La costa norte de Brasil, por arriba del ecuador, más allá de Río de Janeiro, esconde las mejores y más cálidas playas. Entre ellas está Paraty, un encantador y antiguo pueblo costero que está dentro del estado de Río y cuyos orígenes se remontan a la segunda mitad del siglo XVII.
En el siglo XVIII el puerto de Paraty fue muy importante porque de aquí salía el oro de Minas Gerais de manera más segura que de Río. Supo formar parte del Camino del Oro en aquella época de la colonia. Por suerte su encanto se ha preservado y desde los años ’70 del siglo XX es un popular destino turístico en Brasil.
¿Cómo llegas? Desde San Pablo o desde Río de Janeiro se llega por por autopista. El viaje es de cuatro horas (sí, está más lejos que Buzios). Pero el viaje desde San Pablo es un poco más largo y toma seis horas. Lo mejor es ingresar por el aeropuerto de Río y desde allí conectar. Este pueblo brasilero es dueño de una playa preciosa pero es bonito en sí mismo: con calles adoquinadas y edificios antiguos.
Paraty tiene un casco antiguo exclusivamente peatonal. Hay autobuses que te llevan a Trindale, una aldea cercana con hermosas playas. Cerca hay cascadas, una fortaleza del siglo XVIII y un puñado de islas para visitar. Puedes hacer paseos en bote, buceo, snorkel, trekking o pasear en kayak. ¿Dónde alojarse?
En Paraty hay muchas posadas, los alojamientos que incluyen desayuno, pero si te gusta descansar mejor alójate en las afueras del centro.