Algunos pueblos o ciudades son tan preciosos como un paisaje natural. Es el caso de los pueblos blancos de Málaga, esos poblados de casitas níveas y pintorescas que crecen como hongos, decoradas con flores, cuidadas al detalle.
No puedes dejar Málaga sin hacer alguna excursión, algún paseo que incluya la visita de algunos de los mejores pueblos blancos de Málaga. Un recorrido cual rosario.
Mijas
Sin dudas Mijas es uno de los mejores pueblos blancos para visitar en los alrededores de Málaga. De sus canteras salió el mármol para decorar la mismísima Catedral de Málaga, por ejemplo, y aquí hay una de las mayores colonias de británicos expatriados de toda Andalucía.
Una perla dorada (o blanca), en la Costa del Sol, a solo 34 kilómetros de la capital provincial. La zona ha estado habitada desde hace siglos pero fue en los años ’50 que la descubrió el turismo. Se arrastra sobre la costa y las laderas de la sierra y tiene muchos edificios interesantes.
Puedes visitar la Parroquia San Manuel, la Ermita de la Virgen de la Peña, la Iglesia de San Sebastián y algunas ermitas más que son medievales. Dentro de la arquitectura civil hay torres y unos bonitos jardines que fueron construidos sobre los restos de una fortaleza y sus murallas medievales en torno al pueblo.
El verano es sinónimo de playas, así que las calas de Mijas son muy populares: Cala de Mijas, Calahonda, Cabo Rocoso, El Chaparral, El Faro, El Bombo, son las más conocidas. Cada una tiene sus playas de distintas características.
Más allá de las carteras, los autobuses y el tren si hay algo que caracteriza a Mijas son los burrotaxis. El sistema nació con los trabajadores de las canteras, pero hoy es muy popular entre los turistas.
Casares
Otro popular pueblo blanco de callecitas sinuosas y empinadas. Tiene orígenes muy antiguos y la larga historia puede leerse en sus calles y construcciones. Es un pueblo precioso para pasear y dejarse perder entre sus callejas.
Algunos edificios son históricos, como la Casa Natal de Blas Infante o los molinos de harina, el Castillo de Casares o la Iglesia de la Encarnación, pero en verano atrae su playa, la famosa Playa Ancha que ya es Bandera Azul. Como todo pueblo tiene sus fiestas y si tienes la suerte de poder asistir a una no vas a arrepentirte. En julio esta el Mercado Medieval, ya en mayo se viene la Romería de la Virgen del Rosario y así hasta fin de año.
De regalo o de recuerdo de esta «aldea colgante», siempre puedes llevarte objetos de cerámica, tallas de vidrio o madera y bordados.
Frigiliana
Es una aldea pequeña y costera, de apenas alrededor de 41 kilómetros cuadrados, a 300 metros sobre el nivel del mar. La historia de esta zona se hunde en la prehistoria, pero han pasado por aquí los fenicios, los romanos, los vándalos y sí, después los musulmanes a quienes les debe la introducción de la agricultura mediante acequias y estanques que todavía hoy son visibles. Del imponente castillo moro solo quedan algunos restos.
Parte de los materiales del castillo fueron utilizada por la familia Manrique de Lara, nobles de Málaga, para construir su casa solariega en el siglo XVI. Hoy la mansión fabrica la única miel de caña de Europa. Para la misma época fueron construyéndose otros de los edificios históricos del pueblo.
Para visitar y perderse en la historia hay que conocer el Casco Antiguo y su barrio mudéjar, el castillo de Lizar, el Palacio de los Condes de Frigiliana, la Iglesia de San Antonio y claro, los restos arqueológicos más antiguos, de neolíticos, fenicios y romanos.
Un pueblo pequeño pero precioso.
Ronda
Es uno de los pueblos bancos más visitados de Málaga y está a solo 100 kilómetros de distancia. Nace en la Arunda romana, después vendrían los visigodos y más tarde los musulmanes. Ellos le dieron importancia pues la ubicación era muy buena para dominar los caminos de la Baja Andalucía.
Hoy en día Ronda tiene una variedad de monumentos muy interesante que sumado a su bonito entorno natural hacen que sea una postal preciosa. ¿Y qué puedes conocer? Los puentes son maravillosos así que no dejes de fotografiar el Puente Nuevo, sobre la Garganta del Tajo, y verdadero símbolo del pueblo, y el Puente Viejo que comunicaba la ciudad con el barrio del mercadillo, de orígenes árabes y más tarde restaurado, con sus 31 metros sobre el río.
También hay palacios: el Palacio de Mondragón construido en 1314, el Palacio del Rey Moro y La Mina, los Baños Árabes, del siglo XIII, la alameda, paseo con arboles y un jardín botánico, el Arco de Felipe V, la plaza de toros local, de las antiguas y enormes de España…
Y claro, caminar por Ronda te va a dar regalos inesperados a cada paso. Un paseo completo incluirá seguro los barrios en los que solía estar dividido el pueblo, el de San Francisco que es el más antiguo con sus iglesias y conventos y arcos y el del Mercadillo, más moderno. La ciudad tiene a su vez la Iglesia Mayor, la Iglesia del Espíritu Santo, museos y palacios.
Comares
Es uno de los tantos pueblos de la monarca de Andalucía y se lo conoce como el Balcón de la Axarquía. El corazón del pueblo está a 703 metros de altitud y su principal actividad económica es la agricultura y en parte el turismo rural.
El primer pueblo si bien fue fundado por griegos focenses tuvo presencia musulmana, hasta la reconquista cristiana a fines del siglo XV, y supo dar pelea a los invasores franceses. Con tanta historia hoy puedes ver en sus calles restos de murallas, arcos árabes, aljibes y restos arqueológicos.
Villa Nueva de la Concepción
Este pintoresco y blanco pueblo está a solo 36 kilómetros de Málaga y a los pies de El Torcal. Como el resto de los pueblos que hemos presentado la historia aquí viaja en el tiempo y los íberos, romanos, musulmanes y cristianos han dejado su legado.
Como está enclavado en el Parque Natural El Torcal, conocido por sus formaciones de caliza realmente únicas, hay muchas posibilidades de hacer recorridos en bicicleta y senderismo. Y sí, Villanueva de la Concepción tiene uno de los festivales más antiguos de Málaga, el Festival Verdiales.