La catedral más grande del mundo

La basílica de San Pedro

Vamos a hablarte en este artículo de la catedral más grande del mundo. Pero, para que puedas completar tu guía turística de visitas a grandes y maravillosos templos, también te citaremos algunas de las edificaciones religiosas que siguen a aquella en cuanto a tamaño. No obstante, lo primero que debemos hacer es explicarte la diferencia entre catedral y basílica. Pronto entenderás por qué.

Ambas son construcciones religiosas que reciben ese nombre del Papa. Pero, mientras la segunda es un templo de gran valor histórico para los cristianos (a veces, se trata de una construcción romana), una catedral lo es porque ha sido designada sede de una diócesis y, por tanto, del obispado. Por otra parte, todas las catedrales tienen el título de basílicas menores, salvo la de San Juan de Letrán, en Roma, que es mayor. Y esto tiene importancia porque, para hablarte de la catedral más grande del mundo, debemos distinguir entre ambos tipos de templos. Es decir, si te hablamos de basílicas, es una, mientras que, si lo hacemos de catedrales, sería otra.

Basílica de San Pedro en el Vaticano

Basílica de San Pedro

Basílica de San Pedro y columnata de Bernini

En efecto, la famosa iglesia del Vaticano es la basílica más grande del mundo, con nada menos que 20 000 metros cuadrados, y su construcción se prolongó durante más de cien años. Se edificó para reemplazar a la antigua iglesia de Constantino, donde, por ejemplo, Carlomagno fue coronado emperador del Sacro Imperio Romano. Y, a su vez, esta se hallaba donde se cree que fue enterrado San Pedro.

Su diseño se debe, principalmente a Miguel Ángel, aunque en su construcción trabajaron los principales artistas de la época. Entre ellos, Bramante, Rafael Sanzio, Bernini o Giacomo della Porta, discípulo del primero. Entre todos ellos, crearon un edificio de indudable estilo renacentista, aunque también incluye elementos barrocos.

Asimismo, construyeron un templo acorde a la magnificencia del lugar y a la importancia que tiene. Mide más de doscientos metros de longitud y unos ciento treinta de altura, lo cual te dará idea de sus dimensiones. También lo hará el hecho de que pertenece al llamado orden gigante, un estilo arquitectónico caracterizado, justamente, por su colosalismo. Por ejemplo, las columnas de la fachada principal alcanzan más de dos pisos.

Concretamente, enmarcan la entrada y el llamado Balcón de las Bendiciones porque es donde se sitúa el Papa para darlas. Sobre este hay un enorme altorrelieve obra de Bounvicino y, encima, un gran frontón. En su parte superior está el ático con ocho grandes ventanas entre pilastras. Y, coronando esta planta, hay una balaustrada con trece gigantescas estatuas de más de cinco metros de altura. Representan a Cristo, Juan el Bautista y once apóstoles. Falta, justamente, San Pedro, cuya efigie está, con San Pablo, a la entrada de la basílica. Finalmente, una gran cúpula sobre la girola corona el templo. Es la más alta del mundo con casi ciento treinta y siete metros y deslumbra por su majestuosidad con casi cuarenta y dos de diámetro.

Interior de la Basílica de San Pedro

El baldaquino de San Pedro

Baldaquino de San Pedro, en el interior de la básilica más grande del mundo

También te harás una idea de las dimensiones que tiene este magnífico templo si te decimos que cuenta con cuarenta y cinco altares y once capillas ornadas con imponentes obras de arte. Consta de tres naves separadas por enormes pilares. La central está cubierta mediante una gran bóveda de cañón y tiene un suelo de mármol que llamará tu atención. Porque incluye elementos del primitivo templo. Por ejemplo, el disco de pórfido rojo de Egipto en el cual se arrodilló Carlomagno. Y también por los espectaculares mosaicos que adornan la superficie.

Por otra parte, entre los arcos hay estatuas de las virtudes y, en los pilares, hornacinas que albergan figuras de treinta y nueve santos fundadores. Finalmente, a lo largo del perímetro de la nave hay una inscripción con letras de dos metros de altura.

Respecto a la nave de la Epístola, a la derecha de la anterior, alberga varias capillas. La primera guarda la Piedad de Miguel Ángel y la sigue la de San Sebastián, cuyo techo está decorado con mosaicos de Pietro da Crotona y donde se halla la tumba de Juan Pablo II. Siguen obras escultóricas de Bernini y la capilla del Santísimo Sacramento, con la puerta diseñada por Borromini.

Al otro lado del templo está la nave del Evangelio, también con espectaculares capillas. Entre ellas, la del Bautismo, obra de Carlo Fontana, la de la Presentación, donde está enterrado San Pío X o la del Coro, con el altar de la Inmaculada Concepción.

Por su parte, tras pasar por el transepto o nave perpendicular donde están los altares de San Wenceslao, San José y Santo Tomás, llegarás a la girola. Adornan esta las figuras de grandes personalidades de la Iglesia y también cuenta con varios altares. Entre ellos, los del Arcángel San Miguel, de Santa Petronila y de la Navicella.

