Pueblo azul de Marruecos

Imagen| Pixabay

Aunque tal vez no sea mundialmente conocido como el desierto del Sáhara, ni tenga la fama de ciudades como Marrakech o Fez, este hermoso pueblo marroquí es, sin duda, el más fotogénico del norte del país a causa de su laberinto de casas encaladas en color azul que van desde el añil hasta el índico o el cobalto. Una ciudad muy especial que no te puedes perder durante tu visita a Marruecos o durante una estancia en Ceuta ya que esta ciudad se encuentra muy cerca de la frontera española, a unos 100 km.

Conocida con el nombre de Chaouen, Xauen o Chefchaouen, esta localidad se ubica a las faldas de los montes Tisouka y Megou, en la Cordillera del Rif. Curiosamente, el nombre Chefchaouen en bereber significa “mira los cuernos”, en referencia a la original forma de ambos accidentes geográficos.

Origen de la ciudad

Fundada por un mulá en el siglo XV, Chaouen fue ampliada por los judíos y musulmanes que le dieron ese aire de pueblo andalusí y el acceso a este lugar no estuvo permitido a los no musulmanes hasta el siglo XX. Desde entonces son muchos los turistas que han puesto rumbo a esta ciudad marroquí para dejarse maravillar por el fascinante color azul que impregna desde los muros de la medina hasta el suelo y las escalinatas de sus calles.

El azul claro mezclado con el blanco da como resultado un tono muy especial casi como el color del cielo. De hecho, sus habitantes utilizan este tono para purificar el lugar, aportar frescor al ambiente e higienizarlo.

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¿Qué ver en Chaouen?

Una vez en Chaouen merece mucho la pena caminar para conocer el centro histórico. Para acceder a la medina lo más recomendable es entrar por la puerta principal para luego subir por el callejón que conduce al centro neurálgico de la localidad, la plaza Uta el-Hamman.

Este espacio es un verdadero zoco repleto de tiendas de souvenirs, ropa y artesanía muy frecuentado por visitantes y lugareños quienes curiosean o toman café en alguna de sus cafeterías. De aquí parte hacia la derecha otra callejuela tipo zoco, que lleva a la parte posterior de la alcazaba situada en la plaza.

Esta alcazaba es una antigua fortaleza que tras ser restaurada alberga un pequeño museo etnográfico, para conocer más acerca de la historia y costumbres de este lugar.

También podrás conocer la Gran Mezquita del siglo XV, la cual muestra una torre octogonal que es una configuración muy poco habitual en las mezquitas de Marruecos.

Desde los lavaderos comunales de Ras el Ma hasta la última de sus escalinatas y cuestas, si eres un aficionado a la fotografía, no te vas a cansar de ir descubriendo esos rincones.

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Los alrededores

En la ciudad los monumentos son interesantes pero los alrededores de Chefchaouen también merecen la pena una visita. Tal es el caso de el parque natural Akchour Chefchaouen que cuenta con cascadas, desfiladeros y pinares de gran belleza. Para hacer una excursión a este lugar, el punto de partida puede ser el conocido como Puente de Dios, un arco natural que se sitúa a 35 metros de altura.


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