Entradas a los Museos Vaticanos

Situado en el corazón de Roma, la ciudad eterna, El Vaticano es el país más pequeño de toda Europa y el epicentro de la Iglesia Católica. En un espacio tan reducido se ubica la residencia papal, un palacio rodeado de lindos jardines que se pueden visitar bajo previa reserva.

Dentro del Vaticano, además de los Museos Vaticanos, se encuentra la Basílica de San Pedro, que destaca por la cúpula y por la Piedad de Miguel Ángel. También se pueden visitar la Plaza de San Pedro y ya fuera del recinto del Vaticano y a pocos minutos, el Castillo de Sant’Angelo.

A continuación, conoceremos mejor los principales atractivos turísticos de la Ciudad del Vaticano y cómo comprar las entradas.

Basílica San Pedro

Plaza de San Pedro

La Plaza de San Pedro es una de las más bellas y grandes del mundo. Sus dimensiones son asombrosas pues presenta 240 metros de anchura y 320 metros de largo. Se localiza a los pies del Vaticano y en los acontecimientos más destacados ha llegado a albergar a más de 300.000 personas.

La Plaza de San Pedro fue edificada entre 1656 y 1667 por obra de Bernini y con el apoyo del papa Alejandro VII. Tiene forma de elipse y se encuentra rodeada por una columnata con 140 estatuas de santos católicos creadas por discípulos de Bernini hacia 1657.

En el centro de la plaza se halla el obelisco y dos fuentes, una de Bernini (1675) y otra de Maderno (1614). El obelisco fue llevado a Roma desde Egipto en 1586 y posee una altura de 25 metros de alto.

Como curiosidad, la plaza de la Concordia en París fue diseñada en el año 1755 siguiendo la imagen de la plaza de San Pedro pues el obelisco y las fuentes se encuentran en una distribución muy similar.

Basílica de San Pedro

Adentrarse en la Basílica de San Pedro es una de las experiencias más inolvidables que se pueden vivir en Roma. Es el edificio más importante del catolicismo pues en aquí se encuentra la Santa Sede y desde ella el papa celebra las liturgias más destacadas. 

Debe su nombre al apóstol y primer pontífice San Pedro, cuyo cuerpo está enterrado en su interior. Su construcción empezó en 1506 y terminó en 1626 siendo consagrada a finales de ese mismo año. En las tareas participaron figuras de la talla de Bramante o Carlo Maderno. Algunas de las obras de arte que se pueden encontrar en su interior son el Baldaquino de Bernini o la Piedad de Miguel Ángel.

Una de las cosas que más llaman la atención de la Basílica de San Pedro es su asombrosa cúpula de 136 metros de altura. Miguel Ángel la empezó, Giacomo Della Porta continuó con los trabajos y Carlo Maderno la finalizó en 1614. La subida a la cúpula no es apta para todo el mundo pues en el último tramo hay una empinada y estrecha escalera de caracol que puede resultar bastante agobiante. No obstante, la recompensa es grande pues desde ella se puede admirar la Plaza de San Pedro en todo su esplendor y, si el día está despejado, buena parte de Roma.

Frescos de la Capilla Sixtina

Museos Vaticanos

Los orígenes de estos museos se remontan  1503, cuando el Papa Julio II inició su pontificado y donó su colección de arte privada. Desde este momento, los siguientes papas y diversas familias particulares realizaron aportaciones y fueron aumentando la colección hasta convertirla en una de las más grandes del mundo.

En ella hay objetos procedentes de la India, Extremo Oriente, Tíbet, Indonesia, África y América. También una colección de cerámicas medievales, tapices flamencos de los siglos XV y XVI, obras griegas y romanas y un largo, etc.

En la actualidad, los Museos Vaticanos reciben más de seis millones de visitantes al año y una de las razones de peso es la Capilla Sixtina, la cual es conocida por su rica decoración y por ser el templo en el que se elige a los papas. Su construcción se llevó a cabo durante el mandato del Papa Sixto IV, a quien debe su nombre. Algunos de los artistas más importantes que trabajaron en ella fueron Miguel Ángel, Botticelli, Perugino o Luca.

Entradas para el Vaticano

Los Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina son la atracción turística de Europa con mayores colas de entrada. En días especialmente saturados se puede esperar hasta cuatro horas en la cola de las taquillas. Por eso la mejor opción es reservar las entradas por Internet a través de la web de los Museos Vaticanos, las cuales son nominadas y sólo válidas para un determinado día y hora. La fecha y hora de la visita se puede cambiar siempre que haya disponibilidad.

En caso de querer hacer la visita por libre, el mejor momento para hacerlo es sobre las 13 h. entre semana. Los fines de semana, los últimos domingos de cada mes (entrada gratuita) y la Semana Santa no son recomendables para visitar el Vaticano ya que es cuando más gente hay, sobre todo en temporada alta.

Precios de las entradas

La entrada general reservada por Internet para evitar la cola de la entrada tiene un precio de 21 euros. Sin reserva online cuesta 17 euros y el precio de la entrada reducida es de 8 euros (sin reserva online) y de 12 euros para evitar colas.

Horario de visita

El horario de apertura de los Museos del Vaticano es de 9 h. a 18h. aunque la venta de entradas acaba a las 16h, dos horas antes.


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