España es un país muy interesante para recorrer. Cada rincón tiene lo suyo pero hoy nos convoca otra de las maravillas del País Vasco: el Valle de Carranza. ¿Conoces esta belleza vasca, este sitio genial para hacer turismo al aire libre, entre montes y montañas, con arroyos por doquier, cuevas, rocas megalíticas y tesoros culturales?
Hoy, martes, nos adentraremos en el Valle de Carranza así que si lo tienes en tu lista de destinos apunta toda la información práctica necesaria para no perderte lo mejor.
Valle de Carranza
Este valle está surcado especialmente por el río que le da nombre, Carranza, aunque hay otros ríos menores. Está en la comarca de Las Encartaciones y tiene sus barrios distribuidos a lo ancho y largo del valle, pero los más importantes son el de Concha y el de Ambasaguas, donde está la estación del tren.
En materia turística podemos dividir el valle en un sector prehistórico, otro sector con cuevas espectaculares, otro con un legado histórico y cultural en palacios, casas e iglesias, y por último un parque temático. ¿Qué te gusta más?
Vayamos por partes. La zona tiene muchas sepulturas prehistóricas, especialmente en la sierra de Ubal. Las tumbas datan del neolítico y del eneolitico, es decir, se construyeron entre la mitad del siglo IV milenio y del III milenio a.C. Por otra parte está el itinerario megalítico de Haizo, muy interesante para hacer pero con coche. Apunta:
Puedes empezar el recorrido en Concha por la carretera BI-3622 donde se cruza con el camino GR-123. Se toma ese camino así que vas desde Concha hasta Villanueva de Presa, allí tomas el giro a la izquierda. También puedes ir desde Concha por Aldeeacueva hasta la intersección de Arreturas y tomas el giro a la derecha, ya en ruta. Por allí serán unos 10 kilómetros, los monumentos están en general cerca de la ruta.
En el cruce de Arreturas, a 10 kilómetros de Concha, está, por ejemplo, el dólmen de Alcuera, en el medio de dos bosques de pino. Después, de nuevo en Arreturas, subiendo unos 900 metros, hay una ruta de tierra y si la sigues, a unos 140 metros, no más, están los megalíticos de Bernalta. Cerca, también se ubican los megalitos de La Bohereiza. Siempre regresando sobre nuestros pasos, siguiendo la ruta, verás paneles informativos sobre el conjunto megalítico de Cotobasero y no muy lejos otro de los megalíticos de Bernia.
El túmulo El Muro no está lejos, tampoco, ni los cinco monumentos de La Cabaña ni el conjunto megalítico de Fuentellenao o los megalitos de El Fuerte. El ultimo en la ruta es el de La Calera. Como ves, la ruta tiene mucho para ver y solo se trata de tener a mano el mapa para seguir las indicaciones y saber que a veces cruzarás prados con cercas y que siempre se trata de abrirlas y dejarlas cerradas, respetando ante todo el entorno y sus vecinos.
Por supuesto que esta ruta puedes hacerla por tu cuenta o contratar a una agencia de turismo local. Cuando es así la salida es del día completo pues incluye parar para comer y la visita a una quesería ecológica de la zona, en el caserío Vista Alegre.
En segundo lugar las cuevas del Valle de Carranza son espectaculares y un paraíso para quienes adoran la exploración subterránea. La perla en este campo es la Cueva de Pozalagua, una cueva con estalactitas en forma de flor única en el mundo, por la cantidad, solo superada por una cueva en Australia.
La cueva fue descubierta oficialmente en 1957 y hoy conforma un conjunto mayor ya que cerca, a pocos metros, está la Torca de Carlista, la gruta mas grande de Europa y la segunda en el mundo. La Cueva de Pozalagua tiene una única sala, enorme, de 125 metros de largo, 12 metros de alto y 70 metros de ancho. Se la conoce con el nombre de Versalles y es donde se ubican las extrañas estalactitas.
En la parte central hay un lago enorme, lamentablemente casi seco hoy en día, pero eso no le quita esplendor a una de las cuevas mas visitadas de España. Las visitas son guiadas. Por otro lado, ¿qué hay con la Torca de Carlista? Tiene 729 metros de alto, con la entrada muy cerca de la cima de a cumbre caliza que la esconde.
Es una de las cavidades subterráneas más grandes del mundo y se accede por una grieta pequeña de apenas 5 por dos metros a más de 700 metros de altitud. La chimenea de 68 metros de largo termina en una sala a 84 metros del suelo, pero hay cinco salas en total, enormes todas.
Otra cueva es la Cueva de Venta Laperra, en la ladera del monte Ranero, sitio habitado durante el paleolítico Medio y Superior por cazadores y recolectores, que grabaron pinturas rupestres, imágenes hermosas de animales en los muros.
Ahora bien, también hablamos de tesoros arquitectónicos y religiosos en el valle de Carranza. Con respecto al patrimonio civil los distintos pueblos de valle tienen sus tesoros en la forma de, por ejemplo, las llamadas casas-torre que han sido pro mucho tiempo símbolo del poder de los nobles locales. Eran casas de aspecto sólido y fines militares que llegaron al día de hoy muy modificadas. Las verás en Molinar o San Esteban, con sus arcos dintelados.
También hay palacios de armónicas proporciones construidos a partir del siglo XVII, como el Palacio de Prieto de Ahedo, en Ranero, de estilo barroco y escudo de armas en las fachadas, o el Palacio de Trevilla, en San Esteban, mezcla de gótico y barroco, o el Palacio de Angulo y el Palacio de Villapaterna, en La Lama, con balcones y piedras. Ya del siglo XVIII están los Palacios de Portillo y de Pando y del siglo XIX está el Balneario de Molinar, con sus aguas termales.
A estas construcciones mas nobles se suman por supuesto construcciones mas sencillas y de carácter popular: fachadas de piedra, balcones, tejados a modo de visera. Hasta aquí hemos visto tumbas megalíticas, cuevas subterráneas preciosas y edificios antiguos. Nos queda en el tintero el parque natural Karpin Abentura, un sitio especial para ir con niños pues es un centro de acogida de animales silvestres que proceden del trafico ilegal o fueron abandonados o pertenecen a especies en peligro.
Funciona en una finca centenaria de 20 hectáreas y lo habitan unas 55 especies distintas. El recorrido es por una zona boscosa cerrada separada en dos sectores, uno que se centra en la era jurásica y a los dinosaurios y otra que es posterior. Veremos muchas reproducciones de tamaño natural, algunos animatrónicos, así que se hace divertido. El parque se inauguró en 1995, se amplió en 2003 contando hoy con cuatro sectores en total.
La entrada cuesta 10 euros por adulto, siete los jubilados y seis euros los niños de 4 a 14 años. Abre todo el año a partir de las 11 am pero cierra el 24, 25 y 31 de diciembre. Como ves, el valle de Carranza tiene un poco de todo así que incluyelo en tu lista de destinos en el País Vasco. ¿Qué te parece?