Los mágicos Acantilados de Moher

Los Acantilado de Moher son una de las maravillas turísticas de Irlanda y sí, son mágicos. Es increíble el corte abrupto de la tierra en su encuentro con el mar y con los cielos. ¿Los conoces en persona? ¿No? Entonces pueden convertirse en un muy buen destino, incluso en invierno si el frío y el viento no te espantan.

Irlanda no queda lejos así que si te gusta la idea aquí te dejamos información sobre los acantilados y cómo hacer la visita turística sin perderte lo mejor de ellos. ¡A viajar leyendo!

Los Acantilados de Moher

Están en la conocida región del Burren, en el condado de Clare, República de Irlanda. Se han formado hace alrededor de 300 millones de años y en su mayoría son de caliza aunque las rocas más antiguas de todas se ubican en la base.

Entre las grietas de las rocas habitan más de 30 mil aves, algo así como 20 especies distintas, y a sus pies, en el mar, hay delfines, tiburones y lobos marinos. Recorren unos 14 kilómetros y en el extremo más alto alcanzan los 214 metros de altura, en la Torre O’Brien. En otro extremo tienen 120 metros de altura, en un punto conocido como Hag’s Head.

Desde lo alto de la Torre O’Brien se pueden ver las Islas Aran, las cordilleras de Twelve Pines o la Bahía de Galway, y por su magnificencia y sus bellas vistas es que más de un millón de turistas los visitan por año. ¡Sé uno de ellos!

Los acantilados forman parte del Geoparque del Burren y Acantilados de Moher y son un punto importante en uno de los caminos turísticos más populares y hermosos que ofrece Irlanda, el Wild Atlantic Way.

Visitar los Acantilados de Moher

Los acantilados siempre fueron muy visitados por la gente, pero en los años ’90 el gobierno empezó a tomárselo más en serio y a organizar las visitas. Por eso, y con un concepto de turismo natural, sin estructuras humanas que interfirieran entre el mundo y nuestra experiencia, se construyó un moderno Centro de Visitantes dentro de un lado de la colina, antes de llegar a los mismos acantilados.

Las obras tardaron 17 años y se abrieron las puertas en febrero de 2007. Lo mejor es visitar este lugar antes de salir a recorrer los acantilados porque tiene una interesante exhibición de la geología del lugar, la flora, la fauna y la historia. Hay pantallas multimedias enormes, vistas de pájaro de la costa y vídeos de las cuevas que nunca visitarás porque están bajo el agua, en la base de los mismos.

Llegar a este sitio es fácil desde todas las ciudades y pueblos que están a la redonda. Desde Galway, Kinvara, Limerick, Doolin, Ennistymon, Ennis o Lisdoonvarna puedes tomar un autobús de la línea estatal Bus Éireann. Hay varios servicios por día y sino siempre hay buses privados. Mucha gente se aloja en Doolin, por su fácil acceso a los acantilados, está a diez minutos en coche, pero también por su antigua cultura irlandesa y sus paisajes inolvidables.

¿Cuándo conviene visitar los Acantilados de Moher? Pues son una de las mejores atracciones de Irlanda así que en las estaciones más agradables hay muchísima gente. Por eso decía yo que si el frío o el viento no te espantan hasta puedes animarte a recorrerlos en invierno.

Los tours desde Dublin o desde Galway, dos ciudades grandes, (Dublin está a tres horas y Galway está a 90 minutos), llegan entre las 11 am y las 4 pm así que ese período de tiempo es sensiblemente complicado. Si vas por tu cuenta, pues es mejor ir temprano en la mañana o tarde en la noche. ¡El atardecer es estupendo!

Pocos turistas recorren todo lo largo de los acantilados y suelen quedarse en los alrededores del centro, es decir cerca de la Torre O’Brien y cerca de la parte del muro. Si no vas como parte de un tour tienes más tiempo así que puedes caminar más, que es lo ideal porque te vas quedando más solo. Además, te puedes apuntar a los paseos en ferry por su base o al Sendero Costero de 12 kilómetros por sobre los acantilados.

El Sendero Costero comienza en Doolin y llega hasta Hag’s Head brindando los mejores paisajes: acantilados, cielos, cascadas, arbustos por doquier, nada de coches. Lo puedes hacer por tu cuenta o apuntarte a uno con guía. En este sentido hay un granjero local llamado Pat Sweeney que organiza caminatas cada mañana a las 10 am. Son caminatas de tres horas y muy interesantes.

Te recuerdo que no hay donde dormir en los acantilados mismos y que el pueblo mas cercano es Doolin donde la oferta de alojamiento es variada aunque se concentra más que nada en Bed & Breakfast. Obvio, hay algunos hoteles de lujo con vistas inolvidables.

Si vas en invierno tienes que abrigarte pero la realidad es que como se trata de la costa siempre hay que llevar un abrigo porgue el clima cambia muy rápido aquí. Las lloviznas ocasionales también son moneda corriente y obvio, lleva zapatos cómodos y que no resbalen. Si te quedas cerca del Centro de Visitantes puedes disfrutar de su cafetería y de sus baños pero si caminas por tu cuenta procura tener contigo lo que necesitas.

Hay un cerco de madera que separa la zona pública de las granjas privadas pero puedes sortearla y seguir ruta, aunque te aviso que el camino ya no está tan bien conservado. Y por último, ¿sabías que hay personas que se casan aquí? Bueno, en Doolin, en una bonita y coqueta casa con vista al mar, pero después las parejas caminan hasta los acantilados y se toman fotografías tan fantásticas como las que están arriba.


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