Pueblos más bonitos de la Selva Negra

Schiltach

Los pueblos más bonitos de la Selva Negra nos trasladan a los escenarios donde los hermanos Grimm ambientaron muchos de sus grandes cuentos. No es de extrañar, ya que este territorio tiene mucho de mágico y legendario.

Según la teoría más extendida, debe su nombre a los romanos, quienes, al observar lo tupido de sus bosques, bautizaron así estas tierras. Pero, curiosamente, su nombre en alemán es Schwarzwald, que significa bosque negro y no selva. Para que la conozcas mejor, a continuación, vamos a mostrarte los pueblos más bonitos de la Selva Negra. Pero, antes, queremos describirte este maravilloso lugar.

Cómo es la Selva Negra

La Selva Negra

Vista de la impresionante Selva Negra

Recibe este nombre un macizo montañoso ubicado al suroeste de Alemania, concretamente, en el estado de Baden-Wurtemberg. Tiene una superficie de once mil kilómetros cuadrado y su punto más alto es el pico Feldberg, con casi mil quinientos metros de altura.

Se trata de una franja de entre treinta y sesenta kilómetros de anchura que se extiende 160 kilómetros hacia el norte desde el punto geográfico donde confluyen Alemania, Francia y Suiza. En ella nace el Danubio, tras confluir los ríos Brigach y Breg, pero también la bañan el Kinzig y el Wiese. Sin embargo, son sus lagos y embalses los que ofrecen auténticas estampas turísticas. Entre ellos, son muy populares el Glaswald, el Mummel, el Feld o el Sluch.

Por otra parte, algunas de sus ciudades más importantes son Friburgo de Brisgovia, Baden-Baden o Karlsruhe. Y, en cuanto a su vegetación, la componen, principalmente, bosques de abetos, helechos y dedaleras. Pero su valor turístico se vio incrementado a partir del siglo XIX por sus aguas termales, en torno a las que se construyeron famosos balnearios.

¿Cuáles son los pueblos más bonitos de la Selva Negra?

Selva Negra

Casa tradicional de la Selva Negra en Gutach

A la vista de todas las características que te acabamos de mostrar, habrás deducido que la Selva Negra es una de las zonas más turísticas de Alemania. Además, se trata de un territorio que te ofrece magníficas rutas de senderismo y de bicicleta de montaña. Por ejemplo, las que te llevan hasta las cascadas de Triberg o hasta los lagos de Titisee o de Schluchsee.

Igualmente, la zona es famosa por sus tradicionales viviendas campesinas, con sus tejados de faldón, y por sus relojes de cuco. De hecho, como veremos, en Triberg hay uno de los más grandes del mundo y en Furtwangen se encuentra el Museo Alemán del Reloj, que los tiene de todos los tamaños e incluso dentro de autómatas. Pero, una vez hecha toda esta presentación, vamos a mostrarte algunos de los pueblos más bonitos de la Selva Negra.

Sasbachwalden

Sasbachwalden

Sasbachwalden, uno de los pueblos más bonitos de la Selva Negra

Para muchos alemanes, este es, justamente, el pueblo más hermoso de la Selva Negra. Se encuentra al norte del territorio, en el distrito de Ortenau, y su población no llega a los tres mil habitantes. Su casco histórico está protegido y en sus alrededores tienes la preciosa ruta de los molinos de agua y la que te lleva hasta la cascada de Gaishöll.

También debes visitar las ruinas del castillo de Hohenrode y la iglesia de peregrinación de Heiligen Dreifaltigkeit. Además, si te interesa la cultura del vino, tienes que conocer Sasbachwalden, pues se trata de una de las zonas vinícolas por excelencia de Alemania.

Triberg

Reloj de cuco

El famoso reloj de cuco de Triberg

Sin duda, también forma parte de los pueblos más bonitos de la Selva Negra por sus espectaculares alrededores y la belleza de su casco urbano. En cuanto a los primeros, tienes que ver las cascadas y el lago Bergsee, pero también debes visitar el Parque de Aves Rapaces. Y, respecto al segundo, tienes que fijarte en su Ayuntamiento, los restos de los castillos de Althornberg y de Triberg, así como en sus iglesias.

La más importante es la de peregrinación de María in der Tanne, construida a principios del siglo XVIII en estilo barroco. Su altar mayor es obra de Anton Schupp, famoso escultor de la zona en aquella época. Las iglesias de San José y de San Sebastián, ambas con pinturas de Clemenes Hillebrand, completan el patrimonio religioso de Triberg.

Pero aún te guarda otra sorpresa este precioso pueblo de la Selva Negra. Es su famoso reloj de cuco, que, según dicen, es el más grande del mundo. Y, a modo de complemento, tienes la fábrica Hubert Herr, responsable de haber fabricado el reloj de cuco más pequeño.

Finalmente, no dejes de apreciar la arquitectura clasicista de las calles de la población. Es resultado de la reconstrucción que tuvo a mediados del siglo XIX después de que un terrible incendio la devastase en 1826. Además, si quieres apreciar la Selva Negra en toda su belleza, te aconsejamos que viajes a esta localidad del distrito de Friburgo en ferrocarril. Hay una línea que recorre toda la zona y posee más de cuarenta túneles.

