Las catacumbas de Roma

Imagen| Civitatis

Pensar en Roma en pensar en la cuna de la civilización occidental, en sus siete colinas, en su espectacular arquitectura, que da testimonio de su grandioso pasado como capital de uno de los imperios más extensos de la antigüedad. Y por supuesto es sentir latir el corazón del cristianismo desde la Plaza del Vaticano.

Debido a su larga historia, en Roma hay mucho que descubrir. Su origen es desconocido aunque muchos apuntan a que tuvo lugar en el 754 a.C. Desde entonces, la ciudad ha visto pasar diferentes periodos de la historia de Italia como la monarquía, la república o el imperio y todos ellos dieron lugar a interesantes anécdotas e historias, buena parte de las cuales perduran en Roma de un modo u otro.

Tal es el caso de las catacumbas de Roma, unas galerías subterráneas que se usaron como cementerio durante varios siglos. En el pasado llegaron a existir más de sesenta catacumbas pero sólo cinco de ellas han llegado hasta nosotros en buenas condiciones para visitarlas.

En el siguiente post, nos aproximaremos a las catacumbas de Roma para conocer su origen, su fin, sus características y muchas cosas más. ¡No te lo pierdas!

¿Qué son las catacumbas de Roma?

Imagen| Nattivus

Se trata de galerías subterráneas que fueron usadas como lugar de enterramiento por los primeros cristianos de Roma así como por los ciudadanos judíos y romanos.

Para los romanos era tradición incinerar los cadáveres de los fallecidos pero los cristianos no estaban de acuerdo con esa costumbre, de modo que, decidieron crear estos enormes cementerios bajo tierra para darles sepultura de acuerdo a ritual cristiano y también como una manera de solucionar los problemas de falta de espacio y alto coste de la tierra con los que podían encontrarse a la hora de hacer sus enterramientos.

La ley romana de la época no permitía que a los difuntos se les diese sepultura en el interior de la ciudad, por lo que estas comunidades tuvieron que situar las catacumbas de Roma en el exterior de su muralla. Preferiblemente en lugares apartados y escondidos bajo tierra para poder llevar a cabo los rituales funerarios cristianos de un modo libre y sin sentirse hostigados.

Las primeras catacumbas solían hacerse a las afueras de Roma en unos terrenos donde había una cantera. De esta manera, la palabra catacumba significa «al lado de la cantera». Las catacumbas de Roma poseían infinitud de galerías subterráneas que podían llegar a formar laberintos de varios kilómetros de longitud, a lo largo de los cuales se excavaron múltiples filas de nichos rectangulares.

Los cuerpos de los fallecidos se envolvían en una sábana y se colocaban en los nichos para su descanso eterno. Posteriormente, se cerraban con lápidas de barro cocido y, de manera menos común, con lápidas de mármol. Por último se grababa el nombre del difunto sobre la tapa junto a un símbolo cristiano.

Origen de las catacumbas de Roma

Imagen| Los mejores destinos turísticos

Los cristianos empezaron a cavar las catacumbas en tiempos difíciles, hacia el siglo II d.C, en tiempos de persecución. Durante el periodo que las usaron, a las catacumbas de Roma no sólo las convirtieron en un cementerio sino también en un lugar de culto y en un espacio donde sentirse seguros para practicar su fe.

Hacia el año 313, con la firma del edicto de Milán, se puso fin a la persecución que las autoridades romanas habían estado realizando sobre los cristianos, de modo que éstos tuvieron más libertad para adquirir terrenos sin miedo a que les fuese confiscado y así construir pequeñas iglesias donde orar. A pesar de ello, la comunidad cristiana continuó empleando las catacumbas de Roma como cementerios hasta el siglo V d.C.

Siglos después, durante la invasión bárbara en Italia, las catacumbas de Roma fueron continuamente saqueadas y los sucesivos Papas se vieron obligados a trasladar las reliquias de los enterramientos a las iglesias de la ciudad. De este modo, las catacumbas se abandonaron y permanecieron en el olvido durante largo tiempo.

Catacumbas de Roma

Como señalé al inicio del post, en el pasado llegaron a existir más de sesenta catacumbas pero sólo cinco de ellas están abiertas al público en la actualidad. Las más importantes y conocidas (San Calixto, San Sebastián y Domitila) se encuentran a poca distancia unas de las otras a lo largo de la Via Appia y bien comunicadas por autobuses de las líneas 118 y 218.

  • Catacumba de San Sebastián (Via Appia Antica, 136): De 12 kilómetros de extensión debe su nombre a un soldado que fue martirizado por convertirse al cristianismo, San Sebastián. Junto con las catacumbas de San Calixto, son las mejores que se pueden conocer.
    Abiertas de lunes a sábado de 9:00 a 12:00 y de 14:00 a 17:00 horas.
  • Catacumbas de San Calixto (Via Appia Antica, 126): Las catacumbas de San Calixto fueron el lugar de enterramiento de 16 papas y decenas de mártires cristianos en su red de galerías de más de 20 kilómetros de extensión. Abiertas de jueves a martes de 9:00 a 12:00 y de 14:00 a 17:00 horas.
  • Catacumbas de Priscila (Via Salaria, 430): En ellas se conservan frescos muy importantes para la historia del arte, como las primeras representaciones de la Virgen María. Se pueden visitar de martes a domingo de 9:00 a 12:00 y de 14:00 a 17:00 horas.
  • Catacumbas de Domitila (Via delle Sette Chiese, 280): Estas catacumbas de más de 15 kilómetros de recorrido fueron descubiertas en 1593 y deben su nombre a la nieta de Vespasiano. Abiertas de miércoles a lunes: de 9:00 a 12:00 y de 14:00 a 17:00 horas.
  • Catacumbas de Santa Inés (Via Nomentana, 349): Deben su nombre a Santa Inés, que fue martirizada por su fe cristiana y que fue enterrada en estas mismas catacumbas que más tarde tomaron su nombre. Se pueden visitar de 9:00 a 12:00 y de 16:00 a 18:00 horas. Cierran los domingos por la mañana y los lunes por la tarde.

Decoración e iconografía de las catacumbas

Imagen| Foros de la Virgen María

Tanto la decoración de las catacumbas de Roma como su iconografía evolucionaron al lo largo del tiempo. En los inicios presentaban una gran influencia de Grecia con temas referentes al mundo animal o vegetal pero con un transfondo místico: la paloma (Espíritu Santo), la vid y el trigo (Eucaristía), el pavo real (la eternidad), el pez (el sacramento del bautismo), etc.

Posteriormente, hacia el siglo III d.C surgen los temas bíblicos en los que se representa a Cristo como el Buen Pastor o como Maestro.

Los arqueólogos han podido datar las fechas de las catacumbas de Roma gracias a la costumbre de fijar en los muros monedas o camafeos que permitían saber bajo qué emperador había fallecido la persona. Por ejemplo, algunas monedas llevan la efigie de Domiciano y otros de Nerón o Vespasiano.

¿Qué ver en las catacumbas de Roma?

Una visita a las catacumbas de Roma nos permitirá conocer in situ como eran los enterramientos cristianos en una época en la que estaban perseguidos. Resulta muy emocionante recorrer los húmedos pasillos y contemplar los restos funerarios de algunos enterramientos realizados tantos siglos atrás.

Como curiosidad, debido a la alta mortalidad infantil de la época, en las catacumbas de Roma podremos observar la gran cantidad de nichos destinados a niños además de fosas grandes para dar sepultura a familias enteras.

Precio de las entradas a las catacumbas de Roma

  • Adultos: 8 euros
  • Menores de 15 años: 5 euros

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