Quizá cuando viajas en tus vacaciones te gusta acudir a lugares como la cárcel del Conde de Montecristo, insólitos, intrépidos… a esos lugares que gusta conocer gracias a toda su historia. Cuando se visitan lugares con gran historia y se está dentro de templos, castillos o ciudades derruidas, se tiene una sensación interna de cómo si estuvieras en la época en la que era tan importante. Es una forma de retroceder en el pasado y conocer la historia de los lugares.
Hoy quiero hablarte sobre más sobre la cárcel del Conde de Montecristo, un lugar por el que miles de personas recorren kilómetros y kilómetros con la única intención de conocerlo y de poder descubrir más cosas sobre su historia. Además, es un lugar que se encuentra en un entorno espectacular que no podrá dejarte indiferente de ninguna de las maneras.
El castillo de If
El castillo de If está construido sobre la isla más pequeña del archipiélago de Friuli que se encuentra en Marsella. Es una fortificación que fue construida nada menos que en 1529 por la orden de Francisco I de Francia con la intención de defender la ciudad de los posibles invasores para evitar catástrofes en su población.
La cárcel de Montecristo
Poco después de su construcción, dejó de funcionar como fortaleza para defender a la población y empezó a funcionar como una cárcel, función que mantendrá casi 3 siglos, ya que siguió así hasta el año de 1870. Fueron muchos los personajes célebres encarcelados a los que la literatura y el cine los situaron entre estas fortalezas. Pero ni el Marqués de Sade que estuvo preso en otra cárcel de Marsella ni el hombre de la máscara de hierro dieron con sus huesos aquí, es decir, que por mucho que la literatura y el cine los sitúan en entre estas paredes, no encontraron sus restos mortales.
Alejandro Dumas también la inmortalizó y la hizo aún más famosa por encarcelar aquí a su personaje más conocido en la novela de aventuras “El conde de Montecristo”. En esta novela, el personaje logra escapar de la isla pero nunca se ha informado de ningún escape.
En 1890 se abrió al público como una atracción turística y hoy en día, son unas 90.000 personas al año las que recorren muchos kilómetros hasta llegar a Marsella y poder recorrer sus interesantes pasillos.
Anécdotas interesantes
Existe una anécdota curiosa que sucedió en la pequeña isla antes de que se empezaran a poner los primeros cimientos de la fortificación. Un navío portugués que transpórtame un rinoceronte (que era obsequio de Manuel I de Portugal al Papa León X) hizo escala en esta pequeña isla.
Francisco I acudió en persona con gran parte de su corte sólo para contemplar al animal, ya que nunca habían visto un ejemplar desde tan de cerca y en sus tierras no era habitual encontrar este tipo de animales.
Si puedes no dudes en visitar la parte superior de las torres. En el centro de una de ellas hay un eco que estremece y que a los niños les encanta. Los rebeldes, villanos y delincuentes fueron encarcelados aquí durante diferentes períodos de tiempo, pero fue a partir del siglo XVII durante las primeras guerras religiosas que gran número de protestantes fueron arrojados a las mazmorras donde muchos de ellos murieron o los dejaron morir. La prisión fue cerrada a finales del siglo XIX.
Cómo llegar a la cárcel del Conde de Montecristo
A partir de Marsella en el puerto viejo, se puede coger un barco turista a esta isla, y puedes encontrarlo justo al lado de la costa. Sale desde Quai de Belges (el muelle de los belgas). Suele tener una salida a cada hora empezando a las nueve de la mañana y acabando a las cinco de la tarde, aunque el último barco de retorno es a las siete menos diez de la tarde. En el archipiélago podréis encontrar algunas calas estupendas para poder disfrutar de un buen día de playa.
No es un largo viaje hasta el lugar de destino. La isla es la más pequeña y a los niños les gusta ver la fortaleza rocosa que parece un enorme castillo en un lugar tan pequeño. La especie de castillo estará a vuestro lado si también queréis disfrutar de un buen día de playa.
Cuando estés allí podrás visitar la prisión, el museo y otras partes de la isla. Si te da hambre o sed, hay un pequeño bar en la isla. Cuando llegues, recuerda que es muy importante que te anotes las horas de las saludas para que no te quedes allí sin poder volver. Pregunta el horario por si hubiera habido algún tipo de modificación.
Las vistas que hay a la ciudad de Marsella desde la isla también son espectaculares, por lo que no dudes en coger tu cámara de fotos y disfrutar de esas maravillosas vistas. Es necesario que vayas con mucho cuidado, especialmente si vas con niños, sobre todo al caminar alrededor de la isla, ya que existen lugares de anidación de grandes gaviotas y pueden ser muy agresivas al proteger sus nidos. Las gaviotas pueden pensar que sois atacantes o que queréis hacer daño a sus huevos o crías y pueden atacar agresivamente.
Un bonito viaje en Marsella
Si quieres conocer este estupendo castillo, fortaleza y que también fue cárcel no dudes en preparar tu viaje a Marsella para poder pasar unas increíbles vacaciones. La visita a la fortaleza será únicamente de un día y será suficiente para verlo todo, pero puedes visitar Marsella y descubrir qué tiene para ofrecerte en tus días de descanso.
Si no sabes qué hacer en una ciudad tan bonita, no dudes en entrar en su página web y descubrir qué es lo que tienen para ti. Podrás ver todos sus edificios importantes, sus bonitos barrios, descubrir su gastronomía, conocer sus gentes, disfrutar del clima y de todas las actividades que tiene para los turistas.
Está claro que si decides viajar a la cárcel del Conde de Montecristo, podrás disfrutar también de unas increíbles vacaciones en la ciudad de Marsella. ¿Ya sabes cuándo irás?