Kioto, es época de cerezos en flor

En Japón marzo es sinónimo del Hanami, la fiesta de los cerezos en flor. Entre la última semana de ese mes y las primeras de abril las islas japonesas se colorean en hermosos tonos de blanco y rosado y la gente se mueve por todas partes para disfrutar del espectáculo.

Japón es un país muy montañoso con estaciones muy marcadas, así que la primavera y el otoño son sin dudas las estaciones más atractivas para conocer este país. Mientras el otoño es el reino de los ocres y rojos, la primavera que hoy día ya está viviéndose es el reino mágico que ves en las fotografías. Y Kioto está entre los mejores destinos para verse rodeado de ese intenso rosado.

Hanami

Es la tradición nipona de contemplar la belleza de las flores pero se lo relaciona mucho con la primavera y el florecimiento de los cerezos. Sakura es el nombre de las flores de este árbol muchas veces pequeño, de ramas retorcidas y delgadas.

El florecimiento se da a partir de marzo y durante abril según las temperaturas del país. Por ejemplo, en la lejana Okianawa comienza muchísimo más temprano, en enero, y los cerezos de Hokkaido, bien al norte, los encuentras a fines de abril con mucho brío.

Cuando es tiempo de hanami los noticieros están a full con ese tema y cada emisión da cuenta de cómo van las flores, cuanta gente se movilizó y demás. La costumbre es elegir un parque, hay algunos muy populares, y acordar allí con amigos o familia para comer y beber bajo los cerezos en flor. De día y de noche, así que siempre es un gran momento.

Hanami en Kioto

Es uno de los destinos más populares porque en verdad toda la ciudad está repleta de cerezos. Además, como hay muchos templos cada escenario es bello como una postal. Llegar es super fácil, en el shinkansen o tren bala tardas poco más de dos horas. Allí yo he caminado por todas partes sin problema, pero hay autobuses si caminar mucho no es lo tuyo.

Kioto fue capital de Japón desde el siglo VIII hasta casi el final del feudalismo, en 1868. Hoy es una ciudad moderna habitada por millón y medio de personas y aunque fue destruida varias veces su valor cultural la zafó de las bombas de la última durante la Segunda Guerra Mundial.  Así, hay cerca de 14 lugares especiales para disfrutar del hanami.

Hablo del Sendero del Filósofo, el Parque Maruyama, el Santuario Heian, el Jardín Haradani-en, el bello Canal Okazaki, la antigua línea de tren de Keage, el Templo Daigoji, el Kiyomizudera, el Ninnaji, el río Kamogawa o el Jardín Botánico de Kioto. Tu puedes elegir varios de estos destinos para pasear entre cerezos en flor. Yo estuve por allí el año pasado y me la pase un día entero caminando de aquí para allá, desde temprano.

Brillaba el sol, aunque después aparecieron algunas nubes, así que si estando en Kioto te levantas con Febo asomando ¡aprovecha! Este es el recorrido recomendado tomando como referencia la estación de trenes de la ciudad:

  • Kiyomizudera: puedes llegar caminando. Yo me alojaba a unas cuatro manzanas de la estación y debo haber caminado unas diez manzanas, o menos, hasta llegar al templo. En temporada de hanami la gente te va llevando porque todos hacen el mismo paseo. Si eliges el autobús el templo está a unos 15 minutos de la estación de Kiyomizu-michi. Abre de 6 am a 6 pm y en ciertas fechas se lo ilumina: el 25/3 y el 9/4, de 6 a 9 pm. La entrada cuesta 400 yenes, unos 4 dólares. El sitio es hermoso porque es un verdadero bosque de cerezos.
  • Higashiyama: cuando dejas el templo Kiyomizudera puedes deambular por una callecita con varias escalinatas que forma el corazón del Distrito Higashiyama. Hay tiendas, heladerías y restaurantes a lo largo de ella y también en callejones que se abren en los laterales. Aquí y allá podrás ver algún cerezo, no muchos, y alguna geisha también, pero es un sitio encantador que al recorrerlo te va llevando desde el Kiyomizudera hasta el Santuario Yasaka. Media hora de camino.

  • Parque Maruyama: está justo al lado del Santuario Yasaka y es el parque público más popular de la ciudad. Su corazón es un cerezo enorme que cada noche se ilumina. Está rodeado de puestos de comida y mesas de restaurantes así que no puedes dejar de disfrutar de comida y bebida bajo ese techo rosado. La entrada es gratuita y en temporada de hanami abre hasta la 1 am.
  • Sendero del Filósofo: lo cierto es que cuesta dar con él con este nombre. ¡Mira que he preguntado! Es un canal bordeado de cerezos que está ubicado entre los templos Ginkakuji y el Nanzeji. Obvio, es gratuito.

  • Keage Incline: estás caminando y de golpe ves un viejo sistema de túneles y compuertas algo oxidadas. Es que Kioto tenía y tiene un sistema de túneles y un canal que une las aguas del río Kamo con el Lago Biwa que está del otro lado de las montañas. Esta parte en particular está en desuso desde los años ’50 y hasta entonces las vías y canales transportaban los botes desde el canal a más altura. Las vías son hoy un camino que sigues rodeado de cerezos montaña arriba, por los costados y abajo de nuevo. Es gratuito y divertido.
  • Santuario Heian: los cerezos los encuentras detrás del edificio principal del complejo. La entrada cuesta 600 yenes y vaya a saber uno porqué, sus cerezos suelen florecer algunos días después que el resto de los arboles, así que si llegas algo tarde este lugar no te lo debes perder.

  • Canal Okazaki: esta justo afuera del Santuario Heian y es el canal que conecta el Lago Biwa con el río Kamo, el río que parte Kioto en dos. En cada orilla hay cerezos y puedes ver el ir y venir de botes paseando gente. El paseo es de 15 minutos a media hora y cuesta 1000 yenes por persona, unos 10 dólares.  Si no quieres gastar puedes apostarte en uno de sus puentes o en la orilla y verlos pasar.

  • Arashiyama: he dejado en último lugar a este pueblito a las afueras de Kioto. Lo recomiendo especialmente para pasar un día entero. Llegas en tren, en un viajecito super corto, y una vez allí lo mejor es alquilar una bici en la estación y salir de paseo. Hay un bosque de bambú estupendo, un río en el que puedes pasear en bote a remo, cerezos en flor por todas partes y multitud de cafeterías y restaurantes para degustar platos locales.

Todos estos lugares los puedes conocer en un día solo, caminando. Al final de la tarde mi consejo es que llegues a la estación, cruces y subas a la Torre de Kioto para disfrutar de un café con tarta mientras el sol termina de ponerse sobre la ciudad. A los japoneses les encanta disfrutar del hanami así que hay mucho turismo interno por estas fechas, pero no te amedrentes. Los japoneses son amables, considerados, silenciosos y muy educados.


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