La cultura japonesa, tan encantadora como particular

Japón es mi destino de vacaciones favorito y no me canso de viajar siempre que puedo, lo que, gracias a Dios, es con frecuencia. Cada viaje descubro cosas nuevas aunque en verdad debería vivir allí mucho tiempo para comprender todo lo que veo, todo lo que oigo, todo lo que experimento.

La cultura japonesa es bastante particular y sin dudas a veces uno termina pensando que los japoneses van a contramano de ciertas cuestiones universales. ¡Pero así es el mundo! Enorme, diverso, tan rico como la cantidad de personas que lo habitan. Creo que eso es precisamente lo que nos gusta a todos los que viajamos a Asia: la distancia cultural, el vivenciar la enormidad del mundo.

Cultura japonesa y etiqueta

Básicamente podemos hablar de la costumbre de sacarse los zapatos, hacer reverencia y no dejar propina. Estas cuestiones siempre están en boca de quienes regresan de un viaje a Japón.

Para el turista es un placer enterarse de que en Japón no se estila dejar propina. ¡Menos mal! No se deja propina en ninguno de esos lugares donde uno está acostumbrado a hacerlo: restaurantes, por ejemplo. Los japoneses son excelentes en el servicio al cliente así que vayas donde vayas, a un super restaurante o a un mini mercado de pueblo el trato es respetuoso siempre. El concepto es que ellos ya tienen un salario así que nada de propinas. No existe eso de considerar que las potenciales propinas forman parte del sueldo, como en occidente.

Sacarse los zapatos es encantador… hasta que lo haces cinco veces al día. En el hotel, en el templo, en algunos restaurantes, en el vestidor de la tienda…Sí, hasta para probarte ropa que vas a comprar es necesario sacarse los zapatos. En verano, todo bien, en invierno… La tradición es antigua y la idea es no ingresar la mugre del exterior al interior de las casas que, antiguamente, tenían piso de tatami.

En los templos y restaurantes hay incluso lockers para dejar tus zapatos y a cambio recibes unas pantuflas. Personalmente, ponerme pantuflas de otros no me gusta mucho pero en Japón otra no queda.

Finalmente en cuestiones de etiqueta nos queda la consagrada reverencia. No hay saludos que incluyan contacto físico y la reverencia vale tanto como para decir hola o adiós. La reverencia implica respeto o gratitud y hay distintos ángulos: cuanto más baja es más el respeto que se transmite o el perdón que se pide. Una reverencia corta, breve, basta para saludarse entre desconocidos.

En el caso de entrar a una tienda o un restaurante siempre te van a recibir con una reverencia, se te respeta como cliente, pero no es necesario que tu la devuelvas. Si la devuelves espera otra a cambio. Digamos que para ser un turista podemos hacer uso de la reverencia de 15 º. Es estupenda para nosotros.

Cultura otaku

La cultura japonesa se ha vuelto popular en todo el mundo por dos de sus producciones artísticas: el manga (el cómic japonés), y el anime (la animación japonesa). Si todo nació con Astroboy hace más de 60 años hoy la cultura otaku sigue vigente con Ataque de Titanes, Death Note o Tokyo Ghoul, por ejemplo.

Pero para los turistas de más edad es imposible olvidar a Sailor Moon, Caballeros del Zodiaco, Macross, Evangelion, Dragon Ball y las maravillosas películas del genio Miyazakai Hayao.

Aunque no sepas japonés visitar una librería nipona es hermoso: silencio, escaparates repletos de libros coloridos, multitud de mangas. Una belleza, un templo otaku sin más. También está el barrio de Akihabara que es para otakus y gamers. Hay muchos edificios con muchos pisos con muchas mini tiendas donde puedes comprar todo el merchandisign que se te ocurra de series viejas y del momento.

El manga y el anime están por todas partes, en letreros, vídeos publicitarios. La verdad es que para un otaku Japón es EL destino.

Cultura japonesa y sociedad

Cuando piensas en países como los de América Latina donde el mestizaje es importante notas inmediatamente que la sociedad japonesa es distinta porque no ha tenido tanta inmigración. El crecimiento económico y su necesidad de mano de obra la han cubierto con la entrada de la mujer al mercado de trabajo, por ejemplo, y con la mecanización en sus fábricas pero no ha tenido una ola inmigratoria de países vecinos.

Japón siempre ha tenido cierto lema: Una nación, una raza, pero desde el cambio de siglo esa idea ya no se sostiene y se acepta que la sociedad japonesa no es homogénea. En realidad, si uno sabe de historia japonesa nunca lo ha sido pues el pueblo Ainu del norte es el autóctono y los de Okinawa pertenecían, el pueblo Ryukyukan, a un reino distinto hasta la colonización de los japoneses. La negación de etnias distintas ha sido fuerte en el país y de hecho, recién en 1994 un político Ainu logró un lugar en la Dieta japonesa.

¿Pero los japoneses han emigrado alguna vez? Por supuesto, a todo el mundo antes y después de la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día las comunidades japonesas de Estados Unidos, Perú, Brasil y Argentina se cuentan entre las mas numerosas de América, por ejemplo. Pero sí no ha sido una inmigración permanente, como podía ser la china. Según el último censo hay alrededor de 750 mil japoneses de sangre mixta en el país y millón y medio de extranjeros residentes (chinos, coreanos, filipinos y brasileros).

Si solo vas a Tokio verás hoy en día extranjeros por todas partes, hombres y mujeres de negocios y profesores de inglés, pero si viajas más por el interior la cantidad de caucásicos o negros disminuye. Resumiendo, cuando vayas a Japón vivirás todas estas experiencias: te sonreirán sin parar, te harán reverencias, no dejarás jamás propina, vivirás la cultura otaku, te sacarás y pondrás los zapatos todo el tiempo y la pasarás estupendamente bien. Tanto que querrás volver.


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