La provincia de Buenos Aires es la más grande de las que componen la República Argentina, sede, además, de la capital federal, y dueña de campos y paisajes realmente hermosos.
Al sudeste está la bonita ciudad de Tandil, sobre sierras y más verdes postales de campos sembrados y ganado pastando… pero también tiene lugares secretos para una escapada distinta.
Tandil
Para quienes no conocen Tandil empecemos por algo de información. La ciudad fue fundada a comienzos del siglo XIX con apenas 400 personas que padecieron el azote de los pueblos indígenas locales en lo que entonces era la frontera con el indio.
Tras la conquista empezaron a llegar inmigrantes europeos, en especial gente proveniente de España e Italia, como en el resto del país. La mayoría fueron, en el primer caso, vascos, pero también hubo una fuerte corriente inmigratoria proveniente de Dinamarca, por entonces una nación muy pobre.
Con los europeos llegaron las ideas políticas de entonces, más anarquistas que otra cosa, y fueron la base de un movimiento obrero importante en el siglo XX. Hoy Tandil tiene más de 140 mil habitantes y una economía basada en las actividades agropecuarias, algo de metalurgia , y por supuesto, el turismo.
Tandil tiene hoy 202 años.
Lugares secretos de Tandil
Para llegar a Tandil hay que recorrer 360 kilómetros desde Buenos Aires y estar dispuesto a disfrutar de una ciudad tranquila rodeada de naturaleza.
El turismo llega hasta aquí para hacer trekking por las bonitas sierras, salir a comer y degustar productos locales, tal vez asistir en algun momento de fiesta local o nacional, salir de paseo… Después hablaremos de los lugares que siempre se visitan en Tandil, pero veamos ahora los lugares secretos de Tandil para una escapada distinta.
La vertiente silenciosa es un tramo pequeño de un arroyo que desemboca al final en el lago del Fuerte. Cuando decimos pequeño hablamos de no más de 100 metros, pero de gran belleza. De un lado y del otro del arroyito hay árboles entre cuyas ramas y hojas se cuela el sol, que tienen distintos colores según la estación del año, pero que siempre se mueven en silencio, reflejándose en el espejo de agua que corre muy lentamente.
A pocos metros del Lago del Fuerte hay un bosquecillo natural compuesto por altos y delgados árboles que tan altos son que casi impiden el ingreso del sol. Así, la tierra a sus pies es siempre húmeda, ideal para que crezcan más plantas.
Por aquí se puede pasear, sintiendo los hermosos sonidos de la naturaleza. Se llega caminando por senderos naturales que discurren por el lado derecho del paseo del Dique.
La Cascada Secreta es un rinconcito del Parque del Origen. Caminando por el parque te topas con un arroyo y una cascada, así, de sorpresa. 100 metros adentro de arbustos, árboles y tierra verás la cascada. Este salto de agua es más grande o más chico según las lluvias, pero siempre hay agua y ese sonido, sumando al de los pájaros, es pacificador.
Si lo que te gustan son estos paisajes rurales, no ver mucha gente, ir de picnic, sin camino seguro, entonces los alrededores de Tandil son geniales, llenos de lugares secretos para escapadas.
Por ejemplo, hay una calle de tierra que conecta con la Ruta 74. Comprende 30 kilómetros de sierrasm, verdes campos y muchos árboles. Es precioso y se lo conoce simplemente como el camino del sol.
Lo mismo el llamado Camino de Namuncurá, un camino de 3.2 kilómetros de largo, toda la calle llamada Ceferino Namuncurá que desemboca también en la Ruta 74. Un camino recto, de sube y baja por momentos.
Finalmente, con coche, puedes acercarte a Gardey, un pueblito ubicado a 27 kilómetros de Tandil, aún con calles de tierras. Aquí se puede almorzar o cenar en el Almacén Vulcano, a la entrada del pueblo, visitar el Museo de Malvinas, caminar hasta el arroyo Chapelofu o la Capilla San Antonio de Padua.
Otro pueblo, siguiente a Gardey, es Vela, y entre ellos se ubica el Balneario Municipal, con aguas cristalinas, árboles con hamacas, enormes piedras y alrededor verde, verde y más verde. Pasando nueve kilómetros el balneario está el pueblo María Ignacia Vela (50 km en total desde Tandil), con su museo histórico y de ciencias naturales, casas antiguas y bajas de ladrillos a la vista y un gran encanto rural.
Ayacucho, De la Canal, Paraje La Pastora o Azucena son otros destinos posibles, pequeños y bonitos pueblos, para conocer desde Tandil.
Obviamente, más allá de los lugares secretos de Tandil para una escapada distinta hay que conocer lo más turístico también para tener la postal completa de la bella Tandil.
¿Y qué es lo más turístico de esta ciudad de la provincia de Buenos Aires?
El Parque Independencia es un parque público que abrió en 1923 cuando la ciudad cumplía sus primeros cien años. Tiene un portal románico, regalo de la colectividad italiana, y en la cima de la sierra hay un castillo, el Castillo Morisco, regalo de la colectividad española.
Ahí arriba está la estatua del fundador de Tandil, el Brigadier General Martín Rodríguez, el anfiteatro local, un jardín y una plaza. Es un gran punto panorámico.
A 15 kilómetros de la ciudad está el Cerro de la Virgen, de 249 metros de altitud, es un campo de ocho hectáreas con una gruta artificial dedicada a la Virgen de Lourdes. Más allá de la virgen es el lugar donde se hace senderismo, rapel y canopy.
Siguiendo el tema cristiano, los inmigrantes eran cristianos intensos, está el Cristo de las Sierras con el Cristo de 10 metros de alto y 13 toneladas de peso. La subida forma parte de un bonito paseo que, en la cima, ofrece vistas hermosas.
O el Monte Calvario, de los años ’40, con 14 grupos escultóricos que ilustran el Vía Cruxis. Y para terminar, obviamente, no puedo dejar de nombrar la legendaria Piedra Movediza de Tandil, en el Cerro La Movediza.
El cerro tiene 295 metros de altitud y por miles y miles de años contó con una rareza natural: la legendaria Piedra Movediza, una roca enorme de granito de 300 toneladas, con 7.5 metros de ancho y 6 metros de largo.
Su base era un punto solo que estaba en contacto con un vértice redondeado de otra piedra, y mantenía un equilibrio prodigioso. Se calcula que estuvo así por miles de años hasta que en 1912 se cayó y se partió en tres pedazos.
Desde 2007 hay una réplica en el mismo lugar, y lo cierto es que la Piedra Movediza de Tandil es el símbolo de la ciudad por lejos.