Leyendas canarias

Las leyendas canarias nos hablan de tiempos pretéritos en los que habitaban las islas poderosos caudillos guanches, de historias de amor con final trágico e incluso de criaturas míticas y avistamientos de objetos volantes no identificados.

Canarias siempre ha sido un territorio rico en historias tradicionales y legendarias. Podemos encontrarlas en cualquiera de sus islas, desde Tenerife hasta Lanzarote (aquí te dejamos un artículo sobre qué ver en ella) y desde La Palma hasta El Hierro. Son relatos que han ido pasando de generación en generación sin perder vigencia y que también han contribuido a forjar el carácter de sus gentes. Son muchas las leyendas canarias que podríamos contarte, pero intentaremos centrarnos en las más famosas. Si quieres conocerlas, te invitamos a seguir leyendo.

Leyendas canarias, de los mitos guanches a la actualidad

Comenzaremos nuestro repaso por las leyendas canarias ubicadas en tiempos de los antiguos pobladores de las islas para terminar en otra que sigue teniendo plena actualidad. En este caso, hablamos de la isla de San Borondón.

Tanausú, el valeroso caudillo de La Palma

La caldera de Taburiente

Caldera de Taburiente

La conquista de La Palma para la corona española se produjo en 1492. Durante el mes de septiembre, desembarcó en la isla Alonso Fernández de Lugo con sus tropas. No encontró mucha resistencia hasta que hubo de enfrentarse a los habitantes de Aceró, pueblo situado en la caldera de Taburiente.

Su caudillo era Tanausú, quien, junto a su pueblo, rechazó con piedras y flechas a los peninsulares. Como estos no tenían forma de derrotarlo, idearon una encerrona. Fernández de Lugo lo convenció para que se viera con él y firmar un acuerdo de paz.

Sin embargo, a su llegada el caudillo fue apresado y llevado a la Península como trofeo de su conquista. Sin embargo, Tanausú se negó a comer. Solo decía «vacaguaré», que significa deseo morir. Así ocurrió y sus restos fueron sepultados en el mar.

Sin embargo, la leyenda reza que, tras su muerte, el alma del guerrero retornó a su tierra y quedó fosilizada en la propia caldera de Taburiente, donde había reinado. Los lugareños dicen que la silueta de este volcán recrea la imagen del valeroso Tanausú.

Garajonay, un lugar favorito para las leyendas canarias

Garajonay

El parque de Garajonay

El parque nacional de Garajonay ocupa buena parte de la isla de La Gomera. Incluye preciosos bosques de laurisilva y una vegetación privilegiada que han llevado a que sea declarado Patrimonio de la Humanidad. Quizá por ello, es un lugar propicio para las leyendas canarias. Hay unas cuantas que lo toman como escenario, pero te contaremos la que habla de una suerte de Romeo y Julieta isleños que han dado nombre al parque.

Gara era la princesa de La Gomera, mientras que Jonay era príncipe de Tenerife. Ambos se enamoraron durante una visita del mencey (o rey) de Adeje, de quien el joven era hijo. Estos retornaron a su tierra, pero Jonay no podía olvidar a la hermosa aristócrata.

Así que surcó el mar mediante unos flotadores hechos con odres piel de cabra hinchados para pedir su mano. Aunque la joven se sentía atraída por él, tuvo que rechazarlo porque el volcán Echeyde comenzó a expulsar fuego. Ten en cuenta que Gara era la princesa de Agulo o «de agua» y sus sacerdotes decretaron que no podía darse un amor entre el agua y el fuego.

Por ello, Gara y Jonay huyeron a los bosques donde, desesperados ante sus perseguidores, se suicidaron de una forma romántica. Tomaron un palo de cedro, lo afilaron por ambos lados y, colocándolo a la altura de sus corazones, se abrazaron clavándoselo. Por tanto, un último abrazo los unió para siempre en lo que hoy es el parque de Garajonay.

El grito de Ferinto

El Hierro

Isla de El Hierro

Esta leyenda canaria nos lleva a los tiempos en que los peninsulares trataban de hacerse con la isla del Hierro. Los nativos, conocidos como bimbaches, opusieron una tenaz resistencia.

Destacó en ella un poderoso guerrero llamado Ferinto. Pronto se convirtió en líder de un grupo que causó muchos quebraderos de cabeza a los colonizadores, a su vez encabezados por Juan de Bethencourt. Su gran ventaja residía en que conocían los caminos y montañas del Hierro como la palma de la mano.

Pero, como tantas veces ha ocurrido, Ferinto fue traicionado por uno de los suyos. Gracias a la delación, el guerrero se vio cercado e intentó huir hasta que llegó a un profundo barranco. Ante la perspectiva de ser apresado, prefirió suicidarse y se lanzó al vacío profiriendo un grito tan poderoso que se oyó en toda la isla. Incluso su propia madre lo escuchó y, así, supo que había muerto.

