Inquisición, un cuartel militar más tarde y sede de las Cortes de Aragón. Obviamente, cada función ha dejado su impronta en el edificio pues ha tenido modificaciones, ampliaciones, destrucciones y restauraciones también.

Así, el palacio islámico es el que fue construido en el siglo XI: un recinto amurallado de forma rectangular con torreones enormes y semicirculares con una hermosa Torre del Trovador. Entre dos torres aún está la puerta de entrada con forma de arco de herradura. El palacio tiene un jardín, el posteriormente llamado patio de Santa Isabel, con pórticos y salones en ambos extremos. Hay además una mezquita y un oratorio simple y pequeño de forma octogonal.

El posterior palacio mudéjar aparece de la mano de la reconquista a cargo de Alfonso I el Batallador en 1118. Fue el palacio de los reyes católicos aragoneses y a ellos se les deben algunos cambios internos y ampliaciones. Aparece la Iglesia de San Martín, la alcoba de Santa Isabel, las arquearías del patio y las salas dedicadas a Pedro IV que tiene unos hermosos alfarjes.

Hacia 1492 sobre la fábrica musulmana se construyó el palacio de los Reyes Católicos. Este edificio tiene como rasgos sobresalientes muchas salas, las de los Pasos Perdidos, un enorme y hermoso Salón del Trono con techo de madera dorado y policromado, y una amplia escalinata. Alrededor de cien años más tarde el palacio de la Aljafería pasa a ser un fuerte y una importante ciudadela, ya más de carácter defensivo.

Reinaba por entonces el rey Felipe II, y el edificio ganó una muralla exterior con baluartes en forma de pentágono en cada esquina y un foso todo alrededor con varios puentes levadizos. Como vemos, nunca dejó de crecer y modificarse y así siguió en tiempos de Carlos III e Isabel II, dotándolo esta última con torreones neogóticos.

Actualmente y desde 1987 el Palacio de la Aljafería es sede de las Cortes de Aragón y por supuesto, está abierto a las visitas. Entonces, ¿qué debemos visitar? Apunta: el Patio de Santa Isabela, el Salón del Trono, la Mezquita, la Iglesia de San Martín, el palacio mudéjar de Pedro IV y la Torre del Trovador que es una de las construcciones mas antiguas del edificio.

La Torre del Trovador se llama así por un obra literaria de Antonio García Gutierrez de 1836, convertido luego en ópera por Giuseppe Verdi. Es una torre de defensa cuadrada de cinco pisos construida a fines del siglo IX. Por fuera no se la división interna en tantos pisos y parece maciza. Se ingresa por una puerta pequeña a la que se accedía por una escalerilla portátil y naturalmente, tenía funciones militares, de vigía y defensa.

Esta torre está rodeada por un foso y fueron los Banu-Hud quienes la integraron luego al castillo. Los cristianos la convirtieron en Torre del Homenaje y la Inquisición en calabozo. Después tenemos el palacio taifal, a cargo del segundo rey de la dinastía y el que lo bautizó como palacio de la alegría, un edificio con decoraciones rojas y azules y doradas, mármol blanco y mucha belleza.

Muchas de estas decoraciones se han perdido, yeserías, zócalos de alabastro, suelos de mármol… Algo ha quedado en los museos y es lo que permite imaginar su magnificencia original. Por ejemplo, lo que ha quedado del Salón Dorado permite saber que sus techos reproducían el cielo y el cosmos, tenía un acceso mediante un lienzo de tres vanos, tenía columnas de mármol con capiteles de alabastro islámicos y muchos, muchos colores.

Del trazado original ha quedado la mezquita, pequeña, un oratorio más privado que era usado por el rey y que contiene, hacia la Meca, el nicho del mihrab. El famoso patio de Santa Isabel unificaba el palacio entero y muchos de los salones miraban hacia él. Ha quedado la piscina original del sur y se lo ha restaurado en líneas generales con naranjos y flores y placas de mármol en los pisos.

Lo que ha no ha sufrido muchas modificaciones es el palacio de Pedro IV el Ceremonioso, con la Iglesia de San Martín, antigua fábrica gótico-mudéjar. Tiene dos naves con bóvedas de crucería simple decoradas con los escudos de la monarquía aragonesa y una portada de ladrillos de tiempos de Martín el Humano. Fue Pedro IV quien amplió el palacio musulmán con más salas y dormitorios y después, como dijimos, fueron los Reyes Católicos quienes construyeron un palacio nuevo al que se accede mediante una escalinata monumental.

Finalmente, el Salón del Trono es la definición de la palabra suntuoso. Es enorme, con 20 metros de largo y ocho de ancho, con vigas gruesas, decoraciones con forma de hojas y piñas colgantes, arcos y un riso que rodea todo el salón con caligrafía gótica y honra la figura de Fernando, rey de las Españas.

Hay que tener presente que el palacio es muy importante como testimonio físico de lo que fue la arquitectura islámica hispánica en tiempos de los taifas en la actual España. Está época fue anterior a la llegada de los almorávides y desde 1986 el conjunto arquitectónico es Patrimonio de la Humanidad.

Calcula que darle la vuelta al palacio implica unas tres horas de andar. El mismo está en el centro de la ciudad y puedes llegar en autobús o a pie. Te dejo información práctica para hacer la visita:

  • Horarios: de abril a octubre abre por la mañana, menos jueves y viernes, de 10 am a 2 pm. Las visitas guiadas son 10:30, 11:30 y 12:30. Por la tarde, menos los jueves, de 4:30 a 8 pm, siendo las visitas guiadas a las 4:30, 5:30 y 6:30. De noviembre a marzo por la mañana, menos jueves y viernes, de 10 am a 2 pm con visitas guiadas en los mismo horarios y por la tarde, menos los jueves, de 4:30 a 6:30 pm. El palacio cierra los domingos por la tarde.
  • Durante enero, julio y agosto el palacio abre todos los días, pero cierra el 25 de diciembre y el 1 de enero.
  • La entrada general cuesta 5 euros.

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