Galway

Galway

Irlanda es un país precioso que atrae turistas de todo el mundo, y no se trata solo de visitar Dublin sino de animarse a recorrer más para apreciar la verdadera naturaleza de la llamada Isla Esmeralda.

Sobre la costa oeste del país está Galway, un destino con historia, un patrimonio único compuesto de iglesias, catedrales, castillos, fuertes y playas y una gente simpática, encantadora y que saber recibir viajeros.

Qué ver en Galway

Galway

Primero hay que decir que Galway es tanto un condado como una ciudad. El condado forma parte de la provincia de Connach y la capital condal es la ciudad de Galway misma, que descansa a su vez sobre una amplia bahía.

El río Corrib cruza Galway, ciudad con alrededor de 80 mil habitantes, que fue fundada hace poco más de ocho siglos. Tiene un pasado muy agitado y hasta supo tener vínculos con España. ¿Cómo es esto? Pues entre los siglos XV y XVI el puerto de Galway era muy visitado por los barcos españoles gracias al comercio del vino o la pesca. La España de Felipe II obtuvo los derechos de pesca, aprovechando el catolicismo de los irlandeses y el resentimiento contra los ingleses.

Galway

Habiendo repasado muy brevemente algo de la historia de la ciudad, ¿qué podemos visitar? Primero podemos recorrer algunos de los numerosos museos, según nuestros gustos e intereses, pero si deseamos tener una visión general de la ciudad y lo que acabo de relatar, pues lo mejor es el Museo de la Ciudad: hay una colección de historia prehistórica y medieval, aspectos de la sociedad local, la relación de Galway con el cine y mucho más.

Galway

Si eres español y te interesa la relación Galway – España, entonces puedes visitar el Spanish Arch, el resto de una muralla medieval que corría desde la Torre de Martin hasta la orilla izquierda del Corrib. Data del siglo XVI y su objetivo era proteger a los barcos. De hecho, es cruzando el arco que se ingresa al Museo de  la Ciudad de Galway y a The Long Walk, un interesante paseo que une el arco  con los muelles, como entrada triunfal a la ciudad.

Museo de Galway

Otro museo que puede gustarte es el Museo de Nora Barnacle, abre solo en verano, dedicado al escritor de Ulises, James Joyce. El museo se llama así porque así se llamaba su esposa. El viejo Ayuntamiento también puede recorrerse, junto con el tribunal de justicia, lo que se llama en inglés Court House y Town House. Los dos datan de comienzos del siglo XIX.

El Bridge Mills está al lado del puente O’Brien, sobre el río que cruza Galway; y ya que hablamos del río también se puede visitar el puente del salmón que fue construido en 1818, junto con la presa. Para castillos, nada mejor que el Castillo Lynch, una enorme y majestuosa mansión perteneciente a una de las doce tribus de Galway. Hoy se ubica en la esquina de Abbey Gate con Shop Street.

Castillo Lynch, en Galway

La Shop Street es del siglo XVIII y más antigua aún es la Iglesia de San Nicolás, fundada en 1320 por la misma familia Lynch. Colón la visitó, incluso, en 1477. Por otra parte está la Catedral de Galway, el edificio de piedra más grande de Europa, entre renacentista, romanesca y gótica.

Y si más que la historia, lo tuyo es el arte, puedes visitar el Galway Arts Centre, con sus dos espaciosas galerías, talleres y clases. O, en caso de que te guste el teatro, está el Teatro Mick Lally que funciona en un viejo almacén de té, hoy albergue de la compañía de teatro Druid Theatre Company.

Catedral de Galway

El resto de las actividades pueden variar si vas en verano o en invierno. Para un día con sol puedes visitar el Malecón de Salthill y su playa. Caminar bajo el cielo abierto es de lo mejor y si no te espanta recorrer tres kilómetros puedes ir hasta el Burren en el condado de Clare, algo que la gente local viene haciendo desde hace siglos. También puedes caminar por el Barrio Latino, uno de los mejores paseos.

Salthill

El Acuario de Galway tiene tiburones, crustáceos y mucho más. Incluso un enorme esqueleto de ballena y una bio zona especial con especies de África y el Amazonas. Este sitio es genial para ir un día de lluvia.

Ahora bien, también se puede uno ir a dar un paseo a las afueras, no muy lejos. Solo a 25 minutos de la ciudad está el Brigit’s Garden, un jardín basado en el calendario celta y dedicado a la diosa Brigit. Hay muchos senderos, bosques y flores silvestres: cuatro jardines representando los antiguos festivales irlandeses. También está Connemara, destino precioso y pintoresco si los hay. Aquí se han filmado películas como The quiet man, con montañas, lagos y ese típico verde irlandés por doquier.

Brigit's Garden

La Abadía Kylmore y su castillo que se refleja sobre las aguas del lago son de postal. Es el hogar de las monjas benedictinas y en el predio hay una iglesia de estilo neo gótico con un pintoresco jardincito victoriano. Y puedes ir a tomar el té con scones. Una delicia.

En la Bahía de Galway están también las Islas Aran. Inis Mór es la más grande y tiene un fuerte prehistórico, Inis Meáin y también está Inis Oirr, con sus playitas y el naufragio del Plassy, hundido en los años ’60. Hasta estas islas puedes llegar en ferry todo el año pero debe sirte hasta Rossaveal, que está a 38 kilómetros de Galway.

Kylmore

Tus días en Galway deben terminar en algún pub, por favor. No hay visita a irlanda sin una buena irish beer, una Guiness. Para un clásico está el Crane Bar, un pub situado en una esquina en Galway’s West End, colorid, con música en vivo. También está  el Taaffes, de 150 años, el Tig Cóilí, con sesiones musicales todos los días, visitado incluso por la familia real inglesa y el Róisín Dubh, sobre el Canal Eglinton.

Galway

No se si puedes, pero para mí lo mejor que uno puede hacer en Irlanda es alquilar un coche y recorrer a gusto la isla. Hacer, por ejemplo, la Wild Atlantic Way, desde la península Inishowen en Donegal hasta Kinsale en Cork. Esta ruta costera espectacular pasa precisamente por Galway.


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