Gengenbach, otro de los pueblos más bonitos de la Selva Negra

Gengenbach

Gengenbach

Tan hermosa y típica es esta población del distrito de Ortenau ubicada en el valle del Kinzig que ha servido como escenario de fondo para películas como Charlie y la fábrica de chocolate. No en balde, sus casas parecen sacadas de un cuento y su Ayuntamiento barroco tiene una fachada que imita a un calendario de Adviento.

También son interesantes la antigua cancillería y la oficina de correos, ambas del siglo XVIII, así como las casas de Löwenberg y de Dyer. Pero el gran símbolo de esta preciosa localidad es la figura en piedra del caballero que preside el mercado. Igualmente, tienes que ver los restos de las antiguas murallas y la torre Kinzig.

En cuanto a las construcciones religiosas de Gengenbach, tienes que visitar la capilla de Santiago Apóstol, que la domina desde un monte. Se edificó a finales del siglo XVII y destaca por su magnífico retablo barroco que, no obstante, incluye una imagen de la Piedad fechada en el XIV. Por su parte, la iglesia del monasterio de Gengenbach es lo único que queda de este gracias a que se reconstruyó a principios del XVIII en estilo barroco. En ella, tienes que fijarte en su impresionante órgano, considerado el segundo más grande del estado. En fin, la iglesia de San Martín responde a los cánones del gótico rural.

Laufenburg

Laufenburg

Laufenburg, a caballo entre Alemania y Suiza

Esta otra pintoresca localidad también debe figurar en cualquier recorrido por los pueblos más bonitos de la Selva Negra. Pertenece al distrito de Waldshut, al sur de la región. Su carácter fronterizo propició que fuera objeto de disputas entre Alemania y Suiza. De hecho, desde el Tratado de Lunéville de 1801, un puente sobre el Rhin separa la población en dos, una perteneciente al primer país y otra a la entonces Confederación Helvética.

En cualquier caso, pasear por sus calles empedradas y adornadas con fuentes y casas tradicionales es un auténtico placer. Asimismo, el Ayuntamiento es fruto de la reforma que se llevó a cabo en la antigua Puerta de la Selva, un edificio fortificado con torre que se transformó a los cánones clasicistas.

También la iglesia del Espíritu Santo es resultado de una reconstrucción. En este caso, se acometió en 1883 sobre un templo ya mencionado en el siglo XIV y responde a características neogóticas. Al mismo estilo pertenece la iglesia de San Pelagio, bien es cierto que combinado con elementos barrocos fruto de una reforma del siglo XVIII.

Finalmente, puedes ver las ruinas del castillo de Hauenstein, que se halla sobre una colina. Construido en varias etapas, la parte más antigua data del siglo X y nos remite a una fortificación carolingia. Mejor conservada gracias a una restauración del XX está la pequeña capilla de San José.

Calw, la cuna de Hermann Hesse entre los pueblos más bonitos de la Selva Negra

Calw

Calw, otro de los pueblos más bonitos de la Selva Negra, en Navidad

Llegamos ahora a la localidad de Calw, capital del distrito al que da nombre. Conocida como «Puerta a la Selva Negra», debe su fama a la belleza medieval de sus calles, a sus monumentos y a su imponente entorno natural. Pero también a que en ella nació el famoso escritor Hermann Hesse, Premio Nobel de Literatura en 1946. Justamente, en su casa natal puedes ver un museo consagrado a su figura.

Pero también debes visitar la plaza del Mercado, donde se encuentra la casa Schäberle, que es la más antigua de la localidad. Asimismo, debes ver otros edificios históricos como el palacio Vischer o el Ayuntamiento. En el primero puedes visitar otro museo, en este caso dedicado a la historia de la villa, y el segundo data del siglo XV, aunque se restauró en el XIX.

Pero aún más importante es el patrimonio religioso de Calw. Destaca en él la iglesia de San Pedro y San Pablo, reedificada en estilo neogótico después del incendio que sufrió en 1692. A la primitiva pertenece el coro y también debes fijarte en sus espectaculares vidrieras inspiradas en temas bíblicos. Por su parte, la iglesia de San Martín de Altburg data del siglo XII, aunque solo se conserva la torre de esta época. No obstante, una de las maravillas de la localidad es el antiguo monasterio benedictino de Hirsau. Buena parte de él se encuentra también en ruinas, pero otra, como la iglesia de María o Marienkapelle se conserva y se ha restaurado siguiendo los cánones del neogoticismo.

En conclusión, te hemos mostrado algunos de los pueblos más bonitos de la Selva Negra. Pero, inevitablemente, hemos tenido que dejar en el tintero otros igualmente espectaculares por su entorno natural y sus monumentos. Entre ellos, Schiltach, con su precioso casco antiguo medieval; Gutach, que tiene un magnífico museo etnográfico al aire libre, o Baiersbronn, considerada la joya gastronómica de la zona. Anímate a conocer esta preciosa parte de Alemania. No te arrepentirás.


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