Los secretos de la historia y la cultura de Begur, un pueblo con raíces medievales e indianas

Begur

La historia de Begur se remonta a época prerromana, en concreto a la civilización íbera. Lógicamente, entonces su nombre era otro, pero ya existía un núcleo de población en los terrenos que luego ocuparía el castillo. Así lo atestiguan los restos arqueológicos encontrados en la zona.

Como sucedió en tantos otros casos, se aprovechaba la elevación del terreno para otorgar al poblado una ventaja defensiva en caso de ataque. Probablemente, también se habría elegido este territorio por las bondades del clima, marcado por su cercanía al mar. Este brindaba inviernos suaves y veranos frescos, lo que ofrecía temperaturas agradables todo el año. Pero el origen real de la localidad es posterior. A continuación, vamos a contarte la historia de Begur y también algunos de sus secretos.

Los orígenes de Begur

Monasterio de San Pau de Fontclara

El monasterio de San Pau de Fontclara

El primer documento que testimonia la existencia de Begur data del año 889 y se refiere a la cesión de una parte de su territorio al monasterio de San Pau de Fontclara, fundado entonces por el abad Saborell con apoyo del rey franco Odón I. Bien es cierto que la villa todavía no se llamaba Begur, pero es evidente que se trata del mismo poblamiento.

De hecho, la primera vez que aparece el nombre actual de la localidad es en un texto del siglo XI, que ya se refiere a la existencia del castillo. Por tanto, sería una población medieval que vivía bajo la protección del señor que lo ocupaba. El primero de ellos, quien mandó edificarlo, fue Arnust de Begur y dominaría a un pueblo dedicado a la agricultura, en concreto de la vid, los olivos y los cereales. Asimismo, en algunas pedanías del actual municipio también se desarrolló la pesca de cercanía, nunca de altura, una actividad que ha llegado a nuestros días. Por ejemplo, entre los moradores de las zonas de playa de Sa Riera y Sa Tuna.

El poblado medieval de Esclanyà

Torre de Esclanyà

El castillo de Esclanyà

Por entonces también comenzó a desarrollarse otra de las localidades del término municipal que conocemos hoy y que tuvo gran importancia en la historia del Begur medieval. Te hablamos de Esclanyà, que posee un maravilloso patrimonio románico.

De hecho, la villa se desarrolló en torno a la iglesia de San Esteban, cuya primera mención escrita data del año 1280 y que responde, justamente, a ese estilo arquitectónico. Más aún, posee elementos de distintas épocas dentro de esa corriente, lo cual hace pensar que en la existencia de un templo anterior.

En el caso de Esclanyà, durante la época feudal estuvo bajo el control de los señores de Cruilles, que contaban con su propia fortaleza. Estos, que a la sazón ostentaron la baronía de Begur, recibieron la villa como donación por parte del rey Jaime II de Aragón por haber participado con él en una acción militar contra al-Mariyya. Enfrentó a varios ejércitos europeos contra el Imperio Almohade en el año 1147 y en la Península Ibérica. Los Cruilles mantuvieron Esclanyà en su poder hasta 1604.

Del castillo de Esclanyà solo nos ha quedado una torre del siglo XII edificada con sillares pequeños y que posee almenas y un matacán o galería defensiva. Asimismo, en su parte inferior, por el lado de poniente, hay una construcción adosada de dos plantas que se levantaría aprovechando restos de la antigua fortaleza medieval. Hoy podemos ver la torre unida a una masía del XVIII que aún sigue en funcionamiento como dependencia agrícola.

El castillo aparece mencionado por vez primera en un texto escrito allá por 1362. Este curioso documento habla de los derechos que tienen los habitantes congregados en torno a él para la actividad pesquera en la zona. Y aún más sorprendente te resultará otro dato que revela el texto. Se trata de que también podían extraer coral de la costa. Pero es que la actividad ligada a esta especie constituyó una de las formas de vida de los begurenses hasta el siglo XIX. Fue entonces cuando irrumpió la industria del corcho e hizo que se abandonase aquella.

La historia de Begur durante los siglos XV, XVI, XVII y XVIII

Can Pella y Forgas

La masía de can Pella y Forgas con su torre medieval

Ya en el siglo XIV, Begur adquirió importancia. Sabemos que entonces contaba con unos ciento ochenta habitantes y que se mantenía en relación con la ciudad de Barcelona. Sin embargo, poco más tarde entró en una etapa de decadencia, igual que toda Cataluña, debido a varios factores. Por una parte, la llamada Guerra Civil Catalana, que trajo inestabilidad y supuso el incendio del castillo de Begur. Por otra, el descenso de población ocasionado por la Peste Negra. Y, en tercer lugar, a causa de los ataques de piratas berberiscos.

