Embalse de Yesa

Entre Navarra y Zaragoza está el embalse que ves en la fotografía: el Embalse de Yesa. ¿Te gusta? Es un paisaje hermoso que tiene también su historia, así que si estás en plan de descubrir España este es un buen destino para no perderse.

El embalse es producto de la construcción de una presa así que también es una historia de tierras inundadas y pueblos desaparecidos. Hoy nos toca, entonces, hablar del Embalse de Yesa y sus atracciones.

Historia de un embalse

Los ríos puedes aprovecharse para que sus aguas generen energía y esa fue durante mucho tiempo la idea sobre el río Aragón. Si bien antes sus aguas se pensaban para riego, en en el siglo XX la meta fue la generación de energía eléctrica.

El proceso fue largo, con idas y vueltas de distintos proyectos, pero finalmente el embalse comienza a construirse en 1928. Durante la Guerra Civil las obras se detuvieron para volver al ruedo en los años ’40 y terminar todo a fines de los años ’50.

Cuando se construye un embalse hay tierras que se secan y otras tierras que se inundan, así que en este caso la situación determinó que varios pueblos fueran abandonados. Hectáreas y hectáreas de buena tierra quedaron sumergidas y miles de personas debieron ser reubicadas. Años más tarde se planteó un recrecimiento del embalse que, a pesar de una gran oposición, finalmente fue autorizado en los primeros años del siglo XXI.

La presa en sí misma está a 400 metros de Yesa. Es una presa de gravedad de diseño recto con hormigón en la base. Tiene un aliviadero de superficie y cuatro bocas bien profundas con múltiples desagües. Una toma es para la central hidroeléctrica y la otra sirve al Canal de Bardenas. La presa así tiene 400 metros de largo y alrededor de 75 metros de alto.

El embalse tiene poco más de dos mil hectáreas y está sobre el valle del río Aragon, en el canal de Berdún. Tiene 18 kilómetros de largo y una costa de 48 kilómetros. Es aquí donde se concentran todas las actividades que el sitio ofrece. Nos ofrece.

Turismo en el Embalse de Yesa

El embalse es tan hermoso, un manchón azul y verde, que no falta quien le llame el Mar del Pirineo. Ofrece muchos deportes náuticos, pesca (hay truchas, perca americana y carpas), y un entorno precioso con pinares, quejigales y hayedos.

Tiene la fortuna que es bendecida con muchas horas de sol por año, por ejemplo tiene 90 días más de sol que Pamplona que está a casi 50 kilómetros de distancia. Puedes pasear en barca, hacer windsurf para aprovechar los vientos que soplan aquí, en la mayor superficie navegable de Navarra. Y es que aunque con mas frecuencia el viento es del sur, hay veces que entra el del norte super fuerte, con ráfagas que alcanzan un nivel de fuerza categoría 9.

Si no se te dan los deportes hay buenas oportunidades para hacer senderismo o disfrutar de otras actividades al aire libre. Escucharás sobre la historia de los pueblos que el embalse hizo olvidar, y por ejemplo, puedes pasear por lo que queda del pueblo de Escó. Está a la vera de la carretera nacional, entre Pamplona y Jaca, y aunque todavía vive allí algo de gente son contados con los dedos de una mano y todo está en ruinas.

Al momento de la construcción de la presa y el embalse el Estado compró las viviendas invitando a los habitantes a marcharse. Y así lo hicieron, salvo estos pocos y sus descendientes que aún sueñan con la repoblación de las ruinas. Veremos si tienen suerte. En la misma línea de la historia están los pueblos de Ruesta y de Tiermas. Los habitantes de este último pueblo sueñan lo mismo que los vecinos de Escó, desde una muela de tierra alta que es donde hoy viven.

Si vas por allí a partir de septiembre y el nivel del agua es bajo podrás ver las ruinas de las termas romanas y entrar al manantial de aguas sulfurosas. El pueblo vecino, Sigües, ha comprado hace unos años lo que queda de Tiermes y planea revitalizarlo y construir un balneario, pero el proyecto no ha estado exento de polémica.

Por otro lado está Ruesta, pueblo que desapareció en 1965 cuando tenía 368 habitantes. El famoso Camino de Santiago pasa por aquí cuando recorre tierras de Aragón pero lamentablemente es historia antigua. Empero, Ruesta tuvo otra historia pues en los ’80 cayó en manos de un sindicato, la CGT. Si bien la idea era rehabilitarlo el proyecto excedía las arcas del sindicato así que empezó por un camping, por recuperar el Camino de Santiago y construir un par de hosterías.

Por otro lado puedes pasar por el puente de los Roncaleses de fines del siglo XI, con setenta metros de largo y dos y medio de ancho. Tiene arcos romanos originales y si te gusta la historia, aquí se luchó contra los árabes en tiempos de la Reconquista.

También puedes visitar Sangüesa, el Castillo de Javier donde nació San Francisco Javier o el Monasterio de Leyre, un hermoso sitio medieval donde suenan cantos gregorianos y se tienen vistas fantásticas del embalse.

Este monasterio está a cinco kilómetros del embalse, a los pies de la sierra del mismo nombre. Es tumba de reyes navarros y un sitio tranquilo, silencioso y casi mágico. La iglesia monacal es un tesoro con su cripta del siglo XI, una bóveda gótica y un pórtico romano del siglo XIII.

A 250 metros del monasterio está la llamada Fuente de las Vírgenes, con un merendero, a media hora de coche está la Fuente de San Virila y también cerca está el monte Escalar desde cuya cima, a unos 1300 metros, se tiene una vista sensacional del Embalse y los Pirineos.

Si te gusta la idea de visitar el Monasterio de Leyre apunta estos datos:

  • Horario: abre todos los días de 10:15 am a 7 pm.
  • Los cantos gregorianos se escuchan de lunes a viernes a las 9 am, 7 pm y 9:05 pm; y domingos y festivos 11.30 am, 7 y 9:05 pm.
  • La entrada cuesta 3 euros.
  • Hay visitas guiadas en horario de apertura. La visita libre cuesta 3 euros por adulto y la guiada, 3, 50.
  • Forma parte de la Ruta de Monasterios en Navarra.

Bueno, ya tienes información sobre el Embalse de Yesa. ¡Buen viaje!


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