El Monasterio de Guadalupe

Europa está plagada de iglesias y monasterios y algunos de los más hermosos están en España. Es el caso del Monasterio de Guadalupe, Patrimonio de la Humanidad desde 1993. Combina distintos estilos, es antiguo y guarda con celo la imagen de la Virgen de Guadalupe que es la Patrona de Extremadura y Reina de la Hispanidad.

¿Te gusta el turismo religioso? ¿Te gusta conocer todos los edificios y paisajes que la UNESCO ha declarado patrimonios a través del tiempo? Entonces puedes combinar las dos cosas y hacerte un viajecito a Extremadura para conocer este hermoso destino.

El Monasterio de Guadalupe

Su nombre completo es Real Monasterio de Santa María de Guadalupe y está situado en la comunidad autónoma de Extremadura, dentro de la provincia de Cáceres (una de las dos que componen esta comunidad). Extremadura es tierra rica en historia y ha dado a la colonización de América personajes conocidos: Hernán Cortés, Francisco Pizarro y Pedro de Valdivia, conquistadores los dos primeros de los imperios azteca e inca respectivamente y en el tercer caso, de Chile.

Cuenta la historia que en el siglo XIV los cristianos batallaban contra los árabes y para la Batalla del Salado el rey Alfonso XI se había encomendado a la Virgen de Guadalupe, una virgen ya venerada que había sido encontrado cerca del río del mismo nombre tiempo antes. Como suele suceder adjudicó su victoria en la batalla a la intervención milagrosa de la virgen así que ordenó reconstruir y ampliar una ermita que ya funcionaba para que pudiera ser todavía más adorada.

Con el tiempo esa ermita pasó a ser el primer santuario de la Virgen de Guadalupe y su desarrollo ulterior en iglesia y monasterio están muy vinculados con el reinado de Alfonso XI de Castilla. Fue él quien ordenó la ampliación del edificio original, simple y en ruinas, y él quién ordenó también la construcción de hospicios para albergar a los peregrinos cada vez mas numerosos que llegaban al santuario. También donó trofeos, estableció el patronato real y solicitó la creación de un priorato, cosa que el obispo de Toledo se apresuró a cumplir.

Así nace el priorato secular de Santa María de Guadalupe y se organizó el pueblo a su alrededor. Con el correr del tiempo el santuario se amplió todavía más y fue erigido a monasterio así que los canónigos seculares fueron suplantados por monjes. Así, el monasterio pasó a integrar una amplia red monástica y aunque al pueblo de Guadalupe no le gustó nada el cambio de manos (de hecho las protestas y disturbios duraron siglos), no hubo posibilidad de cambiar el rumbo de la historia.

Primero el monasterio estuvo a cargo de los monjes jerónimos que se quedaron mas de cuatro siglos y medio. En ese tiempo llegó a tener 22 mil metros cuadrados, al mismo tiempo que el culto a la Virgen de Guadalupe se extendió por todas partes, las Canarias y América incluidas. Hablando de América fue aquí mismo donde los Reyes Católicos recibieron a Colón todas las veces que se vieron antes del primer viaje y de hecho aquí en 1496 fueron bautizados los indios americanos traídos como criados.

Fue durante la primera mitad del siglo XIX que el monasterio dejó de pertenecer a los monjes jerónimos y pasó a ser una parroquia secular dependiente de la archidiócesis de Toledo. Durante los años de la exclaustración cayó en el abandono y la ruina y poco después los franciscanos pasaron a custodiarlo y dirigirlo. Fueron ellos quienes reconstruyeron el monasterio. Así Pío XII lo declaró basílica y hasta fue visitado en los años ’80 por Juan Pablo II.

Visitar el Monasterio de Guadalupe

El complejo es fenomenal. Lo primero que se ve es una amplia plaza con una fuente en el centro que guarda la pila bautismal de la iglesia. Al final de una escalera están las puertas principales. La fachada, de 1460, está bordeada de dos torres grandes del siglo XIV y se puede ver que la estructura está formada por cuatro vías, todas con arcos, y que dos de ellas acceden al interior de la iglesia mientras que los otros dos dan iluminación interior. Hay además un hermoso rosetón y la taquilla para pagar la entrada o la tienda de recuerdos se ubican al oeste que es donde está la entrada a las dependencias monásticas.

La fachada es de estilo gótica y suplanta una anterior. Durante esta reconstrucción se le dio forma a un espacio de forma rectangular que es lo primero que se ve al ingresar a la iglesia y que forma la capilla de Santa Ana con el sepulcro de don Alfonso de Velasco y su señora, doña Isabel de Quadros. Además de este sepulcro hay una fuente metálica que ha sido transformada en pila bautismal que data de 1402 y que se trasladó a este lugar en el siglo XIX desde el lavatorio del claustro.

La iglesia en sí misma es un edificio de tres naves con un amplio coro. Arriba de las naves hay un techo abovedado, de terceletes en la nave principal y de crucería en las naves laterales. La cúpula brinda mucha luz natural y lo mismo los dos rosetones, uno a cada lado del crucero. La capilla principal está separada de las naves por una hermosa reja que data de comienzos del siglo XVI. Por su parte el Altar Mayor tiene un fabuloso retablo de 1609 y en el presbiterio están las tumbas de Enrique IV y su madre María de Aragón.

Siguiendo la visita por el interior del monasterio puedes conocer el Claustro de los Milagros, de planta cuadrada con arcadas de herradura y un jardín. Hay un lavatorio dentro de un templete, donde verás un copón de bronce del que mana el agua que cae a su vez en una pila octogonal. Los dibujos del piso relatan la vida de la Virgen de Guadalupe y hay esculturas con las estaciones del Calvario. De aquí parte además una escalera antigua que llega al coro.

El corazón de la iglesia es el templete, cuadrada por fuera y hexagonal por dentro, de tres pisos de altura u con los dos pisos superiores decorados de hermosos azulejos. Dentro del monasterio funcionan algunos museos muy interesantes: el Museo de Cantorales, con sus antiguos pergaminos, el Museo de esculturas y pinturas y el Museo de ornamentos sagrados.  En la visita tampoco pueden faltar el relicario,la sacristía, el camarín de la Virgen y la propia Virgen de Guadalupe (en madera policromada).

Para terminar, te dejo los horarios de las misas: los días laborables las misas son a las 12 y a las 20 horas. Los domingos a las 11 y 12 y después a las 13 y 20 horas; y además te cuento que te puedes quedar a pasar alguna noche porque aquí funciona también un hotel, el Hotel Hospedería Monasterio de Guadalupe, de dos estrellas de categoría y 47 habitaciones en la parte antigua del claustro gótico.


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