Matrioska, el clásico souvenir de Rusia

Matrioska, el clásico souvenir de Rusia

No se concibe regresar de un viaje a Rusia sin traer en la maleta la matrioska de rigor. Estas muñecas tradicionales son el clásico souvenir y un original regalo. Su interior hueco sirve para esconder una sucesión casi interminable de muñecas más pequeñas. Sólo hay una regla: el número de muñecas debe ser siempre impar.

Desde que Rusia se abriera al resto del mundo a principios de los años 90 y empezaran a llegar más y más turistas al país, la producción de matrioskas y su variedad se ha disparado. Así, junto a los diseños clásicos, en los puestos de venta de la Plaza Roja, el Parque Gorki y otrros lugares emblemáticos de Moscú, encontramos matrioskas que representan y caricaturizan  a personajes conocidos como Vladimir putin, Boris Yeltsin, el Zar Nicolás II e incluso el mismísimo Stalin.

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La tradición de la matrioska se inicia en el año 1890, cuando artesanos rusos empezaron a copiar el diseño de unas muñecas de madera procedentes de Japón que en aquel entonces causaban furor en el país de las estepas. Se elaboran con madera de tilo, ligera y maleable, y se pintan al óleo para luego ser recubiertas de una capa de laca o barniz.

Gracias a su precio tan barato (una matrioska de siete figuras cuesta 4, 50 rublos, unos 16 céntimos de euro) es casi inevitable traerse a casa un juego de estas muñecas rusas de recuerdo. algo más caras son las matrioskas de la ciudad de Semionov, elegidas «souvenir oficial» de los próximos Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2016.

Más información – La estatua de la Madre Patria en Rusia

Imágenes: rusiahoy.com


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