Justamente para defenderse de estos se reedificó la fortaleza incendiada y, sobre todo, se construyeron torres defensivas. Todavía hoy quedan varias de ellas, algunas adosadas a masías de época posterior. Así, puedes ver la de Mas d’en Pinc, que se halla en la que fue residencia de la bailarina Carmen Amaya y que hoy alberga un espacio cultural sobre la naturaleza y la historia del municipio. Pero también las de Hermanac de Can Pi, Can Marqués, Pella y Forgas o Mas Mauri de Vall.

Ya durante la Guerra de la Independencia se produjo, de nuevo, la destrucción del castillo de Begur. Pero una nueva actividad vino a sacar de sus dificultades a la zona. Nos referimos a la industria del corcho, que ya te hemos mencionado. Para que te hagas una idea de su importancia, te diremos que, hacia 1880 llegó a contar con veinticinco empresas que daban trabajo a unos cuatrocientos empleados. Pero, justamente en esa época se produjo una circunstancia mucho más importante: el retorno de los indianos.

La vuelta de los indianos

Can Sora

Can Sora, con las pinturas de su porche

Como sabrás, reciben este nombre los emigrantes que marcharon a Hispanoamérica en busca de fortuna y que, tras hacer dinero, volvieron a sus pueblos natales para instalarse en ellos. Asimismo, construyeron majestuosas viviendas como un símbolo de su pujanza económica. Este retorno de los indianos fue un acontecimiento común a distintas zonas de España. Por ejemplo, también fue habitual en Asturias y en Galicia.

Pero, volviendo a los indianos de Begur, fueron muchos los que regresaron al pueblo por ese tiempo con sus ganancias aportándole prosperidad y dejando una serie de construcciones que lo embellecieron en gran medida. Entre esas casas puedes ver Can Sora, que destaca por los mosaicos exteriores de su porche; Mas Carreras, que incluía también una torre defensiva ya derruida; la casa de Pere Roger, una de las más suntuosas y con una preciosa fachada posterior de doble galería, y la casa del señor Puig, con su fachada pintada con motivos ultramarinos.

Tanta fue la importancia de los indianos en la historia de Begur y tal su volumen de construcciones que algunas de estas tenían otra función al margen de la vivienda. Es el caso del propio Ayuntamiento, una edificación modernista que recupera elementos neoclásicos, o del Casino, con sus grandes ventanales y su monumentalidad.

La llegada del turismo

Illa Roja

La cala de Illa Roja

El retorno de los indianos trajo mucho dinero a Begur y el aportó un impulso económico. Pero, realmente, sería con la llegada del turismo cuando se convirtió en una localidad próspera. Curiosamente, la Costa Brava fue una de las primeras zonas de España en recibir visitantes extranjeros. Ya en los años treinta del siglo XX era habitual observar veraneantes que convivían con los naturales del lugar.

Desde entonces, la historia de Begur ha estado ligada a esta actividad y el número de personas que viajan a su término municipal no ha dejado de crecer. Esto se debe a su patrimonio monumental, pero también a la belleza de sus calas y playas. Entre estas, las de Aiguafreda, Aiguablava, Illa Roja o Fornells.

Algunos datos curiosos sobre Begur

Indianos

Varios participantes en la Feria de Indianos ataviados para la ocasión

Para terminar nuestro repaso a la historia y los secretos de Begur, te mostraremos algunas anécdotas curiosas de la villa gerundense. Así, probablemente, no sepas que sus fondos marinos albergan algunos tesoros. Los arqueólogos han encontrado cerámicas, ánforas y vasijas de barcos hundidos. Por ejemplo, han hallado tres pecios de época romana con sus cargamentos y utensilios, como cazuelas, pipas, monedas o copas. Han rescatado todo esto, pero, quizá, tampoco conozcas que los han reemplazado por réplicas de los navíos. Así, puedes disfrutar buceando entre ellas.

No obstante, mayor importancia tienen los eventos que se celebran en Begur y que están vinculados a su historia. El más importante de ellos es, justamente, la Feria de Indianos, que tiene lugar cada año durante los primeros días de septiembre. Por unas fechas, sus calles viajan al pasado con personas ataviadas al modo de aquella época, mercados tradicionales, música habanera e incluso muestras de oficios y productos de ultramar.

Además de ofrecer mucha diversión, la feria supone un tributo a los emigrantes que cruzaron el océano para hacer fortuna. No en balde, Begur cuenta con el Centro de Interpretación de los Indianos de Cataluña. Alberga mucha información histórica, pero también puedes visitarlo para conocer mejor la peripecia de estas personas. Además, la visita se completa con un recorrido guiado por las calles para mostrar las casas de indianos de la localidad.

En conclusión, te hemos mostrado la historia de Begur haciendo especial referencia a su pasado medieval y, sobre todo, indiano. Pero, al mismo tiempo, te hemos hablado de los monumentos de aquellos tiempos que han quedado en la localidad y que puedes ver, así como de algunas actividades que puedes realizar en la preciosa Costa Brava. Anímate a visitarla.


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