La maldición de Laurinaga o por qué es árida Fuerteventura

Fuerteventura

La árida Fuerteventura

La isla de Fuerteventura es, junto a su vecina Lanzarote, la más árida de Canarias. Según la mitología, esto tiene una explicación legendaria con algo de tragedia griega.

Tras la llegada de los peninsulares, don Pedro Fernández de Saavedra se convirtió en señor de Fuerteventura. Tuvo una relación con una nativa llamada Laurinaga de la cual nación un niño. Sin embargo, como era frecuente entonces, el aristócrata casó con una mujer de su condición nobiliaria con la que, a su vez, tuvo varios vástagos.

Mientras estaban cazando, uno de ellos llamado Luis trató de violar a una muchacha. Pero un campesino que se encontraba cerca lo impidió. Entonces, don Pedro le dio muerte para proteger a su hijo. Llegó entonces una anciana que dijo ser la madre del agricultor. Pero, no solo eso, esta mujer contó a don Pedro que era Laurinaga y que el joven que acababa de matar era su propio hijo, el que ambos habían tenido al principio de esta historia.
Además, Laurinaga lanzó una maldición sobre la isla a resultas de la cual Fuerteventura se convirtió en desértica.

El diablo de Timanfaya, leyenda canaria sobre el aloe vera

Diablo de Timanfaya

Diablo de Timanfaya

Como no podía ser de otra forma, la naturaleza volcánica de las Canarias ha dado lugar a muchas leyendas relacionadas tanto con las erupciones como con las caprichosas formaciones rocosas que las primeras han producido.

Una de ellas tiene que ver con el volcán de Timanfaya, en Lanzarote. Una de sus más brutales erupciones tuvo lugar el uno de septiembre de 1730 y sepultó a una cuarta parte de la isla. Quiso el infortunio que ese día se celebrase una boda cerca del volcán.

Una enorme roca aprisionó el cuerpo de Vera, la novia. Pese a los enormes esfuerzos de Aloe, el novio, su amada murió. Entonces, este echó a correr enloquecido y armado con una forca de cinco puntas en dirección al Timanfaya hasta que desapareció engullido por el volcán. Como recuerdo de aquel trágico suceso, en el parque nacional creado en torno al Timanfaya crece una planta beneficiosa, justamente para curar quemaduras: el aloe vera.

Por otra parte, la figura conocida como el diablo de Timanfaya que actualmente es imagen del parque se debe al joven Aloe. Pero no por su mal comportamiento, sino porque los invitados a la boda, al ver su imagen reflejada en la incandescencia de la lava y también su desgracia, sentenciaron «¡pobre diablo!».

Isla de San Borondón, la más popular leyenda canaria

Mapamundi renacentista

Mapamundi renacentista en el que aparece la isla de San Borondón

Hemos dejado para el final de nuestro recorrido por las leyendas canarias la que tiene como protagonista a la isla fantasma de San Borondón, por ser, quizá, la más popular de todas ellas.

También se la conoce por «la Perdida» y «la Encantada». Porque se trata de una isla que aparece y desaparece. Apenas deja entrever, a veces, su silueta en el horizonte. Sin embargo, los primeros testimonios de su existencia datan del Medievo, cuando ya los cartógrafos castellanos la mencionaban.

Más aún, en 1479 las monarquías de España y Portugal firmaron el tratado de Alcáçovas, mediante el cual se repartían las aguas y tierras del océano Atlántico. En este documento, ya se especificaba claramente que San Borondón pertenecía al archipiélago canario.

Según los cartógrafos de la época, la isla se hallaría dentro del triángulo formado por La Palma (aquí tienes un artículo sobre esta), El Hierro y La Gomera. Y lo más curioso es que no sería nada pequeña. Contaría con casi quinientos kilómetros de largo y unos ciento cincuenta y cinco de ancho.

Incluso se ha hablado de su conformación. Sería cóncava en su parte central, mientras que, a los lados, se elevarían dos montañas considerables. De hecho, a lo largo de los siglos se han realizado varias expediciones para encontrarla. Entre ellas, la de Fernando de Viseu, ya en el siglo XV, la de Hernán Pérez de Grado o la de Gaspar Domínguez.

Sin embargo, nadie ha encontrado la isla de San Borondón. Los testimonios más recientes de su avistamiento se dieron a mediados del siglo XX. En 1958, el diario ABC anunciaba que había sido fotografiada por primera vez.

En conclusión, te hemos mostrado algunas de las más populares e interesantes leyendas canarias. Sin embargo, todavía nos hemos dejado alguna en el tintero. Por ejemplo, la de la princesa Tenesoya de Gran Canaria, raptada por los castellanos y obligada a casarse con un hidalgo peninsular; la de las brujas de Anaga, que organizaban aquelarres entre los dragos sagrados, o la de la violeta de las cumbres, que nace cada primavera en el Roque de los Muchachos como recuerdo de una trágica historia de amor. ¿No te parecen relatos llenos de lirismo e imaginación?


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