Hendaya

Vistas de Hendaya

Hendaya es el nombre de un bonito destino en Francia. ¿Te sonaba algo japonés? Pues no, es una comuna francesa del País Vasco francés que se sitúa en la frontera con España y en los meses del verano europeo se puebla de turistas.

Contrarrestando un poco el frío cotidiano, veamos hoy cómo es Hendaya y qué hacer allí.

Hendaya

Playa de Hendaya

Como dijimos antes, es una ciudad fronteriza con España, situada cerca de las ciudades españolas de Irún y Fuenterabía. La historia nos cuenta que en 1940 Hitler y Franco se reunieron aquí y en euskera el nombre que algún despistado puede confundir con japonés significa bahía grande.

Por su situación geográfica ha sido territorio de tensiones entre Francia y España, pero solo en 1636, en el marco de la Guerra franco-española, fue ocupada por los españoles. En el medio del río Bidasoa, frontera entre ambas naciones, con 67 kilómetros de largo, está la famosa Isla de los Faisanes, sitio de encuentro entre reyes, que desde 1901 por turnos de seis meses cada país tiene su soberanía.

A Hendaya se puede llegar en tren, usando los servicios de RENFE y de SNCF, en barco, que llega desde Fuenterrabía en solo cinco minutos, y por supuesto, por carretera.

Qué hacer en Hendaya

Calles de Hendaya

Este pueblo francés fronterizo es precioso. Tiene tres kilómetros de playas arenosas, un pueblo encantador con casas de estilo vasco, algunas en estilo neo vasco, y un castillo pseudo medieval de ensueño, el Château Abbadia.

Hendaya es un popular destino turístico para ambos países, así que la visita obligada es caminar por las calles de su casco histórico. La parte antigua de Hendaya, situada junto a la estación de tren, es dónde Franco se reunió con Hitler y su grupo para discutir la participación o no de España en la Segunda Guerra Mundial. Lo hicieron en el interior de un vagón acorazado y no llegaron a ningún acuerdo.

La Plaza de la República es el centro y corazón del pueblo y por eso hay que detenerse y comer o beber algo en alguna de sus terrazas. Si vas un miércoles por la mañana serás testigo y participante del colorido mercado semanal. Al lado de la plaza hay un antiguo edificio: la Iglesia de San Vicente, del siglo XVI.

Hendaya

Por fuera esta iglesia es de prístino blanco, con algunas piedras en las esquinas y contraventanas en rojo. Dentro tiene galerías de madera y una bonita capilla del siglo XIII. Siguiendo el paseo por el casco viejo de Hendaya nos topamos con el Gaztelu Zahar, un frontón de 1899 que se alza donde solía alzarse una fortaleza del mismo nombre, destruida en alguno de los enfrentamientos entre España y Francia. Hoy aquí se juega pelota vasca, por ejemplo, o tienen lugar otros eventos.

Este sitio está camino a la playa y junto al agua es que comienza el camino de la Bahía, paralelo a la costa, ofreciendo las vistas ribereñas más hermosas que puedas imaginar. Verás el río, la costa contraria y las ruinas de las murallas medievales, todavía con algunos cañones a la defensiva. Son en total 14 kilómetros, desde la playa de Hendaya hasta el puente que cruza rumbo a Irún y sigue viaje cruzando Hondarribia si quieres.

Hendaya

Como dijimos al comienzo Hendaya es un polo turístico en verano. Así es, la genial combinación de agua, sol y playa la vuelven un imán en los meses estivales. La playa principal tiene tres kilómetros de extensión y es de arenas finas y doradas. Amplia, se llena de amigos y familias y las aguas, no siempre mansas, ofrecen buenas condiciones para surfear. Y si no quieres tropezar con gente caminas un poco y te alejas. Eso sí, en el extremo se practica nudismo así que verás menos gente… ¡pero gente desnuda!

Esta playa que acabamos de describir se llama Ondarraitz y está decorada con casas típicas vascas, más modernas, eso sí, por eso se las conoce como casas estilo neo vascas. Datan de comienzos del siglo XX y llevan la firma del arquitecto Edmond Durandeau. Entre ellas y el río está el paseo o Boulevard de la Mer y si lo recorres verás un único edificio construido sobre la misma playa: es el Viejo Casino Croisière, de 1884 y de estilo árabe.

Playa en hendaya

Pues sí, con ese estilo. Si bien se lo sigue llamando casino ya no funciona ningún casino dentro y hoy es una casa de lujo y un centro comercial. Es también sobre este bulevar que vas a ver las mejores tiendas y restaurantes de Hendaya. Pero más allá, al fondo de la playa, verás una postal clásica del pueblo: las deux Jumeaux o rocas gemelas, sobre las que pesa una leyenda de la mitología vasca.

Según ella, un día Basajaun, el hombre de los bosques, estaba de paseo en las Peñas de Aia cuando se le ocurrió arrojar una roca para destrozar Bayona. Pero tropezó, la roca voló de sus manos y cayó al lado de la playa de Hendaya, partiéndose en dos partes. La foto es una obligación, por supuesto.

DOmaine de Hendaya

El Domaine d’Abbadia es un parque natural de 64 hectáreas que abraza el Château d’Abbadia que nombramos más arriba como uno de los tesoros de Hendaya. Puedes recorrer sus múltiples senderos, muchos de ellos por la costa y con vistas hermosas del mar. También se ven las Rocas Gemelas y flysch, esas otras rocas que son populares en la costa vasca en general. El sendero que discurre por la costa se recorre en dos horas y el camino interno es solo un segmento de otro de mayor extensión, el Camino de la Costa que une Sokoburu con Erretegia y es de 25 kilómetros.

Este territorio está administrado por la Agencia de Protección Costera y no tiene nada que ver, por lo menos en materia de propietarios, con el castillo. Entonces, no se puede ir y venir a gusto y es recomendable visitar primero el castillo y después acercarte a alguna de las entradas al parque (hay tres). ¿Y el castillo? Más que un castillo es una llamativa mansión que fue construida después de la segunda mitad del siglo XIX por ordenes de Antoine d’Abbadia, mitad francés mitad irlandés, miembro de una de las familias mas ricas de Francia.

Castillo de Hendaya

d’Abbadia fue un poco de todo: geógrafo, astrólogo, explorador, defensor de la lengua vasca y su cultura, así que ha pasado a ser para muchos el Euskaldenaita, el padre de los vascos. Y todo eso se refleja en su castillo/mansión. El arquitecto es Viollet le Duc y el edificio es de estilo neogótico, siendo su fachada externa claramente de inspiración medieval. Pero dentro, es otra cosa y hay de todo, aunque mucho es estilo art noveau y estilo orienta: librería, capilla, pinturas de Etiopía, un observatorio astrológico con telescopio…l. Es un sitio curioso, interesante y único.

El castillo está a poco menos de dos kilómetros de la playa, abierto a los curiosos, administrado por la Academia de Ciencias. Puedes llegar en coche y aparcarlo de manera gratuita cerca, aunque si vas en verano es posible que los espacios ya estén ocupados. El castillo ofrece visitas guiadas y cuando lo hace otras visitas no son posibles, así que chequea en el sitio web antes de ir.

Hendaya, entonces, ¿tu próximo destino de verano?


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