Que significa la Estatua de la Libertad

Uno de los símbolos de Estados Unidos es la Estatua de la Libertad. El cine y la televisión se han ocupado de eso y cualquiera que va a Nueva York incluye su visita en el itinerario turístico. Si no sabes mucho de ella te cuento que tiene una historia interesante, así que hoy vamos a conocerla.

Primero, si bien todos la conocemos como la Estatua de la Libertad el nombre verdadero es La Libertad iluminando el mundo.

La Estatua de la Libertad

Está ubicada en la Isla de la Libertad, al sur de la isla de Manhattan, al lado de la desembocadura del río Hudson y no muy lejos de la famosa Isla de Ellis. Es un regalo del gobierno de Francia al gobierno de Estados Unidos al cumplirse el primer centenario de la independencia del país del norte.

Estados Unidos se independizó de Gran Bretaña en 1776 y después entró en Guerra Civil, lucha interna que desangró al país entre 1861 y 1865. Por entonces el político y jurista francés Eduardo Laboulaye, diputado y senador de la Tercera República, tuvo la idea de profundizar el acercamiento con Estados Unidos ofreciéndole una estatua.

El escultor elegido fue el alsaciano Frederic Auguiste Bartholdi, y aunque la estatua debía estar lista en 1876 no todo fue tan fácil. Francia entró en guerra con Prusia, las simpatías americanas por los alemanes no cayeron bien, la Tercera República también tenía problemas internos, la monarquía amenazaba con volver… Pero aún así el escultor viajó a los Estados Unidos en 1871 y eligió la islita donde la magnífica estatua debía erguirse, amén de juntarse con el entonces presidente Grant.

Claramente la estatua tiene influencias del arte griego y hoy se considera que el escultor se inspiró en la diosa griega Hécate para darle rostro y figura a su Libertad. Los rasgos mas particulares del rostro también han despertado muchas preguntas, ¿es la novia del inventor millonario Issac Singer, es la madre del escultor o acaso son varias mujer en un rostro clásico? Todo es posible.

Por otro lado Bartholdi había trabajado en la construcción del Canal de Suez, en Egipto, y tenía ya algunos diseños de un faro-estatua que nunca fue aprobado. Al parecer algo de eso se coló en sus diseños originales para la obra en Nueva York, diseño en el que dejó atrás el clásico y típico gorro frigio y lo suplantó por una diadema de rayos solares.

Entre los respectivos gobiernos habían establecido que los Estados Unidos harían la base del monumento y Francia la estatua y el ensamblaje posterior. Pero los problemas económicos siempre estuvieron presentes. En Francia se fundó una organización para recaudar fondos, organización que utilizó todos los medios de la época para juntar dinero, y lo mismo en Estados Unidos.

La Estatua de la Libertad tiene un esqueleto de cobre que diseñó el ingeniero Gustave Eiffel, el mismo de la famosa torre. Las obras comenzaron y se esperaba que estuvieran listas para el centenario, el 4 de julio de 1876, pero hubo muchos retrasos y esa fecha fue imposible de respetar.

Poco a poco la estatua cobraba forma, empero, y sus partes podían visitarse en los talleres, amén de que se hicieron fotografías y pósters, todo para recaudar dinero para acelerar la culminación de la obra. De hecho, los que asistieron a la Exposición Universal de París de 1878 pudieron meterse en la cabeza y subir hasta la corona mediante una escalera de 43 metros de altura. La cabeza estaba colocada en el famoso Campo de Marte.

¿Y mientras tanto qué pasaba en Estados Unidos? La base del monumento avanzaba con la lentitud de un caracol. Así, el empresario mediático Joseph Pulitzer inició una enorme campaña de publicidad desde su diario, incentivando donaciones a troche y moche. Para 1884 se había colocado la piedra fundacional del pedestal, aunque todo se completó recién en 1886.

En Francia la estatua ya estaba completada y muchos la habían visitado y admirado. Fue entonces desmontada, enviada a Ruen en tren, en barco por el Sena hasta el puerto de El Havre, para llegar a Nueva York en junio de 1886. Viajó desmantelada en 350 piezas, en 214 cajas. La llama y el brazo derecho ya estaban en América desde antes. En otras cajas viajaron los pernos, remaches y tuercas.

Cuatro meses más tarde la Estatua de la Libertad estaba ya ensamblada y se inauguraba con la presencia del presidente Cleveland, invitados especiales y curiosos. Francia estuvo representada por el vicepresidente del senado francés, Desmons. La estatua no había estado lista para el centenario sino una década después, pero allí estaba por fin.

En algún momento de su existencia la estatua sirvió como faro de Nueva York, entre su montaje y 1902 exactamente. Su luz se veía a 39 kilómetros y tenía un generador eléctrico especialmente instalado en la isla para su funcionamiento. Y después, acorde con los tiempos, la Estatua de la Libertad fue experimentando renovaciones y modernizaciones, especialmente eléctricas.

De la mano de la electricidad se instaló un elevador a comienzos de siglo, renovado en los años ’30, un sistema de calefacción en la década siguiente y mejoras en las luces de la diadema de rayos solares. Y claro, muchas restauraciones estructurales que aseguraron la larga vida del monumento. Las mas importantes tuvieron lugar en los años ’80, momento en que se suplantó la antorcha original, con láminas de oro y más lámparas. La vieja antorcha de hecho la puedes ver en el museo del propio monumento.

Y claro, el viejo hierro se suplantó también por acero inoxidable, el viejo elevador por uno nuevo y mucho más. Así, abrió de nuevo el 5 de julio de 1986.

¿Qué significa la Estatua de la Libertad?

Su nombre es bastante elocuente. La Libertad es esta mujer imponente, de pie, vestida con estola y coronada con diadema de siete picos, representando los siete continentes y los siete mares. Las 25 ventanas de la diadema representan gemas terrestres, diadema que a su vez recuerda la que usaba el dios Helios, el Sol para los griegos. En su mano derecha alza una antorcha que ilumina el mundo, y en su mano izquierda tiene una tablilla que lleva grabada la fecha en que se firma la Declaración de Independencia de Estados Unidos.

La estatua se alza 46 metros y si contamos la altura desde el suelo a la punta de la antorcha son 93 metros en total. A sus pies algunas cadenas rotas simbolizan más libertad. ¿De quién? Bueno, de Gran Bretaña, situada como el resto de Europa al este, que es hacia donde mira el monumento.

Visitar la Estatua de la Libertad

Para hacer la visita deberás comprar el ticket del ferry y planear la visita. La empresa es la Statue Cruises, la única autorizada para llevar pasajeros a las islas, y el mismo ticket te brinda acceso a los ferries, los alrededores, el museo y las audio guías. A la Isla Ellis y a la estatua de la Libertad solo se accede en ferries que aparten desde locaciones en el Bajo Manhattan y New Jersey.

La Isla Libertad tiene un bonito parque y un museo y es la mejor para tomar fotos del monumento desde distintos ángulos. El museo de la estatua tiene exhibiciones estupendas y veras la antorcha original en exhibición. Por su parte la Isla Ellis abre una ventana  a la historia de la inmigración a América.


Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*