Victoria es el segundo estado más pequeño de Australia después de Tasmania, y está situado en la costa sureste. Aunque es pequeño, este estado tiene mucho que ofrecer a sus visitas, sobre todo en cuanto a playa y naturaleza se refiere. Pero en Victoria hay mucho más, y es que en esta región encontramos también la ciudad de Melbourne, con sus entretenimientos urbanitas.
Como hemos dicho, hay varias cosas interesantes en la región de Victoria, aunque debemos señalar dos imprescindibles que jamás debemos perdernos. Uno es la ciudad de Melbourne, y el otro los conocidos como los 12 Apóstoles, formaciones rocosas en la costa que han dado la vuelta al mundo, y que nos recuerdan a la Playa de las Catedrales de Lugo.
La ciudad de Melbourne
Esta es la ciudad más importante de la región de Victoria. Como vamos a tener muchos espacios naturales para disfrutar, siempre es genial hacer una parada en una gran ciudad como Melbourne. En ella podemos encontrar muchísimo entretenimiento. Pasear por la zona bohemia de St. Kilda y disfrutar con su tranvía, comprar productos frescos y de la zona en los mercados locales al aire libre, visitar el Museo de Melbourne o su Palacio de Exposiciones, ver partidos de cricket o de fútbol de la Liga Australiana son solo algunas de las cosas que podemos hacer en esta ciudad. Y lo mejor de todo, es que si el asfalto nos agota o nos agobia, en cortos trayectos podremos encontrar inmensos viñedos, playas de naturaleza salvaje y espacios naturales. Este es el gran encanto de Australia y sus ciudades.
Great Ocean Road y los 12 Apóstoles
Conducir por la Great Ocean Road nos lleva directamente a los increíbles 12 Apóstoles, formaciones rocosas que hace unos 20 millones de años estaban unidas a los acantilados de la costa, pero que por la erosión del agua y el viento se fueron desgastando hasta quedarse aisladas. Hay mucho por hacer en esta zona, como disfrutar de un paseo por la playa, bajando por las escaleras de Gibson por el acantilado, o conocer las historias de naufragios. Incluso hay lugares en los que ofertan viajes en helicóptero para poder ver desde cerca las increíbles formaciones rocosas que se adentran en el mar. Uno de los mejores lugares para disfrutar de la naturaleza tal cual. Además, hay que tener en cuenta que las rocas se van desgastando al ritmo de unos dos centímetros cada año, por lo que llegará el momento en el que no habrá ninguna, así que vale la pena verlas en todo su esplendor.
Vida salvaje en Phillip Island
A tan solo 90 minutos de Melbourne nos podemos sumergir en la vida salvaje de Phillip Island. Una de las cosas más destacadas es el Desfile de los pingüinos, el cual se produce cada día. Los turistas pueden acercarse a la playa guiados por un guardaparques para poder ver a los pingüinos andando hacia la playa en gran número tras un día ajetreado de pesca en el mar. Pero no solo este espectáculo atrae a cientos de turistas, sino que en esta isla también se puede visitar el Centro de conservación de koalas o la granja que es patrimonio cultural, llamada Churchill Island Heritage Farm, cerca de Seal Rocks, en donde se puede ver una colonia de leones marinos. Sus playas también son muy famosas por tener unas estupendas condiciones para la práctica del surf, como la llamada Woolamai Beach.
Vida relajada en la Península de Mornington
Este es un lugar cercano a la ciudad de Melbourne, por lo que se puede ver en una excursión partiendo de la ciudad. En Mornington podemos conocer lo que es la vida relajada en esta región de Australia. Grandes mansiones históricas, mercados locales con productos orgánicos y de calidad, parques, naturaleza y muchos viñedos. Aquí las variedades de vinos son las de pinot noir y chardonnay. Otro de los atractivos que acerca a la gente a esta zona son sus spas y espacios termales, por lo que la oferta de relajación queda completa. Por último, es posible disfrutar de sus numerosos campos de golf y de un café en Portsea.
Descubre los viñedos de Yarra Valley
Si por algo son conocidos los valles de Yarra Valley es por contar con enormes viñedos que producen los vinos espumosos y los pinot noir, entre otras variedades menos populares. Una región en donde lo más interesante sin duda va a ser disfrutar de alguna visita a las bodegas y a los bonitos viñedos, que ofrecen un espectáculo sin igual. Allí hay más de 80 bodegas diferentes, pero también es un lugar en el que degustar productos frescos de la zona, con frutas y verduras de origen orgánico o salmón y trucha. Y en la zona también están las cervecerías artesanales, por lo que es el lugar ideal para los amantes de la gastronomía.