Finalmente, en el presbiterio o parte que precede al altar mayor, hallarás la Cátedra de San Pedro, un monumental trono obra de Bernini que incluye la que, según la leyenda, fue silla obispal de San Pedro. Y en el crucero se halla el altar papal bajo el baldaquino de San Pedro, con sus cuatro columnas de treinta metros de altura hechas en bronce.

Santa María de la Sede y de la Asunción de Sevilla, la catedral más grande del mundo

Catedral de Sevilla

Catedral de Sevilla, la más grande del mundo

Ahora, efectivamente, vamos a hablarte de la que es, propiamente dicha, la catedral más grande del mundo. Se trata de la de Sevilla, declarada Patrimonio de la Humanidad y con 11 500 metros cuadrados de superficie. Fue construida entre los siglos XV y XVI sobre una antigua mezquita de la que se conservaron dos elementos muy característicos.

Como habrás adivinado, te hablamos de la Giralda, que era su minarete, y del no menos bonito Patio de los Naranjos. En la edificación de la catedral trabajaron el llamado maestre Carlín (Charles Galter), un francés que ya había trabajado en catedrales góticas de Francia, Diego de Riaño, Martín de Gainza, Asensio de Maeda y Hernán Ruiz.

También la de Sevilla es gótica, aunque tiene partes renacentistas. Principalmente se trata de la Capilla Real, la Sacristía Mayor y la Sala Capitular. Por su parte, la iglesia del Sagrario, anexa a la catedral y obra de Miguel de Zumárraga, es barroca.

En su fachada oeste, el templo cuenta con tres espectaculares portadas. La del Bautismo, con sus arquivoltas y tracerías, recibe ese nombre por albergar en su tímpano un relieve del Bautizo de Cristo. La de la Asunción, en el centro, fue decorada, ya en el siglo XIX, con figuras de los apóstoles creadas por Ricardo Bellver. Finalmente, la de San Miguel contiene una representación del Nacimiento de Cristo y cuenta con varias esculturas de terracota.

Interior de la Catedral de Sevilla

El coro de la catedral de Sevilla

El imponente Coro de la catedral de Sevilla

La catedral más grande del mundo se distribuye en cinco naves sin ábside ni girola, al menos en estricto sentido. Porque su planta es prácticamente rectangular, con unas medidas de 116 metros de largo por 76 de anchura. La nave central es más alta que las demás e incluye otras dos edificaciones: el Coro, con sus grandes órganos, y la Capilla Mayor enrejada. Esta última es de estilo renacentista y su retablo es una joya del arte en la que puedes ver una talla de la Virgen de la Sede fechada en el siglo XIII. Asimismo, destaca en esta capilla la escultura de Cristo crucificado, que es gótica.

Por otra parte, la catedral sevillana alberga otras muchas capillas. Entre ellas y a modo de ejemplo, te mencionaremos las preciosas capillas de los Alabastros, así llamadas por estar hechas con este material y debidas a Diego de Riaño y Juan Gil de Hontañón. Pero también la capilla de la Encarnación, la de San Gregorio, la de San Pedro o la del Mariscal.

Otro elemento que llamará tu atención de la catedral más grande del mundo son sus preciosos vitrales. Cuenta con más de ochenta, creados entre los siglos XIV y XX. Algunos se deben a artistas tan destacados como Arnao de Flandes, Enrique Alemán o Vicente Menardo.

El Tesoro Catedralicio

Tesoro de la catedral de Sevilla

Piezas del Tesoro de la catedral de Sevilla

Finalmente, te hablaremos del Tesoro Catedralicio, que puedes ver expuesto en varias salas. Incluye numerosas pinturas, tapices y reliquias. Entre las primeras, hay obras de artistas tan destacados como Pacheco, Zurbarán, Murillo o Valdés Leal. Pero, sobre todas sus piezas, destacan por su magnificencia la Custodia de Arfe, con sus cinco cuerpos y coronada por la estatua de la Fe y su no menos imponente candelabro de bronce o tenebrario de más de siete metros de altura.

Asimismo, cuenta con vasos sagrados, cruces procesionales, relicarios, vestidos de liturgia y pequeños retablos. Incluso tiene piezas relacionadas con la conquista de Sevilla por Fernando III en Santo. Entre estas, su espada, su pendón y las llaves de la ciudad.

En conclusión, te hemos mostrado la catedral más grande del mundo. Pero también te hemos hablado de la Basílica de San Pedro, que la supera en tamaño. Y, para terminar, queremos mencionarte otros grandes templos cristianos que también te deslumbrarán por sus dimensiones y belleza. Te hablamos de la espectacular catedral de Burgos, con sus 12 276 metros cuadrados; de la basílica de Nuestra Señora Aparecida, en el estado de Sao Paulo (Brasil), con 12 000; de la catedral de San Juan el Divino, en Nueva York, con 11 200 metros cuadrados y del famoso Duomo de Milán, que sobrepasa los 11 180 metros cuadrados.


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