La Costa Azul es uno de los destinos de verano más clásicos de Europa y aquí se encuentra la encantadora Niza, capital del departamento de los Alpes Marítimos y una de las ciudades más elegantes de Francia.
Niza, la Belle, tiene todo para honrar su nombre pero a esta altura del año lo que tiene especialmente son turistas. Su clima mediterráneo, sus paisajes naturales, sus alrededores, todo la convierten en uno de los mejores balnearios para disfrutar, aunque sea algunos días, de este verano 2016. Pero si la gente te cansa y lo tuyo es estar en movimiento siempre puedes sacarte la arena de los pies y visitar las pintorescas aldeas, ciudades y pueblos que hay alrededor de Niza.
Cannes
Empezamos por los destinos más conocidos y aquellos que tienes que conocer sí o sí si todavía no los has recorrido. Cannes es sinónimo de lujo, elegancia y cine. Hay tiendas de diseñadores importantes, coches caros, gente adinerada y mucho charme pero también está la Vieja Cannes con sus callecitas, su colina de Le Suquet, el Museo de la Castre, La Croisette y las bellas vistas de la bahía desde la cual también hay vistas estupendas de las cercanas montañas Esterel.
Dentro de Cannes puedes además tomar un botecito y hacer un par de excursiones a la mar, a la Isla de Saint-Honorat donde hay un vejo monasterio cisterciense y a la isla de Sainte-Marguerite con su fuerte del siglo XVII, su sendero botánico y sus 170 hectáreas de bosque o el Museo del Mar. Las llamadas Islas de Lérins.
Saint-Tropez
Es una capital del turismo internacional de alcurnia pues sus precios son elevados durante todo el año. Aún así podemos darnos una vueltita y conocer qué la ha hecho tan famosa por lo menos el último medio siglo.
La aldea con sus viejas casitas de techo de tejas naranjas es encantadora, cruzada de calles angostas tan típicas de la Provenza francesa. También hay una ciudadela del siglo XVI, playas de guijarros que no serán cómodas pero sí son preciosas, una red de senderos costero encantadora que recorre la arbolada península de Saint-Tropez y algunos museos interesantes como el Museo Naval, el Museo de la Historia Marítima de Saint-Tropez, el Museo de l’Annonciade o el Museo des Papillons, por ejemplo.
Si llegas temprano podrás recorrer el Mercado del Pescado, todos los días, u otros mercados que se organizan otros días de la semana. Y si andas con tiempo siempre puedes alcanzar las aldeas que están escondidas en las aldeas cercanas como Grimaud o Ramtuelle.
Roquebillière
Se trata del único spa de la Riviera Francesa y ese es su mérito aunque es un pueblo precioso con casas antiguas y apretadas que se distinguen por sus coloridos techos de tejas naranja. Está en una colina rodeada de bosques y lo más interesante para ver es una iglesia del siglo XIV, la Saint-Michel de Gast, y dos capillas, la de Madone de Berthemont y la de los Penitentes Blancos.
Saorge
Si te gustan las construcciones medievales yo no me perdería esta excursión desde Niza. Es un típico pueblo medieval fortificado que cierra el valle Roya y tiene tanto encanto que es una Aldea Monumento según el gobierno francés.
Puedes llegar al mediodía, almorzar y después dedicarte a conocer su pasado: las vistas panorámicas desde las ruinas del castillo de Mallemort son estupendas pero entre las calles del pueblo se esconden joyas religiosas como capillas e iglesias.
Grasse
Si te gustan los perfumes franceses o la historia de las lociones y perfumes Grasse estará en tu itinerario pues desde el siglo XVII es el corazón de la perfumería francesa. Por eso mismo la localidad ofrece a sus visitantes varias visitas guiadas en torno a la perfumería: está el Museo de la Perfumería Internacional y sus jardines de hierbas y flores, por ejemplo, pero también puedes recorrer el Museo Fragonard o el Museo Provenzal de la Joyería y el Vestido.
Las visitas al Museo Internacional de la Perfumería están disponibles todo el año pero debes solicitarla antes. Más allá de los aromas encantadores el casco antiguo de Grasse es una belleza con su catedral y su plaza del siglo XIV decorada con arcos.
Sospel
Entre las montañas y colinas del Valle Bévara está este pequeño pueblo, cercano a la frontera con Italia. En invierno viene muy poca gente pero para estas fechas, con la llega de turistas, explota. Su encanto es puramente medieval porque ha conservado su trazado urbano medieval, sus iglesias y su plaza central de estilo barroco. Amén de su iconico puente.
Lo bueno es que la oficina de turismo local organiza visitas guiadas todo el año.
Mougins
Si no tienes mucho tiempo para hacer un recorrido extenso tal vez te interesa pisar Mouguins. Está a solo 15 minutos de Cannes y es una aldea medieval magnífica escondida en un bosque de pinos, cipreses y olivos.
Si ves la aldea desde el cielo parece un círculo de tejas naranjas, bien apretado, donde casi es imposible distinguir las callecitas que la surcan. Pero es preciosa pues la gente que la habita la cuida y la mima, la decora con flores y mantiene todo perfectamente bien. A su alrededor está el Parque Forestal Valmasque con 427 hectáreas así que entre la aldea que está bien conservada y el pulmón verde y sano que la rodea yo diría que este destino es el mejor.
Si caminas por el parque y trepas las montañas tendrás una vista soberbia de la Bahía de Cannes, la aldea cercana de Grasse, las Islas Lérins y los pre Alpes.
Gourdon
Gourdon es una aldea medieval que le hace la competencia a Mougins: está sobre un peñasco rocoso desde le cual se tiene una vista que se extiende por 80 kilómetros de la costa. Casas medievales construidas en ladrillos y con techos de tejas, bien al estilo provenzal, una población de artesanos, una escuela de moderno parapente y un castillo señorial rodeado de bellos jardines son sus mejores características.
Gourdon está a solo diez minutos de la costa del Mediterráneo.
Estas son algunas de las excursiones que puedes hacer desde Niza. Si alquilas un coche o tienes el tuyo es más fácil. No son los únicos destinos: Villeneuve-Loubet,, Cagnes-sur-mer, La Turbie, La Bollène Vèsubie, Coaraze,Menton, Venanson, Mónaco, Auron, Tende,Peille, Breil-sur-roya, La Colmaine o Belvèdere, solo por nombrar algunos de los muchos destinos, ofrecen lo suyo tanto en verano como en invierno.
Para aprovecharlos yo diría que comprar el French Riviera Pass es una opción. Es un pase turístico que proporciona la ciudad y que te permite descubrir sus atracciones a lo largo de la Riviera Francesa con destinos gratuitos y descuentos. Tiene tres versiones, de uno, dos o tres días y tres opciones que además incluyen transporte: el pase solo cuesta 26, 38 y 56 euros respectivamente y si sumas el transporte el precio final es de 30, 46 y 68 euros respectivamente.